El G7 asegura que hay que actuar rápidamente, pero no aprueba medidas concretas
Publicado en Expansión por Miquel Roig Washington
George W. Bush, presidente de EEUU, trató ayer de infundir confianza a los mercados, mientras los ministros de Finanzas y banqueros centrales del G7, las siete economías más industrializadas del mundo, trataban de llegar a un acuerdo concreto para afrontar la crisis internacional. Previamente, el Fondo Monetario Internacional había instado a los gobiernos a coordinarse para evitar que la economía mundial entrase en recesión.
Bush no logró su objetivo, y el G7 (EEUU, Alemania, Japón, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá), se limitó a establecer una serie de principios de actuación, pero no logró acordar medidas concretas para afrontar la crisis. De hecho, Italia llegó a amenazar con no firmar el comunicado conjunto, por considerarlo demasiado “díébilâ€.
El comunicado final afirma que los países han acordado que “la actual situación requiere acciones urgentes y excepcionales†y se comprometan a “trabajar juntos para estabilizar los mercados financieros y reestablecer el flujo de críédito para apoyar el crecimiento económico globalâ€.
Las principales potencias mundiales aseguraron que utilizarán las herramientas macroeconómicas necesarias y afirmaron que las acciones que emprendan deberán proteger a los contribuyentes y deberán tambiíén evitar que afecten negativamente a otros países.
El plan de acción se basa en cinco principios:
1. Tomar una acción decisiva y utilizar todas las herramientas necesarias para apoyar sistemáticamente a instituciones financieras importantes y prevenir su quiebra.
2. Tomar todos los pasos necesarios para descongelar el críédito y los mercados monetarios, y asegurar que los bancos y otras instituciones financieras tienen amplio acceso a liquidez y financiación.
3. Asegurar que los bancos y otros grandes intermediarios financieros pueden captar capital público y privado, en cantidades suficientes para reestablecer la confianza y permitirles seguir concediendo críéditos a hogares y empresas.
4. Asegurarse que las garantías de depósitos son robustos y consistentes, de tal modo que los clientes particulares sigan confiando en la seguridad de sus ahorros.
5. Tomar acciones, cuando sea necesario, para reabrir los mercados secundarios para hipotecas y otros activos titulizados. Es necesaria una valoración adecuada y transparente de los activos y el cumplimiento de estrictos estándares contables.
La división quedó patente cuando el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti, criticó el borrador del comunicado por considerarlo “demasiado díébil†y por no reflejar la gravedad de la situación. “No vamos a firmarloâ€, aseguró Tremonti antes de entrar a la reunión. Nunca antes en la historia del G7 se ha emitido un comunicado sin el consentimiento unánime de todos los países.
Pero ya antes de publicarse el comunicado, los ministros de Finanzas de Alemania y Francia se encargaron de echar un jarro de agua fría a las expectativas de un acuerdo sobre medidas concretas.
Christine Lagarde, ministra de Finanzas francesa, apuntaló esta tesis: “No esperen que tengamos una respuesta armonizada que sea la misma para todos porque no se pueden aplicar los mismos míétodos para mercados distintosâ€. Su homólogo alemán, Peer Steinbrueck afirmaba tambiíén que “las soluciones pueden ser distintas de un país a otroâ€.
Durante el día, los mercados habían especulado con un acuerdo para reactivar el mercado interbancario a base de garantías estatales. La medida, propuesta por el Reino Unido, consistiría en que los gobiernos respalden los príéstamos interbancarios de las entidades, lo que, en principio, debería incentivar la vuelta a la normalidad en ese mercado.
De hecho, ante la situación crítica en la que se encuentran los mercados, Jí¶rg Decressin, responsable del departamento del FMI que elabora el informe Perspectivas de la Economía Mundial, aseguró ayer a EXPANSIí“N que sería muy importante que se alcanzara un acuerdo en este sentido.
“El principal problema es la falta de confianza en el mercado interbancario y el monetario. Y estos problemas no han sido afrontados hasta ahora, ni por todos los gobiernos, ni de forma coordinada. Con las medidas adoptadas, se solucionarán dentro de un tiempo, pero el tiempo es oro en estos momentos. Lo que se necesita ahora es una acción valiente para reestablecer la confianza [en este mercado]â€, afirma Decressin.
Pero antes del G7, fue el turno de Bush. No es que las expectativas ante su discurso fueran especialmente altas, pero sí había cierto interíés. Ayer mismo, el diario estadounidense The Wall Street Journal publicó que la Administración americana estaba estudiando la posibilidad de garantizar al 100% los depósitos de los clientes bancarios, a pesar de que el Congreso ya aprobó incrementar el importe del seguro desde los 100.000 dólares a los 250.000 dólares.
Pero el presidente de EEUU se limitó a apuntar con relativo íénfasis que el país va a “solucionar la crisisâ€, y a recordar todas las medidas que se han llevado a cabo hasta ahora –las mismas que no han sido capaces de levantar los ánimos de los mercados–. Pero todo ello sin ofrecer ninguna propuesta adicional.
Y las bolsas, que habían comenzado la sesión con fortísimas caídas, esperaban el discurso de Bush prácticamente planas. Pero cuando vieron que el presidente no tenía nada nuevo que ofrecer, volvieron al terreno negativo
De momento, con o sin medidas nuevas, los mercados ya están girando la vista hacia los bancos centrales de todo el mundo, de los que se esperan significativos recortes de tipos de interíés en las próximas semanas.