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Autor Tema: El fin de los estí­mulos no acaba con el potencial del mercado americano  (Leído 148 veces)

Eguzki

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Ha sido el primer mercado en demostrar que no sólo se puede sobrevivir sin los programas de estí­mulo sino que además se pueden marcar máximos históricos. Su fortaleza económica y empresarial lleva a los expertos a tener a la bolsa americana entre sus grandes bazas para 2015.


Parecí­a que no pasarí­a nunca pero ya se sabe que nada dura para siempre. Ni siquiera los planes de estí­mulo que los bancos centrales pusieron en funcionamiento hace ya seis años. Se esperaba que EEUU fuera el primero en dejar esta droga dura que tan bien ha sentado al mercado en los últimos años -el hecho de que Wall Street no deje de encadenar máximo tras máximo no es casualidad- y así­ ha sido. Con Halloween llegó el fin del tercer quantitative easing (QE) y aunque el temor era que este punto y final de las medidas de estí­mulos- se han comprado cerca de 3,5 billones de dólares de deuda pública- supusiera un repunte en la rentabilidad del bono americano y un frenazo de Wall Street, la realidad ha sido bien distinta. En el mes de noviembre tanto el S&P500 como el Dow Jones han marcado nuevos máximos históricos y la rentabilidad del Tnote (10 años), lejos de subir, ha caí­do del 2,33 al 2,24 por ciento. ¿Quíé quiere decir esto? Que el mercado ya tení­a más que descontada la retirada de estí­mulos de la Fed y que vuelve a moverse como lo hací­a antes de que estallara la crisis de las subprime, atendiendo a los datos macroeconómicos y empresariales. "Creemos que la atención de los inversores dejará de concentrarse en la polí­tica de la Fed y que serán los fundamentales los que pasen a un primer plano", afirma Steve Kolano, estratega de inversión en el grupo de soluciones y estrategia de inversión de BNY Mellon.

La economí­a es la clave

Y lo cierto es que esos fundamentales son de lo más positivo. Desde el punto de vista microeconómico, y con casi el 100 por cien de las empresas del S&P500 habiendo ya presentado sus cuentas, el 79 por ciento de ellas ha superado las estimaciones de los analistas según los datos de Bloomberg. Además, se espera que estas mismas compañí­as sigan mejorando sus cuentas de cara al próximo año ya que, según los datos de FactSet, se espera que aumenten de media sus beneficios un 8 por ciento en 2015 además de que suban sus dividendos un 15 por ciento pese a no ser EEUU un mercado que se haya caracterizado precisamente por dar buenos dividendos. Quizá esto explique que la mitad disfrute de un consejo de compra por parte de la banca de inversión.

La foto empresarial es positiva pero en la que realmente se está fijando en el mercado es en la macroeconómica, máxime teniendo en cuenta que es en la recuperación económica donde se ha apoyado Janet Yellen, la presidenta de la Fed, para justificar el cierre de la barra libre que inició su antecesor Ben Bernanke con la compra de deuda pública. Morgan Stanley lo tiene más que claro: "Si la expansión de la economí­a estadounidense acaba durando 4 o 5 años más creemos que el S&P 500 serí­a capaz de alcanzar un pico de 3.000 puntos", afirma el banco de inversión. No va mal encaminada. Los últimos datos de PIB muestran un aumento del 3,9 por ciento interanual en el tercer trimestre del año, la venta de viviendas en octubre subió un 1,5 por ciento lo que es el mejor dato desde septiembre de 2013, las pagas y salarios crecieron al ritmo más alto de los últimos 6 años en el segundo y tercer trimestre según los datos de la Oficina de Estadí­stica de Empleo de EEUU recogidos por Legg Masson, por citar algunos datos positivos. Aunque tambiíén quedan tareas pendientes como ver un aumento de la inversión empresarial y sobre todo el tirón del consumo, que al fin y al cabo supone el 70 por ciento del PIB -los datos de ventas del Black Friday de ayer o el consumo navideño pueden ser grandes indicadores-. La buena noticia es que estas tareas pendientes no preocupan al mercado ya que implican que la subida de tipos puede retrasarse en el tiempo, máxime si la inflación sigue en niveles moderados -la última encuesta de Bank of America Merrril Lynch ya sitúa el alza en el tercer trimestre del año- lo que minimiza el gran riesgo al que se enfrenta Wall Street que haya una subida precipitada de los tipos de interíés. "La mejora del empleo en EEUU pero sobre todo la caí­da de los precios de la energí­a y el petróleo y los bajos tipos de interíés afectan de manera positiva a la renta disponible de las personas. Esto es lo que moverá el verdadero crecimiento: que la gente se sienta positiva en lo que respecta a su economí­a personal y empiece a gastar e invertir", afirma Steven Andrew, gestor de M&G Income Allocation Fund.

