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Las empresas griegas funcionan en forma mínima a la espera de que las prolongadas negociaciones entre el gobierno heleno y sus acreedores den resultados positivos.
Informes gerenciales y de las autoridades de este viernes agregan que los primeros que funcionan a mínimos son los proveedores del Estado.
La editora de libros universitarios en esta capital, Magguie Minoglou, señala que se trata de una situación sin comparación con el pasado, sobre todo en los últimos tres años.
El miíércoles, ante un foro de empresarios en Atenas, el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis, se declaró aterrado por la asfixia financiera infligida a la economía griega.
La troika de acreedores integrada por la Unión Europea (UE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE) esperan medidas presupuestarias de parte de Atenas de escasa aceptación por parte de las autoridades.
Grecia necesita recibir una liquidez que no le llega desde el pasado otoño. El 5 de junio la nación helena debe rembolsar unos 300 millones de euros al FMI.
En los dos meses pasados el país recurrió a sus propios fondos para hacer frente a los vencimientos mensuales que generan los dos planes de ayuda financiera internacional, por un total de 240 mil millones de euros, que se le otorgaron desde 2010.
Por su parte, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, afirmó durante esta jornada que tras la reunión que mantuvo anoche con máximas autoridades de Francia y Alemania, en Letonia, confía en la posibilidad de un acuerdo con los acreedores a largo plazo.
Señaló que el debate con la canciller íngela Merkel y el presidente Francois Hollande fue muy constructivo, y en una atmósfera cordial.
Un comunicado de Merkel y Hollande indica que se ofrecieron para ayudar personalmente a Grecia a buscar un acuerdo con sus acreedores.
Pero aclararon la necesidad de seguir trabajando con el FMI, BCE y UE, cuando queda bastante por hacer.