Mientras el mercado de renta variable muestra más nervios que movimientos de impacto en este mes de agosto, las divisas viven un verano de infarto. Es cuestión de tiempo que esta inestabilidad, ya traducida en un crac en los precios de la materias primas, se traslade a la Bolsa. Hoy el mercado arranca con notables caídas, del orden del 0,8%, castigado por una sesión muy complicada en Asia.
La depreciación del yuan ha abierto la espita de las dudas sobre los mercados emergentes. Baste como ejemplo que Kazajstán decidió esta noche abrir al mercado la cotización de su moneda y ya ha perdido una cuarta parte de su valor (la caída del petróleo ha hecho mucha mella en su economía). Ayer fue Vietnam quien devaluó su divisa, y la presión del mercado está castigando en gran medida, tambiíén, a Tirquí (un 1,2% bajó la lira ayer).
La Bolsa ed Shanghai cae el 3%, y Hong Kong el 2%. En China el Banco Central está inyectando dinero en la economía a manos llenas (21.000 millones esta semana) ante la subida de los tipos interbancarios, lo que sugiere que ha intervenido para frenar la caída del yuan, sacando liquidez del sistema.
El otro punto de atención, muy relacionado con las dudas emergentes, es la Fed. Las actas de la reunión de julio, publicadas ayer por la tarde, no han arrojado mucha luz: aunque admiten que el mercado de trabajo se acerca a las condiciones que permiten una subida de los tipos de interíés, los responsables de la política monetaria siguen procupados por la baja inflación. En resumen, el mercado interpretó que es posible que la subida de tipos no llegue en septiembre. Pero tampoco movió mucho el mercado, preocupado tambiíén por el petróleo. Wall Street cerró a la baja.
Las dudas sobre China están provocando una caída en bloque de las materias primas, con el petróleo a la cabeza. El West Texas está a punto de perder los 40 dólares, algo que no sucedía desde los meses posteriores al crac de Lehman, y el Brent está en torno a los 47. Las cifras de almacenamiento en Estados Unidos fueron superiores a lo esperado, agravando el riesgo de exceso de oferta.
CINCO DíAS