El optimismo de los inversores parece por tanto justificado, sobre todo si la apreciación del dólar sigue guardando una correlación positiva con el crecimiento como ha sucedido en los últimos años. "EEUU es el sitio donde estar realmente positivo", afirmaba recientemente Keith Wade, economista de Schroders. Y Antonio Salido, director de marketing de Fidelity, puntualiza: "A medio/largo plazo es mejor estar en EEUU que en Europa. Su mercado seguirá siendo alcista aunque habrá mucha volatilidad".

Mejor bolsa que renta fija

Ese aumento de la volatilidad no oculta que, más en un contexto de tipos de interíés cero y al menos en EEUU sin riesgo de deflación en el frente, el activo donde estar seguirá siendo la bolsa. De hecho, la fiebre por invertir en el mercado americano explica la gran acogida que han teniendo las salidas bursátiles que se han producido en ese paí­s, con Alibaba a la cabeza -ver página 38-. "El particular americano se habí­a perdido el rally y ahora está volviendo a bolsa y de ahí­ los debuts tan caros que se están produciendo", asegura Ví­ctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis. Esto se ve en que, según publica el Wall Street Journal, el precio medio de salida a bolsas ha sido en 2014 de 8,2 veces sus ventas del año previo frente a un ratio de 3,6 veces de los 12 años previos.

De esta vuelta de los inversores americanos se beneficiarán "todos los fondos de bolsa americana, que tambiíén se verán beneficiados por el crecimiento americano", afirma Ana Hernández, responsable de CFA Spain. Máxime si quien contrata estos fondos lo hace sin cubrir la divisa ya que, teniendo en cuenta que se cumplan las perspectivas de todos los analistas que apuntan a más subidas del dólar en su cruce con el euro, el partí­cipe del fondo obtendrí­a una doble ví­a de rentabilidad, la de la bolsa en sí­ y la de la divisa. Algunas opciones de sacar partido a este tirón son fondos como Legg Mason Opportunity A Acc $ o Legg Mason CB US Agrsv Growth A Acc(G)$, con cinco estrellas Morningstar. El primero, además,obtiene a tres años una rentabilidad anualizada del 44 por ciento, el doble que el segundo del ranking y pese a ser de renta variable ofrecen comisiones competitivas inferiores en ambos casos al 2 por ciento.

La inversión en bolsa americana a travíés de fondos permite al inversor delegar en el gestor la selección de valores pero si es uno de esos inversores que prefiere ser su propio gestor, ha de saber que los sectores que mejor pueden comportarse de cara a 2015 son el tecnológico, el de salud, el biotecnológico y aquellas empresas que tengan relación, ya sea directa o indirectamente con la revolución energíética que está provocando el shale gas -muchas de las empresas con mejor recomendación de compra y previsión de mejora de beneficios pertenecen a alguno de estos sectores-.

Además, tambiíén defienden el potencial de compañí­as que estíén primando a sus accionistas, ya sea ví­a buy backs o recompra de acciones o ví­a reparto de dividendos, un denominador común en muchas empresas que cotizan en Wall Street. Así­, se calcula que gasten 914.000 millones de dólares, el 95 por ciento de sus ingresos aproximadamente en estas recompras de acciones y dividendos, según los datos recogidos por Bloomberg.

Eso en bolsa pero ¿y en renta fija? Nada o muy poco que rascar. Ni en deuda pública donde lo previsible es que los tipos de interíés se muevan al alza, ni en deuda corporativa ya que, según explica Fernando Luque, editor de Morningstar, "en EEUU el gran problema es el high yield sobre todo si hay subida de tipos ya que pueden tener muchos problemas de liquidez". La única excepción serí­an los fondos monetarios en dólares ya que aunque el potencial que se podrí­a obtener por la ví­a de los activos de renta fija a muy corto plazo, donde invierten es cero no lo es el potencial que presentan por la ví­a divisa. De hecho, esto explica que en 2014 muchos de estos fondos ganan más de un 10 por ciento -ver gráfico- pese a que nos encontremos en un contexto de tipos de interíés al 0 por ciento.