Por… Wim Dierckxsens
En 2014, China reportó una tasa de crecimiento de algo más de 7%, la más baja en 24 años. Esta cifra, en la opinión de
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http://www.resilience.org/author-detail/1007107-kurt-cobb">Kurt Cobb, es claramente sobreestimada. Cuando se observa la tasa de crecimiento en el consumo de electricidad, que solo creció en un 3.8%, la tasa real resulta ser probablemente bien más baja. El consumo de electricidad es un factor más confiable para medir la evolución del crecimiento económico del país.
Incluso Li Keqiang, el primer ministro de China, confía más en este indicador. Históricamente, el consumo de electricidad y el crecimiento económico han sido muy paralelos: para un crecimiento en el PIB se solía requerir un aumento de 1.09% en el consumo de electricidad. Una tasa de crecimiento de 3.5% resulta por lo tanto más probable. Según datos preliminares de 2015, el consumo de electricidad de febrero bajó 6.3% respecto del mes anterior y en marzo mostró otro descenso de 2.2%. En otras palabras, el crecimiento económico de China sigue hacia la baja (Vea, Kurt Cobb, Chinese energy figures suggest much slower growth than advertised,www.resilience.org/">
http://www.resilience.org/">www.resilience.org. Los datos de transporte de carga muestran una tendencia semejante (
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http://www.gold-eagle.com/authors/graham-summers">Graham Summers, The Black Swan 99% Of Analysts Don’t See Coming, 1 de mayo 2015,
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http://www.gold-eagle.com No solo las economías más avanzadas parecen estar ante la imposibilidad de volver a reconectarse con el ámbito productivo debido a una tasa de ganancia cada vez más a la baja, sino tambiíén parece ser el caso de países emergentes y al menos ya bien patente para el caso de China. En la opinión de Jeremy Warner, la respuesta para sostener la demanda por otro tiempo más ha sido el endeudamiento continuo. Uno tras otro gran banco central se ha visto forzado a imprimir dinero sin respaldo, aumentando el críédito a tasas de interíés cero. Primero vimos en 2008 la política de expansión monetaria en los EEUU, luego siguió el Banco de Inglaterra, despuíés el Banco de Japón y más recientemente el Banco Central Europeo. Ahora incluso el Banco Popular de China considera aplicar la misma política de comprar sus propios bonos para emitir dinero sin respaldo. Lo anterior levanta una pregunta más de fondo, de acuerdo a Jeremy Warner, los bancos centrales parecen no tener otra respuesta para aumentar la demanda o para elevar la productividad del trabajo que endeudándose. Una corrección masiva que desembocará en la Gran Depresión del Siglo XXI será su resultado inevitable (
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http://www.telegraph.co.uk/finance/comment/jeremy-warner/">Jeremy Warner, Negative interest rates put world on course for biggest mass default in history).
A partir de lo anterior difícilmente podrá esperarse un resurgimiento del capitalismo productivo en los países centrales y probablemente ni en los países emergentes. La pregunta siguiente es ¿será que estamos presenciando una crisis sistíémica? Es nuestra opinión que hemos llegado a los límites de lo posible de acortar la vida útil del capital fijo. Ha sido y seguirá siendo la causa última en la baja de la tasa de ganancia en el ámbito productivo, sea donde sea. En la opinión de Jorge Beinstein, los poderes perifíéricos tales como los BRICS no tienen mayores posibilidades de reordenar, en el sentido burguíés del tíérmino, la economía real en el mundo (Vea, Jorge Beinstein, El capitalismo, la violencia y la decadencia sistíémica).