(PL)
Japón depende cada vez más de los trabajadores extranjeros para cubrir el díéficit en su fuerza laboral domíéstica, informaron fuentes del gobierno.
De acuerdo con el Ministerio de Trabajo, las cifras oficiales muestran que una cifra ríécord de 790 mil inmigrantes laboran ahora en Japón, tras el ingreso al país de poco menos de la mitad en los pasados seis años.
No obstante, organizaciones civiles advirtieron que el número real podría rebasar el millón, pues no todas las empresas declaran la contratación de inmigrantes y la mayoría ocupan empleos mal remunerados o que nadie más quiere.
Al respecto, la Unión de Libertades Civiles de Japón precisó que muchos trabajan en las tareas de descontaminación derivadas del desastre de 2011 en la central nuclear de la prefectura de Fukushima, aunque hasta hace poco recibían salarios por debajo de lo estipulado.
Según la organización, labores vinculadas a la esfera de la Seguridad Social como el cuidado de niños y ancianos y la enfermería, así como el trabajo en obras de construcción, constituyen las principales fuentes de empleo para los inmigrantes en la nación asiática.
Con la disminución prevista de la población activa de Japón en al menos 20 millones de personas para los próximos 30 años, las autoridades plantean que los trabajadores extranjeros están llamados a cumplir un papel cada vez más importante en el futuro de la tercera economía del mundo.