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Autor Tema: La batalla entre imperios financieros…  (Leído 127 veces)

OCIN

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La batalla entre imperios financieros…
« en: Febrero 03, 2016, 06:43:12 pm »

Por…

Wim Dierckxsens
Walter Formento

 

El 3 de diciembre de 2015 hubo una prueba de fuerza entre imperios financieros en su batalla por el mundo. La Reserva Federal presionó durante todo el año 2015 al BCE (Banco Central Europeo) para que impulsara un fuerte programa de flexibilización cuantitativa en beneficio del dólar. Desde principios del 2015 el Bundesbank (Banco Federal –Central- Alemán) se habí­a opuesto a esta forma de expansión monetaria porque beneficiaba al Dólar y no al Euro, pero hasta diciembre prevalecieron en el BCE los actores Europeos alineados a los intereses financieros globalistas, que hasta diciembre aún no habí­an abierto su ataque al dólar. Hasta ese momento no se habí­an tornado antagónicos los intereses financieros de los nacionalistas neoconservadores de EEUU, con los intereses financieros de los globalistas neoliberales de Wall Street/Londres/Hong Kong.

En el año 2016, antes de las elecciones de noviembre en EEUU, los intereses financieros globalistas de la City de Wall Street y la City de Londres esperan acabar con la Era del dólar. Esa Era que nació en la Conferencia de Bretton Woods en junio de 1944 impuesta por EEUU, como el verdadero vencedor de la guerra financiera que se inicia en 1929 y de 2da guerra militar mundial que se inicia en 1939. Con esta imposición, el mundo se dividió en dos, dando inicio al bipolarismo geopolí­tico con punto de apoyo en el Berlí­n de la Alemania dividida, entre el mundo occidental de EEUU y el mundo oriental de la URSS. Esa Era del Dolar inicia su crisis en 1991 con la “caí­da” del Muro de Berlí­n y la “caí­da” de la URRS. Este momento es de carácter polí­tico, pero hay otro económico de mucho peso a tener presente.

El mundo como un todo, al entrar al año 2016, ha alcanzado niveles de saturación de deuda. Solo la tasa de interíés cero ha permitido el creciente endeudamiento año tras año posponiendo el colapso financiero internacional. Cuando la pirámide invertida de deudas ya no puede continuar creciendo, el colapso es inevitable. El 2016 muestra los signos donde los márgenes de maniobra de los bancos centrales se han agotado. Sin poder aumentar la emisión en dólares sin respaldo real, a tasa negativa y comprando los bonos incobrables emitidos antes. Además, sin poder emitir sin respaldo real, no solo en Dólares, sino tambiíén en Yenes y en Euros, se torna inviable que nuevos ´inversionistas´se sumen al esquema de la pirámide invertida de Ponzi, que es su prerrequisito de funcionamiento.

Pues, continuar con un esquema ´ponzi´ requiere de nuevos ´inversionistas´. Estas nuevas inversiones cada vez más grandes solamente han sido posibles mediante nuevos críéditos, o sea, nuevas y cada vez mayores deudas. Hemos llegado al extremo hoy que dinero equivale a deuda, o sea, habiendo tanta deuda a partir de la emisión de dinero por los Bancos Centrales sin respaldo real, el dinero hoy se reduce a deuda.

La economí­a real en Occidente se encuentra en estado agonizante, al no invertirse el creciente críédito en ella. No se invierte en la economí­a real en los paí­ses centrales por haber bajado la tasa de ganancia en esa orbita a casi un 0%, hecho que coincide con el estallido de la Crisis Financiera Global de 2007/2008. Cuando la economí­a real ya no puede generar las ganancias suficientes para que estos nuevos acreedores participen en las ganancias en forma de intereses y dividendos, o cuando esa economí­a real para peor tiende incluso a contraerse, la ´solución´ creada por los bancos centrales ha sido bajar las tasas de interíés hasta llegar incluso a niveles negativos. Con tasas de interíés cada vez más negativas, el servicio a la deuda tiende a la baja y podrí­a continuarse con la pirámide invertida. Sin embargo, hay lí­mites para bajar las tasas de interíés a niveles cada vez más negativos. Conforme las tasas de interíés se tornen negativas, el sistema mismo pierde credibilidad ante un número creciente de actores. Al acabarse las posibilidades de endeudamiento con tasas de interíés negativas, la Reserva Federal hace efectiva a fines de 2015 un aumento en la tasa de interíés (de 0,25 a 0,50%). Hace efectiva la decisión anunciada en junio de 2013 de elevar la tasa de interíés, solo que la eleva a 0,50% cuando habí­a anunciado elevarla al 2,5%.

