Los inversores extranjeros han dado la espalda a Cataluña y, con toda probabilidad, el proceso soberanista impulsado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, tiene gran parte de la culpa. En el segundo trimestre de este año, Cataluña ha recibido un 66 por ciento menos de inversión foránea que en el mismo periodo del año pasado, pasando de 787 a sólo 267 millones de euros, según los datos del registro de inversiones del Ministerio de Economía y Competitividad. Este registro solo recoge los datos de inversión productiva, excluyendo los relativos a Empresas de Tenencia de Valores Extranjeros.
Los datos registrados por Cataluña en el periodo comprendido entre abril y junio de 2014 han constituido en Cataluña un mínimo histórico de inversión extranjera desde 1993, primer año en que existen datos sobre tal indicador. En el segundo trimestre de ese año, la inversión extranjera ascendió a 277 millones. Además, 1993 fue un año de profunda crisis económica, frente al momento de recuperación que vive la economía catalana actualmente.
Los datos, hechos públicos por la organización contraria a la independencia Convivencia Cívica Catalana, revelan un grave desplome de la inversión extrajera a lo largo de 2014, coincidiendo con la etapa más aguda del independentismo catalán. Según esta organización "tales datos demuestran que la inestabilidad y la incertidumbre generadas por la radicalización del discurso político del gobierno catalán están creando un clima de inseguridad y desconfianza en los inversores extranjeros que tiene su más claro reflejo en la debilidad de los datos de inversión exterior recibida en Cataluña este año 2014".
En los primeros seis meses del año, la inversión extranjera en Cataluña ha caído un 59 por ciento, al pasar de 1.268 millones de euros en 2013 a sólo 523 millones en el actual ejercicio. Durante el mismo periodo de tiempo y según los datos del Ministerio, la inversión productiva en la Comunidad de Madrid ha ascendido a 3.039 millones, es decir, casi seis veces más que Cataluña.
Ante la gravedad del desplome de la inversión extranjera en Cataluña, Convivencia Cívica Catalana apela a "la responsabilidad de los políticos en Cataluña" y hace "un llamamiento a su sensatez para evitar un perjuicio mayor al ya generado a la economía catalana, a su tejido empresarial y a todos sus agentes económicos, incluido el conjunto de los ciudadanos catalanes", aseguró ayer la entidad en un comunicado.
La disminución del interíés en 2014 por invertir en Cataluña ha sido generalizada por parte de inversores procedentes de las principales áreas geográficas del mundo. Así, los inversores europeos, los más relevantes tradicionalmente en Cataluña, invirtieron en la comunidad, en el primer semestre de 2013, 979 millones, mientras en el mismo periodo de 2014 su inversión ha caído hasta los 380 millones, un 61 por ciento inferior.
Por su parte, las inversiones procedentes de Norteamíérica tambiíén han caído en un 65 por ciento, mientras las provenientes de Asia y Oceanía lo han hecho en un 51 por ciento. Las inversiones procedentes de países hispanoamericanos prácticamente se han paralizado en Cataluña, mostrando una contracción en 2014 superior al 94 por ciento.
Por áreas de actividad, la caída de la inversión extranjera ha afectado a los principales sectores productivos de Cataluña. Las industrias manufacturas, el pilar básico de la economía catalana, ha recibido este 2014 un 77 por ciento menos de inversión extranjera que en 2013. Tambiíén han visto disminuir este parámetro el sector de la construcción (un 66 por ciento menos) y las actividades profesionales (consultoría, ingeniería, etc.) en otro 56 por ciento.
De manera aún más destacada ha caído la inversión extranjera en los servicios de transporte (un 95 por ciento menos) y en el sector financiero catalán (bancos y compañías de seguros), en los cuales los inversores extranjeros han reducido sus inversiones casi en un 93 por ciento en este año 2014.
Por su relevancia y peso en el PIB industrial catalán es significativo el retroceso de inversión extrajera padecido por la industria de la alimentación, un 99 por ciento inferior a la de 2013. Un desplome similar se ha producido tambiíén en otro puntal de la industria catalana, la fabricación de vehículos (un 91 por ciento menos), junto con subsectores ligados a íéste, como el de los productos metálicos o el caucho.
Una caída que se acelera
El proceso de caída de la inversión extranjera en Cataluña y el paralelo incremento de la inversión en la Comunidad de Madrid se ha ido acelerando durante los últimos meses. Desde finales de 2010, momento en el cual CiU tomó posesión del gobierno autonómico de Cataluña, los inversores extranjeros han invertido en Cataluña una cuarta parte que en la Comunidad de Madrid, a pesar de que el PIB de ambas economías regionales es similar.
En concreto, desde tal fecha la Comunidad de Madrid ha recibido 40.506 millones de inversión extranjera, casi cuatro veces más que los 10.891 millones de Cataluña. Sin embargo, en lo que va de año 2014 esta proporción ha aumentado de uno a cuatro a de uno a seis a favor de Madrid.
A modo de ejemplo, en el primer semestre de este año, la Comunidad de Madrid recibió 724 millones de inversión inmobiliaria de extranjeros, diez veces más que los 71 millones recibidos en Cataluña. De igual forma, Madrid recibió 621 millones de inversión en servicios financieros, sustancialmente por encima de los 16 millones de Cataluña o 485 millones de inversión en información y comunicaciones (telecomunicaciones) por sólo 55 millones en Cataluña.
Convivencia Cívica Catalana considera que la estrategia soberanista seguida por el Ejecutivo de Artur Mas está pasado factura a la economía catalana y frenando su recuperación.
Rosell: "gestión catastrófica"
El presidente de la patronal CEOE, Joan Rosell, denunció ayer que la gestión económica que se ha llevado a cabo en Cataluña en los últimos años "no ha sido mala sino que ha sido catastrófica" y que "alguien tiene que decir como lo han hecho para hacerlo tan mal".
Rosell recordó que durante el gobierno del tripartito Cataluña tenía una deuda de 10.000 millones de euros y que "ahora asciende a un total de 60.000 milones". De este importe, la mitad "está en manos del Estado español" por lo que la dependecia de la Generalitat es altísima.
