Santander y la entidad italiana Unicredit están cerca de sellar un acuerdo para integrar sus dos sociedades de gestión de activos, lo que daría lugar a la gestora más grande de Europa, con más de 320.000 millones de euros bajo gestión.
El consejero delegado de Unicredit, Federico Ghizzoni, confirmó ayer que el consejo de administración ha decidido continuar las negociaciones «en exclusiva» con Santander con la intención de llegar a un acuerdo el próximo mes de noviembre. Las condiciones de la operación aún se desconocen, pero varias fuentes apuntan a que podría suponer el reparto del 50% de la nueva gestora resultante.
La operación resulta estratíégica para ambas entidades. La italiana lleva tiempo tratando de deshacerse de una parte significativa de su filial Pioneer en un intento por ganar solvencia. Al perder el control del grupo resultante no tendría la necesidad de incluir los activos gestionados en su balance, consiguiendo así una mejora de sus ratios de capital. Además, obtendría ingresos adicionales con la venta de la participación que quedaría en manos de Santander.
El negocio de la gestión de activos ha evolucionado en los últimos años hacia un sector con menos actores pero más grandes. Antes de la crisis prácticamente cada entidad española tenía su propia gestora pero ahora la estrategia de los grandes bancos, especialmente quienes tienen una mayor red comercial, pasa por tomar una participación significativa en una gestora internacional, con mayor experiencia, oferta y recursos.
En mayo de 2013 Santander vendió el 50% de su gestora a los fondos Warburg Pincus y General Atlantic en una operación que suponía valorar la sociedad en 2.047 millones de euros y que reportó al banco una plusvalía neta de 700 millones. Ya entonces el consejero delegado del Santander, Javier Marín, adelantó la intención de situarse «a la cabeza del proceso de consolidación de la industria».
Junto al sentido estratíégico de esta operación está la necesidad del sector financiero de mejorar la oferta para sus clientes en un contexto de bajos tipos de interíés y escasa remuneración de los depósitos. Además, la menor aversión al riesgo y el cambio de perspectivas se traduce en un volumen cada vez mayor de los fondos de renta variable, que requieren una gestión más activa y reportan mayores comisiones.
«Tiene sentido para el Santander crecer en el negocio de la gestión de activos en colaboración con otros socios en un momento en el que las perspectivas de crecimiento están comenzando a mejorar», valoró ayer la analista de Renta 4, Nuria ílvarez en declaraciones a Reuters