Lo anterior no solo implicará que los paí­ses emergentes se encontrarán en crecientes problemas de pago, lo cual sucede desde el anuncio de la Fed-Bernanke en junio de 2013 y servirá de pretexto para echar la culpa al colapso, que se está acelerando en el mismo centro del poder financiero.

En el inicio mismo del año 2016, Occidente se encuentra ante un proceso de bancarrota a gran escala. A fines del año 2015 se levantan banderas rojas en el mercado de los bonos porque aumentan sin cesar las deudas impagables de los llamados ´bonos basura´, y ya no tanto de los gobiernos sino más bien de las propias corporaciones globales. El mercado de bonos (deudas) es aquel donde empresas, paí­ses e individuos toman príéstamos de dinero. Es un mercado mucho más grande que el mercado de valores (las bolsas de valores). En Estados Unidos, por ejemplo, el mercado de bonos es dos veces más grande que la bolsa de valores de Wall Street. Las deudas impagables, constituyen hoy por hoy una proporción significativa de todo el mercado de bonos. La revista ´Financial Times´ informó el 24 de noviembre de 2015 que la mitad de los bonos corporativos son bonos basura y que la tasa de bancarrota alcanzó niveles no vistos desde la crisis de 2008.

Con las tasas de interíés negativas (en tíérminos reales) las corporaciones no-financieras norteamericanas (básicamente) enfrentaron en 2015 una deuda de 7.7 billones de dólares. Durante los primeros once meses del año 2015 unas cien compañí­as globales entraron en bancarrota, de las cuales 62 son norteamericanas y alineadas con la estrategia financiera multinacional retrasada. Las empresas calificadoras de los bonos (deudas) como Standard&Poors, alineadas con los intereses financieros globalistas, calificaron a la baja a un número creciente de corporaciones globales, es decir, dudan de su capacidad de pago. Muchas de esas corporaciones globales endeudadas entrarán en bancarrota en 2016. La consecuencia lógica de estas bancarrotas es que la bolsa de valores de Nueva York, donde se cotizan las acciones de las corporaciones en general y, por lo tanto, tambiíén de aquellas con problemas de pago, está de regreso de su máximo del 3 de diciembre de 2015.

Una caí­da libre sin parar se perfiló en Wall Street en los primeros 12 dí­as del año 2016. Ya no cabe duda alguna, nos encontramos en 2016 ante una Gran Depresión y aparentemente bien manipulada por los intereses globalistas. Vivimos en un mundo donde no solo la economí­a sino tambiíén las crisis económicas cada vez más se manejan con planificación centralizada. Una crisis económico financiera inducida desde un centro de poder financiero, que se posiciona para acumular poder/valor a partir de producir la crisis. Muy similar a lo sucedido en 2007/08. Tal vez lo nuevo respecto a 2008, es que están dadas las condiciones mundiales de poder para “dejar caer” a los perdedores, a las transnacionales financieras retrasadas. Dejarlas caer significa dejar que quiebren y sean desarticuladas y absorbidas por los “ganadores”. ¿Cuáles son los posibles actores internacionales ganadores? Son los escenarios de posibilidad de los cuales debemos dar cuenta.

Hacia fines del año 2015, pudimos observar que son 27 mercados bursátiles en el mundo los que han perdido más del 10% desde su máximo alcanzado en el año. Por otro lado, llueven los estudios que afirman que ni China ni los paí­ses emergentes podrán continuar siendo paí­ses de destino de las inversiones a escala global. La campaña contra China tiene todos los indicadores que continuara en el 2016. Seguramente habrá nuevos intentos para consolidar un gran crash (golpe) financiero en el paí­s asiático, estallido y colapso financiero que va a ser “manipulado” seguramente mediante “entrevistas de opinión estratíégica” y los multimedios/tics de comunicación desde Wall Street/Londres. Si bien es cierto que se produjeron en 2015, en dos momentos consecutivos, caí­das abruptas del valor de las bolsas de China (y sin lugar a dudas con ´ayuda´ del capital especulativo externo), tambiíén es cierto que en el primer semestre del año 2015, hubo una gigantesca capitalización bursátil en el gigante asiático. En sí­ntesis, durante el año 2015 la capitalización bursátil de China ha dado positiva.

