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Autor Tema: 10 ideas a tener en cuenta para el camino espiritual  (Leído 909 veces)

Scientia

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10 ideas a tener en cuenta para el camino espiritual
« en: Junio 16, 2015, 10:10:52 pm »
10 ideas a tener en cuenta para el camino espiritual
En el camino espiritual a veces caemos en actitudes soberbias o fáciles que nos alejan de nuestro poder.
http://www.guioteca.com/autoayuda/10-ideas-a-tener-en-cuenta-para-el-camino-espiritual/




Para aquellas personas que están en el camino de conocimiento espiritual, existe una serie de actitudes o ideas acerca de las cosas, que no son más que muletas o errores que nos alejan de nuestro propio poder. La mayorí­a de los que están aquí­ enunciados se generan por la actitud crí­tica del propio ego, el cual no puede desaparecer porque necesitamos de íél para actuar en este plano, por lo que debenos intentar mantenerlo alineado con nuestro espí­ritu. Este listado es  de autor desconocido. El siguiente es un resumen que puede ayudar a repensar nuestras propias actitudes:

1. ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIí“N, O EN UNA LUZ, O EN COLOR, O EN íNGELES, O EN CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA

Lo único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de que algo externo puede tener más poder que nosotros. Pero, según las enseñanzas espirituales, todo es Dios; por lo tanto, nada puede hacernos daño.

Camino personal
Foto: Carla Pinilla
Una de las cosas que debemos hacer es convencernos de estamos a salvo siempre.

En realidad, deberí­a practicarse algún tipo de ejercicio de reconocimiento de la seguridad personal: “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo amor en todas partes”. En sí­ntesis, al elegir quíé ejercicio mental hacer, se deberá buscar aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el peligro que percibe nuestro ego.

2. ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN

Se puede enviar luz o energí­a a otras personas para que se curen de cierta enfermedad, para que mejoren su situación económica, su vida afectiva, etc.

La mayorí­a de los problemas son sólo momentos de prueba que está viviendo un individuo; son necesarios y muy útiles para el “despertar de su conciencia”. En lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación difí­cil, comienza por enviarte luz a ti mismo para que tu guí­a interior te haga ver la verdad que está operando en dicha situación.

3. CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE

No vamos hacia Dios, ya estamos en Dios. Todo lo que nos rodea forma parte del gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos espiritualmente. Nuestro espí­ritu es perfecto y completo; no puede ni tiene que evolucionar.

En realidad, es un problema semántico, ya que la evolución espiritual no existe. Lo que queremos decir con eso es el despertar de nuestra conciencia a esa perfección.

Tal vez el error provenga de las manipulaciones religiosas que nos dicen que Dios está “en el cielo”. Nosotros y el “cielo” somos uno, y debemos aprender a reconocerlo y a vivenciarlo; en eso consiste nuestra evolución de conciencia o despertar espiritual.

4. ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR ENFERMO O ATRAVESANDO ALGíšN TIPO DE CRISIS

En nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la par de sus seres queridos; sin embargo, eso sólo aumenta el pesar. Si interpretamos nuestro pesar desde ese nivel, esto significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la crisis que en la solución.

La salidan es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá de nuestro entendimiento, hay una inteligencia superior que está actuando y que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro ser querido, si así­ lo desea dicha persona.

5. CREER QUE UNO HA SIDO “ELEGIDO” POR DIOS

Muchas personas que estudian en escuelas esotíéricas se sienten especiales y evolucionadas. Sienten que Dios las ha conducido al lugar adecuado para su crecimiento y evolución; que la información que van a recibir es muy importante y no puede divulgarse a personas que no están tan evolucionadas. Esto se convierte en una forma de arrogancia, nada espiritual, que nos hace pensar que somos privilegiados, especiales, elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos en la vida. Esta forma de arrogancia tambiíén se ve en las religiones que se sienten propietarias de Dios. En el Universo existe un solo Dios y es el mismo para todos.

6. SACRIFICARSE POR OTROS

No hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse por los demás. Las tareas que se hagan por los demás deberán hacerse con amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta. Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio. La próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del amor.

7. DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS, IMíGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO.

Es cierto que los materiales tienen su propia energí­a y que el contacto con ellos (en especial, con ciertos cristales cuarzos) produce cambios en nuestra vibración personal y que pueden ayudarnos en el proceso curativo. Tambiíén es cierto que algunas figuras, imágenes y colores producen reacciones psicológicas que nos estimulan. El problema es que la mayorí­a de estos elementos se convierten en amuletos y les damos más poder del que en realidad tienen.

Vivimos en un universo mental. “Todo lo que creemos se hace realidad”. ¿Por quíé no creer entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi naturaleza divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos realmente.

8. CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO.

Sentir que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revíés, que la presencia de otros nos devuelve la luz es pura ilusión del ego. La verdadera guí­a es interna, es tu intuición, la voz de tu espí­ritu. Todos aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. No eres el salvador ni la guí­a de nadie. Ninguna vida depende de tus conocimientos ni de tus esfuerzos. Nadie te rescatará ni te salvará, excepto tú mismo.

9. CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE LA INFORMACIí“N TEí“RICA

Tendemos a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que nos enseñan son adelantadas y que ya han superado muchas pruebas en su vida. El hecho de que una persona transmita una determinada información no la coloca en un grado superior. Los verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba y vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos, animales, plantas y demás. Existe una Ley en el Universo: Todo lo que nos molesta, complica, enreda, o todo lo que odiamos, se nos “pega”. Esto ocurre hasta que aprendemos a amar la situación. Entonces, ese problema o esa persona se convierten en el maestro espiritual de ese momento.

10. CREER QUE UNO NO PUEDE ENOJARSE, TEMER, O SENTIR CUALQUIER OTRA EMOCIí“N NEGATIVA POR ESTAR EN EL CAMINO ESPIRITUAL

Esta creencia nos lleva a una gran represión de la ira y de los enojos, que hacen su reaparición más tarde bajo la forma de rencor, crí­tica o rechazo. Mientras estamos en el plano terrenal, vivimos las sensaciones y las emociones de este plano. Algunas de ellas son muy placenteras, otras no. Uno sí­ puede evitar enojarse, asustarse o angustiarse, pero eso exige un entrenamiento. Síé amable contigo mismo y, de vez en cuando, date el permiso necesario para maldecir, golpear un almohadón, gritar, llorar y expresar, como mejor te resulte, todas las emociones negativas que te toca vivir.