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Autor Tema: La muerte de Isabel Carrasco, un crimen rodeado de conflictos laborales y  (Leído 325 veces)

Eguzki

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Isabel Carrasco era una de las personalidades polí­tcas más controvertidas de Castilla y León. La presidenta de la Diputación de León y del Partido Popular provincial llevaba más de tres díécadas sumando enemigos. Pero lo último que esperaban descubrir los investigadores del asesinato de Carrasco era que las dos presuntas autoras eran militantes de su mismo partido.

El asesinato tuvo lugar a las 17.19 horas. Según fuentes policiales, dos mujeres abordaron a Carrasco en el centro de la pasarela que conecta el paseo de la Condesa con el Marquíés de Salamanca salvando el rí­o Bernesga, en plena ciudad de León. Las dos mujeres se acercaron a la presidenta de la Diputación y le descerrajaron tres tiros en el tronco que le causaron la muerte casi instantánea.

Un policí­a nacional jubilado que estaba en las inmediaciones ofreció los primeros datos sobre las presuntas autoras del crimen. La Policí­a Municipal de León detuvo enseguida a una de ellas, y poco despuíés fue detenida la otra por agentes de la Policí­a Nacional, antes de que consiguieran huir en un Mercedes gris que habí­an aparcado previamente en las inmediaciones. Las detenidas resultaron ser una mujer de 55 años y su hija, Montserrat Triana Martí­nez González, de 35 años.
Los motivos exactos del crimen van a tardar algo más en concretarse. La principal hipótesis con la que trabajan los investigadores de la Policí­a Nacional es que se trate de una venganza personal. Según fuentes del Ministerio del Interior, la hija, ingeniera de Telecomunicaciones de profesión, habí­a trabajado hasta hace tres años como asesora de la Diputación de León. Por causas que aún no han trascendido, fue despedida sin acuerdo entre las partes. La salida motivó un cruce de reclamaciones judiciales entre Montserrat Triana Martí­nez y la Diputación que habrí­a finalizado hace sólo unos dí­as con un resultado desfavorable para la exempleada. Por ahora, los agentes de Policí­a creen que ese conflicto laboral podrí­a tener una relación directa con el asesinato.
No es la única vinculación que las presuntas culpables del crimen habrí­an tenido con la ví­ctima. Montserrat Triana Martí­nez concurrió a las elecciones municipales de 2007 en la síéptima posición de la lista del PP de Astorga. Finalmente, no fue elegida concejal, pero cuatro años despuíés, en 2011, anunció su intención de aspirar a la presidencia de la agrupación popular del municipio tras la dimisión por motivos personales del dirigente que ocupaba ese puesto. Pero tampoco en esa ocasión pudo Montserrat Triana alcanzar sus aspiraciones polí­ticas. No sólo no presidió el partido, sino que en las municipales de 2011 acabó quedándose fuera de sus listas. Carrasco ya ostentaba entonces un poder omní­modo en el PP de León.

Según las fuentes consultadas, la otra presunta implicada en el crimen, la madre de Montserrat, tambiíén es militante del Partido Popular. Los investigadores intentan aclarar ahora si los choques derivados de la pertenencia al mismo partido pudieron desencadenar la enemistad que habrí­a llevado a estas dos mujeres a acabar con la vida de la presidenta del PP provincial.
Las investigaciones no van a ser fáciles para los agentes, a pesar de la velocidad con la que han conseguido identificar a las presuntas autoras. Se da la circunstancia de que las dos detenidas son mujer e hija del inspector jefe de la Policí­a Nacional de la Comisarí­a de Astorga, Pablo Martí­nez, un compañero que lleva más de una díécada destinado en esa población. Por su condición de policí­a, se barajó en un principio que las supuestas responsables del crimen hubieran utilizado su arma reglamentaria para llevarlo a cabo. Sin embargo, los agentes acabaron descartando esa opción y comenzaron a buscar la pistola homicida. Barajan la posibilidad de que lanzaran el arma al rí­o desde la propia pasarela justo despuíés de realizar los tres disparos mortales. El hecho de que el calibre de la balas que mataron a Carrasco sea el mismo que el empleado por los funcionarios de las Fuerzas de Seguridad apunta a que madre e hija podrí­an haber recurrido a una segunda pistola reglamentaria del inspector de Policí­a.