Que el modelo económico chino tiene serias fallas estructurales no puede ser discutido, pero no es riguroso afirmar que se acabó el milagro chino y que entró en depresión. Que ya no crece como antes es cierto, paso de 10% a 7% anual. Que su PBI medido por su PPA se quintuplico entre 1980-2008, cuando dejo de crecer al 10% de media e inicio su caí­da al 7%, tambiíén lo es. Por lo tanto, crecí­a a un 10% sobre un total 5/7 veces menor, y crece hoy al 7% sobre un total 5/7 veces superior. Entonces, ¿dónde estarí­a la crisis de china? No en este indicador económico. Afirmar que está en pleno colapso financiero está fuera de toda realidad y suena más bien a un (otro) ataque planificado. Todo esto se percibe más como un intento de atribuir el caos venidero a causas externas, sea en lo económico con China o en lo militar con Rusia.

El colapso financiero en marcha en los EE.UU. se da en el contexto global que se construyó a partir del “golpe de estado financiero de junio de 2013 contra los paí­ses emergentes organizado por la Fed”, que llevo a que en muchos paí­ses emergentes el mercado bursátil colapsase en 2015. Tambiíén las bolsas de valores en paí­ses europeos como Alemania, Reino Unido, España y Polonia perdieron en 2015 más del 10%.

Es a partir del alza de la tasa de interíés (de 0,25 a 0,50%) en diciembre de 2015, que esto alcanzo al mercado bursátil de EEUU. Las principales bolsas de valores de Nueva York (Standard&Poors, Nasdaq y el Dow Jones) han sufrido sustanciales bajas en diciembre de 2015, y el año 2016 comenzó con valores de píérdidas diarias nunca visto antes en los últimos cien años. En nuestra opinión, el colapso financiero que estamos observando “está beneficiando a” los intereses financieros globalistas. El fortalecimiento del Estado Global Unipolar llevado a cabo por el FMI, el Banco de Basilea (Banco central de todos los bancos centrales) y los bancos centrales hegemonizados por los Rothschild-HSBC, no es tanto la eventual resultante del colapso financiero sino más bien su causa, al haberlo provocado para lograr instaurarlo.

No tienen ningún reparo ante una nación como EEUU, ni ven a EEUU como demasiado grande para no dejarlo caer. Para ellos los EEUU, la Reserva Federal y el dólar son solo piezas de ajedrez en un tablero mayor. Por ello insistimos en considerar que, antes de las elecciones de noviembre de 2016, es de esperar que presenciemos ya la demolición controlada del poder unipolar centrado en EEUU. En medio del caos económico, polí­tico y hasta militar, los globalistas nos querrán hacer creer que no hay otra opción y además, crearán el caos necesario para convencernos a todos nosotros de ello.

El alza en la tasa de interíés de la Fed, significa que hay ´luz verde´ para dejar caer al dólar. Esta polí­tica de dejar caer al dólar estimuló la venta neta de bonos del Tesoro por sus principales tenedores en 2015, fenómeno que sin lugar a dudas podrá acelerarse en el año 2016. Con ello la situación del dólar se ve comprometida directamente. Podemos mencionar que el Banco Popular de China reportó, el 7 de diciembre de 2015, que en el mes de noviembre habí­a vendido 87 mil millones de dólares en Bonos del Tesoro, lo que representa el 2.5% de las reservas vendidas en un solo mes. Desde su máximo en junio de 2014, el Banco Central de China ha vendido bonos del Tesoro por un monto de medio billón de dólares, lo que representa el 14% de todo su stock de reservas. El Banco Central de Japón, el segundo poseedor más importante de los bonos del Tesoro, vendió el 6% desde su máxima posesión alcanzada hace unos años.

 

Suerte en sus inversiones…


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