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Autor Tema: Argentina: La Deuda Externa y los “engaña pichanga”…  (Leído 125 veces)

OCIN

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Por… Adolfo Píérez

 
 

Cuando era niño armaba una pelota de trapo con papel de diario y medias viejas, y la envolví­a con piolines para que resista las patadas. Tambiíén nos divertí­amos con otros juegos, entre los que estaba uno al que llamábamos el “engaña pichanga”. Cuando alguien contaba algo y dudábamos, o descubrí­amos que nos mentí­an, le decí­amos que era un engaña pichanga (porque nos querí­an “meter el perro”). Y cuando descubrí­amos la mentira recibí­amos un caramelo y cuando no, debí­amos pagar una prenda.

El problema de la deuda externa, es un juego similar al que juegan señores de afuera y de adentro, llamados “buitres” y donde el árbitro trata de hacer jaque mate al paí­s, mientras a los pueblos nos ubican de espectadores.

El juego del “engaña pichanga” no es nuevo en el mundo de las finanzas y la especulación. Se trata de mover las piezas y hacer creer a los paí­ses empobrecidos que son deudores de los paí­ses ricos y que los pueblos deben pagar la deuda externa y eterna bajo pena de default, embargos y toda la baterí­a de sanciones.

Nuestro gobierno se encuentra acorralado en el juego del engaña pichanga. Al darse cuenta que ningún juez de los EEUU emitirí­a un fallo judicial a favor de la Argentina, abre el paraguas y dice que hay que “honrar la deuda soberana”.

Perdonen mi ignorancia pero, a quíé se refieren cuando afirman que hay que honrar la “deuda soberana”: ¿Por quíé el paí­s, tiene que pagar lo legí­timo y lo ilegí­timo sin investigar una deuda inmoral, injusta, manchada con la sangre del pueblo? ¿Por quíé pagar una deuda que ya se pagó tantas veces? ¿Quíé han hecho los gobiernos democráticos para no ceder la soberaní­a nacional a tribunales extranjeros y evitar este engaño?

Hace más de 30 años que organizaciones y personalidades, venimos proponiendo una auditoria sobre la deuda y es necesario referirnos a Alejandro Olmos, quien inició el juicio sobre la deuda externa y despuíés de 18 años, el Juez Ballestero, enví­a su resolución al Congreso Nacional para que investiguen el daño hecho al paí­s. Sin embargo, desde hace 14 años este fallo duerme el sueño de las complicidades, y se encuentra cajoneado en el Congreso.

La tragedia es que los gobiernos de los paí­ses endeudados, se han transformado en fieles creyentes del Dios Molok, a quien le rinden culto en sus templos haciendo el ritual del pago de la deuda eterna, con el objetivo de ser algún dí­a merecedores del paraí­so fiscal, y poder recibir nuevos críéditos, para pagar los intereses de la deuda externa y asegurarse que se incremente para volver a pagarla, y recibir las indulgencias del capitalismo que reclama más y más sacrificios.

En su angustia existencial, y como fieles creyentes, los gobernantes, ministros, polí­ticos, y empresarios, ruegan, patalean, se rasgan las vestiduras y hacen discursos anunciando que el paí­s está dispuesto a pagar la “deuda soberana” con el hambre del pueblo. Las consecuencias son el hambre, la mortalidad infantil, la inflación que devora todo a su paso provocando mayor pobreza, la falta de recursos para la salud, la educación y el aumento de la violencia social y estructural, agudizando la desigualdad.

El pueblo sabe que el paraí­so prometido no existe, salvo para los ricos. Nos vendieron el engaña pichanga, como lo hizo el Club de Parí­s, cuyo deporte favorito es jugar al saqueo de los paí­ses empobrecido.

Mientras el gobierno está dispuesto a negociar lo inaceptable, hay quienes desde la oposición polí­tica y económica, piensan que hay que pagar todo, sin discutir nada. Son los sumisos peones del juego del engaña pichanga, que esperan que el Juez Griesa y los buitres le den el jaque mate al paí­s. No hay que olvidar lo ocurrido con la Fragata Libertad en Ghana, que casi la enví­an a pique con el embargo, una metáfora nada lejana de la realidad nacional.

Por eso debemos asumir los desafí­os y no aceptar el lugar de espectadores. Debemos reclamar el pago de la deuda interna.

Los pueblos tienen capacidad de resistencia, de ser protagonistas y constructores de su propia historia, y de luchar para ser libres y soberanos. Debemos convocar a todos los sectores sociales del paí­s, sin discriminación ideológica y polí­tica, y conformar foros en todo el paí­s, en cada comunidad, en los sindicatos, iglesias, en las universidades y movimientos estudiantiles, organizaciones sociales culturales y polí­ticas, para analizar y plantear alternativas al laberinto en que se metió el gobierno y no sabe cómo salir.

Es necesario auditar la deuda externa y convocar una consulta popular, y el gobierno debe sumarse a esa convocatoria, escuchar otras voces y analizar posibles alternativas económicas para enfrentar, no sólo a los buitres de afuera, sino tambiíén a los de adentro. Porque la única deuda soberana a pagar es con el Pueblo Argentino.

Marechal decí­a: “del laberinto se sale por arriba”, hay que optar en bien de todos y saber que lo que sembramos recogemos. El pueblo no puede dejarse someter por los engaña pichanga.



Suerte en sus vidas…


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...