En estos momentos, los investigadores se inclinan por la hipótesis de que fue la madre quien apretó el gatillo, aunque han realizado a ambas la prueba de la parafina que permite encontrar el contacto con la pólvora que desprende todo disparo para despejar por completo las dudas.

Según las fuentes consultadas, ambas han pasado la noche en dependencias policiales y serán puestas a disposición judicial en las próximas horas. El policí­a jubilado que estaba en las inmediaciones del crimen ya las ha identificado como presuntas autoras. 



Eguzki

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Una amiga de las detenidas y Policí­a Local entrega el arma del crimen.
La pistola con la que fue abatida la presidenta de la Diputación, Isabel Carrasco, fue entregada anoche a la Policí­a por una amiga de las dos presuntas asesinas, Marí­a Montserrat González, de 55 años, y su hija, Montserrat Triana, de 35 años, que a su vez fue entregada dentro de un bolso por una de las sospechosas.

La mujer que entregó anoche en comisarí­a el arma es una agente de la policí­a municipal, según han informado a Efe fuentes policiales.

Investigan ahora si esta conocida participó en los hechos o no, ya que a la Policí­a no le cuadra que entregara el arma del crimen más de 24 horas despuíés de que madre e hija fueran detenidas.

Según la declaración de esta tercera implicada, el arma se la entregó la hija durante su huida. Montserrat Triana habrí­a recibido el arma de manos de su madre, tras supuestamente haber cometido el crimen.

La tercera implicada ha asegurado ante la policí­a que no sabí­a lo que contení­a el bolso que la entregaron donde se encontraban el arma con la que supuestamente Marí­a Montserrat González ejecutó a la presidenta.

Las pruebas de la parafina señalan a la esposa del inspector jefe de Policí­a de Astorga como la presunta autora de los cuatro disparos que mataron a Isabel Carrasco, según informaron a EL MUNDO fuentes de la investigación. Estos análisis fueron ordenados por la juez del Juzgado de Instrucción número 4, que se encarga de la investigación del crimen, y permiten detectar la presencia de nitratos y nitritos en la mano de la persona que realmente disparó el arma de fuego.

El «informe provisional» de la autopsia, revelado ayer por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, señala que «la causa de la muerte es un shock hipovolíémico y destrucción de centros nerviosos superiores, provocado por una agresión de arma de fuego». En el mismo escrito, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León informa de que la juez ha decretado el secreto de sumario, «para no entorpecer la investigación que se está llevando a cabo».

Este diario ha podido conocer que un solo tiro acabó con la vida de Isabel Carrasco. El disparo en la nuca, que presentaba un orificio de entrada y otro de salida, mató a la presidenta de la Diputación, quien fue rematada ya en el suelo con otros tres tiros, dos en la espalda y uno más en el cuello.

Esta madrugada, madre e hija seguí­an manteniendo que no tení­an nada que ver con el asesinato a tiros de Isabel Carrasco y se negaban a declarar. La presunta autora de los cuatro disparos llegó a decir: «No síé quíé hago aún aquí­Â», en un momento del interrogatorio policial, justo poco despuíés de ser detenida.

Por otro lado, hasta tres testigos las señalan en el lugar del crimen, la pasarela que une el paseo de Condesa, donde residí­a Carrasco, y el paseo de Salamanca, lugar de la sede del PP de León y hacia donde se dirigí­a la presidenta de los populares leoneses.

Al policí­a jubilado, que persiguió a las detenidas hasta el Mercedes en el que pretendí­an huir y ayudó a su detención, se suman dos testigos más, dos personas jubiladas, según la investigación, que habrí­an declarado haber visto a Marí­a Montserrat González Fernández y a su hija en la pasarela que cruza el rí­o.

La investigación mantiene como móvil del crimen la venganza de Marí­a Montserrat González contra Isabel Carrasco por no recolocara su hija en la Diputación. Montserrat Triana Martí­nez entró a trabajar con un contrato de obra en la Institución provincial en enero de 2007 como ingeniera de Telecomunicaciones y ahí­ se mantuvo hasta que, en marzo de 2011, tuvo que abandonar la plaza porque no ganó el concurso-oposición, que fue a parar a un opositor de Valladolid, quien solicitó la excedencia.

Pese a todo, la plaza no se cubrió con un interino, que es lo que pretendí­an madre e hija y por lo que presionaban desde hace años a los cargos comarcales del PP, para que pidieran a Isabel Carrasco que la recolocara en la Diputación.