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El ministro de Economía de Argentina, Axel Kicillof, parte hoy hacia Francia para reunirse el miíércoles 28 con el Club de París a fin de renegociar la deuda que tiene con los países miembros de ese órgano crediticio.
Será la primera ronda formal de negociaciones con ese círculo de acreedores con los que Argentina mantiene adeudos estimados en nueve mil millones de dólares, y lo hace con el beneplácito dado por la gran mayoría de sus miembros a la propuesta ya presentada por Buenos Aires.
Funcionarios del gobierno señalaron que la cifra definitiva del monto a discutir tambiíén es negociable.
Si bien es improbable un acuerdo en este primer encuentro, para el gobierno argentino es un avance importante ya que ese foro de 19 miembros aceptó negociar en base a la propuesta preliminar presentada por el país y asumida como tal por el Club.
En esencia la proposición, presentada por el propio Kicillof en viaje anterior a París, precisa que Argentina acepta saldar su deuda con el Club, pero rechaza la intervención, supervisión o monitoreo del Fondo Monetario Internacional como veedor del cumplimiento del acuerdo.
En la práctica, no aceptará someterse a controles periódicos ni supervisiones que tradicionalmente acompañan los arreglos de reestructuración de deudas firmados por ese organismo de países acreedores.
Fuentes ministeriales indicaron que ya el gobierno nacional sostuvo contactos informales con algunos de los países acreedores y conoce sus exigencias.
El encuentro del miíércoles servirá, entonces, para conocer si esas son las únicas. Argentina, a su vez, podrá escuchar y dar respuesta sobre los puntos negociables y los que considera irrenunciables, dijeron las fuentes.
Integran el Club de París Alemania, Australia, Austria, Bíélgica, Canadá, Dinamarca, Estados Unidos, España, Finlandia, Holanda, Irlanda, Italia, Japón, Noruega, Rusia, Reino Unido, Suecia, Suiza y Francia, país coordinador.
Esta es la tercera vez que Argentina intenta negociar esta deuda que proviene desde la dictadura cívico-militar (1976-1983) y gobiernos sucesivos, y que cayó en incumplimiento en 2001; primero, trató en 2008 y luego en 2010, pero lo impidieron la crisis financiera global y sus efectos.