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Autor Tema: “Energí­a Mental” combustible de equilibrio y felicidad  (Leído 539 veces)

Scientia

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“Energí­a Mental” combustible de equilibrio y felicidad
“Todo es energí­a  todo vibra; los seres humanos somos energí­a, por ende, nosotros influimos en nuestro ambiente y nuestro ambiente influye en nosotros” -Siria Grandet.

“Como recargarnos, sentir la energí­a positiva y evitar su fuga”
Conocemos desde la etapa escolar que la energí­a puede ser transferida de un cuerpo a otro, o trasladarse  a otro estado.  No aparece de la nada, ni desaparece nunca.

"Caminamos en el mundo intercambiando
energí­as"
Las personas vivimos intercambiando energí­as, ya sean estas positivas o negativas, lo sentimos claramente por ejemplo, cuando nos saludan con una amplia sonrisa y un abrazo sincero, las tensiones acumuladas se liberan en ese

momento, sentimos una especial armoní­a, lo que nos invita a devolver una resonancia de sonrisas.
Pero si nos encontramos con una persona, que ni bien nos saluda  inicia un discurso de crí­ticas, lamentando que todo le sale mal , que las personas tienen que ver con todo lo malo que le sucede. Notamos que a medida que pasa el tiempo nos vamos contrayendo, el oxí­geno comienza a disminuir, la atmósfera se torna densa, nos preguntamos ¿Fue constructiva para ambas partes la conversación?, algo sucedió, ya no nos sentimos tan bien, algo se fue, se escapó. 
Fue nuestra energí­a que la dejamos ir  y permitimos el ingreso de una  carga inútil de energí­a negativa.
Sobre el mismo suceso, podemos revertir tal situación haciendo fluir un campo energíético positivo, trasmitido a travíés de nuestras palabras, pensamientos y acciones, recirculando la energí­a para que íésta se cuele y se convierta en útil y constructiva para todos.  ¿De quíé manera? Reorientando la conversación hacia la búsqueda de luces, de soluciones, siendo concretos, empáticos y eficaces en dicha transmisión
La vida cotidiana es una constante de interacciones con otros en el mundo, ocurre una transferencia de energí­a mental, lo hacemos a travíés de nuestras emociones, acciones, necesidades, sentimientos, así­ como tensiones, estríés y emociones negativas.
¿De quíé manera perdemos energí­a mental?

Cuando nos preocupamos por sucesos que escapan a nuestro control, sobreviene el estríés.
Dispersando nuestra atención a puntos irrelevantes y descuidamos prioridades.
Cuando no tenemos la suficiente destreza en una tarea, generamos tensión o no nos motiva lo suficiente. (En este caso la tensión es un proceso natural, una vez desarrollada la destreza o aparición de un nuevo reto, el organismo da paso a la autorregulación.
Cuando vivimos en estado pasado y futuro constante y no “en presente”
A travíés de nuestro diálogo interno negativo (autorreproche, autodesaprobación,  desvaloración, miedos).
Diálogo con los demás (juicios, crí­ticas, ocuparse de asuntos irrelevantes sin ninguna utilidad para si mismo ni para los demás)
Ausencia de visión personal.
¿De dónde se toma y cómo llegar a ser más energíético?

Ejercicio fí­sico de nuestra preferencia.
Dormir bien
Tener relaciones familiares, de pareja o amicales equilibradas.
Meditar (descarga diaria de energí­a negativa acumulada, reseteo o limpieza diaria)
Servicio, compartir con otros parte de uno.
Adecuada alimentación
Realizar la actividad o trabajo que  nos guste
Conectarse con la naturaleza
Seguir una visión
Por último, para mantenernos energíéticos es recomendable encontrar fortalezas para hacer lo que nos gusta, deshacernos de lo que nos hace ruido y nos perturba, y si no podemos cambiar algunas cosas, buscar gratificarnos por lo que vamos logrando, valorando lo que tenemos. Podemos convertirnos en una fábrica energíética productora de optimismo, sonrisas, voluntad, comprensión y servicio con amor a donde vayamos.