Los fabricantes y concesionarios de vehículos daban por hecho que el Gobierno aprobaría este viernes la síéptima edición del plan PIVE (programa de incentivos al vehículo eficiente), que subvenciona la compra de coches a cambio de retirar uno antiguo, un programa de ayuda pública que está detrás del repunte de las ventas de turismos en 2014, el mayor en 15 años. Pero el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz, ha reabierto este miíércoles el debate sobre la continuidad del plan, al instar a abrir una "reflexión respecto a las políticas de estímulo", ahora que "el mercado empieza a tener una vida intensa por sí solo, con el mayor crecimiento de matriculaciones de Europa".
En la conferencia de prensa para explicar los últimos datos de comercio exterior, García-Legaz había destacado el peso de las compras al exterior del sector del automóvil en el repunte de las importaciones: en 2014, por primera vez en la crisis, la adquisición de mercancías creció más (un 5,7%) que las exportaciones. "Las importaciones crecen a un ritmo alto y eso está vinculado a la recuperación, lo que es positivo. Pero un crecimiento excesivo no es bueno", añadió el secretario de Estado de Comercio, ante la necesidad de la economía española de mantener un superávit en la balanza por cuenta corriente para reducir su endeudamiento externo. Y ahí es donde enfatizó las "altas tasas de crecimiento" en las importaciones de vehículos de "gama baja, media y alta". De hecho, fue el sector que experimentó un mayor aumento en las compras al exterior (un 19%) respecto a 2013, de modo que explica más de un tercio del repunte importador.
Tras recordar que dos tercios de los coches que se compran en España son importados, García-Legaz relacionó el aumento de las compras al exterior con "la recuperación, la renovación del parque automovilístico y la apertura de líneas de críédito a los consumidores". Pero tambiíén con el "el impacto del plan PIVE". "Es obligado desde un Ministerio de Economía y la Secretaría de Estado de Comercio que sigue el comercio exterior prestar atención a la evolución de las importaciones, y cuando observa un crecimiento importante de las importaciones de automóviles y además hay en marcha programas que estimulan la compra de automóviles, eso exige una reflexión de la política económica", subrayó.
El secretario de Estado de Comercio no quiso ir más allá —"no le corresponde al Ministerio de Economía tomar decisiones sobre el PIVE"— cuando se le preguntó sobre si esa reflexión llevaba al fin del programa, que gestiona un organismo (el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía), que depende del Ministerio de Industria. Pero el mensaje ya está lanzado.
El Gobierno extendió el plan PIVE 6 hasta finales de 2014, pero ante la insuficiencia de dotación económica, decidió a finales de noviembre incorporar "de forma automática" las solicitudes que no pudiesen ser satisfechas "a la próxima convocatoria del programa". En los presupuestos de 2015, se han reservado 175 millones para ese plan PIVE 7 por aprobar, pero según cálculos del sector divulgados por Europa Press, ya se habrían registrado cerca de 130.000 reservas provisionales a cargo de dichas ayudas, con lo que ya estarían comprometidos 130 de los 175 millones presupuestados.
Los fabricantes piden mantener las ayudas
Lo que está en juego, pues, es si se dotan nuevos fondos para mantener las ayudas (1.000 euros por parte del Gobierno y 1.000 por parte del vendedor), si se cierra el programa con lo ya presupuestado, o si se modifican las características del plan. Las asociaciones de fabricantes y concesionarios atribuyeron al plan PIVE un papel relevante en el impulso a las matriculaciones registrado en 2014 (855.308 turismos, un 18% más que en 2013), pero creen que el sector no estará normalizado hasta alcanzar el millón de unidades, cifra que prevíén alcanzar en 2016.
Los fabricantes creen que la postura avanzada hoy por García-Legaz va en dirección equivocada. “En estos momentos el mercado tiene elementos estructurales que impiden que lleguemos al objetivo de ventas que sería normal, de 1,2 millones de coches. Frente a eso, el año pasado cerramos con ventas de 855.000 vehículos. El paro, la baja confianza del consumidor son elementos que están ahí. Sin el PIVE el consumo sería mucho menorâ€, asegura un portavoz de Anfac.
La patronal ha intentado rebatir los argumentos del secretario de Estado de Comercio recordando que las importaciones de coches “apenas representan el 5% de las importaciones totalesâ€, y que parte de los componentes de los vehículos importados son fabricados por empresas españolas fuera del país, lo que retroalimenta la economía. “El PIVE debería mantenerse durante todo este 2015â€, insisten en Anfac, sin descartar que en la próxima legislatura se puedan estudiar “otro tipo de medidasâ€, para estimular el consumo.
Alejandro Bolaños / María Fernández