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Los niveles de la economía podrían inclinar a 10 millones de votantes británicos en su decisión de permanecer o no en la Unión Europea, segmento clave para esta permanencia, señalaron encuestadoras.
Este parecer lo reflejan este miíércoles buena parte de los medios de prensa especializados y economistas, que aprecian tal elemento como fundamental en la cotidianidad del Reino Unido.
Las encuestas difundidas durante esta jornada señalan que el Reino Unido está dividido en el asunto, con un peso significativo para las mujeres y 10 millones de votantes (Toda la nación cuenta con más de 64 millones de personas).
Estos votos posiblemente determinarán el futuro de la quinta mayor economía del mundo y el proyecto del propio bloque regional.
Algunos ciudadanos encuestados señalan que el bloque es dominado por franceses y alemanes. Cerca de uno de cada cinco votantes británicos dijeron que todavía deben decidir su posición.
Muchos son mujeres de mediana edad que apoyan a los conservadores y viven en las afueras de Londres, y en Escocia, dos de las zonas más proeuropeas del país (el Reino Unido se sumó al bloque europeo en 1973).
Los proeuropeos advierten que una salida de la UE dañaría la economía británica y podría desencadenar la ruptura del Reino Unido mediante otro referendo, el escocíés. Mientras, los opositores al bloque dicen que el Reino Unido prosperaría mucho más fuera de la unión.
Durante la pasada campaña electoral británica, David Cameron, primer ministro y líder del Partido Conservador, prometió a su electorado un referíéndum de permanencia en la Unión, que debe celebrarse en 2017.
En 1992 se constituye la Unión Europea, con el expreso propósito por parte de Alemania y Francia de profundizar en la construcción federal y en la edificación de un proyecto tan económico como político.
El grupo es un club voluntario, pero una vez dentro, constituye un pacto donde las normas son de obligado cumplimiento.
Hay algunas excepciones, y se articularon precisamente para evitar que países reticentes a la integración, como el Reino Unido, quedaran al margen de ese proyecto.
El Reino Unido no está obligado a unirse al euro. Es una de las cláusulas que obtuvo tras los tratados de consolidación de la Unión Europea a principios de la díécada de 1990. Junto a Dinamarca e Irlanda, el Reino Unido no esta obligado a sumarse a la moneda única. En ese juego, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, desempeña un papel determinante en las negociaciones con el Reino Unido. Escepticismo y duda de buena parte de los británicos forman el complemento de la situación actual al respecto.
Recientemente, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señaló al respecto que se trata de un momento crítico, cuando el riesgo de ruptura es real, mientras las negociaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea son muy frágiles.