El apetito por la deuda española no cesa, pese a la avalancha de oferta. Sólo en la jornada de hoy las peticiones de letras y bonos del Tesoro han superado los 33.000 millones, y los 7.000 millones en deuda corporativa, la emitida por Telefónica y Bankia.
La deuda española inunda hoy el mercado de deuda. La rebaja a zona de mínimos históricos en los costes de financiación ha llevado al Tesoro a celebrar la primera emisión de deuda vinculada con la inflación al mismo tiempo que completaba su subasta ordinaria de letras.
Las empresas españolas tampoco han dejado pasar la oportunidad de financiarse en un contexto favorable. Telefónica ha adjudicado 1.250 millones de euros en bonos a ocho años, mientras Bankia ha optado por lanzar deuda subordinada para reforzar su capital.
El balance global depara unas abrumadoras cifras de demanda. Las peticiones en el conjunto de las cuatro emisiones supera los 40.000 millones de euros. La mitad, cerca de 20.000 millones, se ha concentrado en la primera colocación de bonos vinculados a la inflación. El Tesoro ha recibido otros 13.400 millones de peticiones por sus letras a 6 y 12 meses.
Pero el apetito de los inversores no se limita a la deuda soberana española. La demanda en la emisión de bonos de Telefónica ha superado los 3.750 millones de euros, unas cifras similares a las registradas en la deuda subordinada lanzada por Bankia.
La cuantía adjudicada sólo en la jornada de hoy en deuda soberana y corporativa podría rondar los 12.000 millones de euros, a falta de las cifras finales de Bankia. Telefónica ha colocado 1.250 millones de euros, que se suman a los 5.000 millones emitidos por el Tesoro en bonos a diez años vinculados a la inflación y los 4.513 millones colocados en letras a 6 y 12 meses.
El aluvión de oferta en el mercado primario coincide con los nuevos mínimos que registran los intereses de la deuda en el mercado secundario. La rentabilidad exigida al bono español a diez años ha llegado a desinflarse al 2,8%, muy lejos del nivel próximo al 7,5% que tocó hace menos de dos años, en el verano de 2012. La prima de riesgo baja de los 150 puntos, frente a los más de 600 que alcanzó en sus máximos históricos.
La oleada de emisiones se produce despuíés de las expectativas que generó la última reunión del BCE, la celebrada el pasado jueves. Mario Draghi apuntó a posibles estímulos en junio. El Bundesbank alemán, hasta ahora más reacio, parece decantarse tambiíén por una intervención en los mercados.
