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Autor Tema: El oro monoatómico: Entre la alquimia, las íélites y los antiguos extraterrestres  (Leído 1272 veces)

Scientia

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El oro moatómico: Entre la alquimia, las íélites y los antiguos extraterrestres


Con el incansable propósito de despertar y transmutarse el hombre ha utilizado distintas sustancias, esto podemos verlo reflejado en todos los registros históricos que hacen referencia a la alquimia y a los cientos de hombres, ávidos de sabidurí­a, riquezas y vida eterna, que engrandecieron este arte oculto y lo trajeron hasta nuestros dí­as.
Curiosamente, los alquimistas no buscaban el oro que todos conocemos, sino una transformación del mismo, es decir, modificaban la estructura tridimensional del oro común, y lo transformaban en una estructura bidimensional.

Los alquimistas y la búsqueda de la “piedra filosofal” que darí­a la vida eterna y convertirí­a el plomo en oro.
Un hecho verdaderamente asombroso acerca del enigmático polvo blanco de oro es que no es un descubrimiento nuevo. En la antigua Mesopotamia se lo denominaba shem-an-na, y los egipcios describieron eso como mfkzt, mientras en Alejandrí­a, y más adelante quí­micos como Nicolás Flamel veneraron eso como un regalo del Paraí­so, llamándolo la Piedra de los Filósofos.
Hoy esta sustancia monoatómica es denominada con el tíérmino cientí­fico de ORME (Orbitally Rearranged Monatomic Element).
En todas las etapas de su historia el sagrado «polvo de proyección» fue reconocido como poseedor de extraordinarios poderes de levitación, transmutación y teleportación. Se dijo que producí­a una luz brillante y rayos letales, siendo al mismo tiempo la clave de una activa longevidad fí­sica.

Representación del oro monoatómico
Pero veamos las tres etapas básicas en el descubrimiento y confección del Oro Alquí­mico:
1. Antiguo Egipto
La fabricación de objetos de oro para el faraón era llevada a cabo en hornos adaptados a ese fin.
Durante el proceso de fundido y fabricación siempre habí­a residuos y restos de oro que quedaban dentro del horno. Estos restos sufrí­an el proceso continuo de fundido y solidificación, de enfriado y calentado, puesto que no eran retirados del horno. Con el correr del tiempo, los artesanos descubrieron pequeñas cantidades de un polvo blanco en los lugares donde habí­a residuos acumulados.
A travíés del proceso alternado y continuo de fundición y enfriado, el oro común se habí­a convertido en un extraño polvo blanco.
Fieles a los impulsos de exploración y experimento propios del ser humano, a algunos artesanos se les ocurrió comerlo. Y allí­ ocurrió un milagro. Se hallaban ante la sustancia más poderosa del mundo para alterar la conciencia y la fisiologí­a humana.
Sus poderosos efectos permanecí­an por varios dí­as en quienes los habí­an consumido y pasado este tiempo estas personas nunca volverí­an a ser como antes. Se transformaban en «dioses vivientes».
En la actualidad se han hallado varias momias que poseen este polvo blanco sobre distintas áreas de su superficie.
2. India Medieval
En la India encontramos nuevamente la fórmula y la fabricación del oro alquí­mico.
Llevaba años elaborarlo y era realizado a veces por familias enteras. Una vez obtenido, era ingerido periódicamente en pequeñas cantidades por algunos miembros eminentes de la familia, y luego era heredado por las generaciones siguientes para su consumo.
Para obtenerlo, se envolví­an cuidadosamente determinadas cantidades de oro común y se introducí­an en una hoguera que producí­a su fundición. Luego se lo enfriaba rápidamente, para volver a fundirlo a continuación, y así­ sucesivamente, a lo largo de muchos años, hasta obtener el preciado polvo blanco.
Los alquimistas hindúes denominan «Puttah» a este procedimiento.
3. Experimentos actuales
La ciencia actual no ha podido elaborar a travíés de sus sofisticados medios modernos lo que los egipcios e hindúes realizaban sin problemas hace cientos y miles de años: el Oro Alquí­mico.
David Hudson descubrió que el oro común, que posee dos átomos, se transforma en un polvo blanco de extraordinarias caracterí­sticas fí­sicas si se lo priva de uno de ellos. El oro transformado en polvo blanco alquí­mico serí­a un oro monoatómico.
David Hudson construyó un laboratorio especial y logró fabricarlo, aunque hasta hoy no ha podido eliminar la toxicidad existente en ese polvo blanco, algo que las civilizaciones antiguas sí­ lograron hacer. El oro común es tóxico, pero el oro monoatómico, si está bien elaborado, no lo es, en cambio, tiene propiedades altamente beneficiosas para el organismo; y según los antiguos conocedores de las artes ocultas, consumirlo continuamente volverí­a «inmortal» a la persona.
David Hudson está dedicado en la actualidad a lograr el oro blanco alquí­mico sin ningún grado de toxicidad.
El Oro Monoatómico y los Anunnaki
Sitchin afirmó que uan raza extraterrestre llamada los Anunnaki vino a la Tierra en busca de oro, para ello crearon al hombre, para que sirva de mano de obra y ayude a extraer más mineral. Sin embargo, esto no podrí­a estar totalmente correcto.

Otros estudiosos del tema han sugerido que posiblemente lo que buscaban los Anunnaki era el Oro Monoatómico y no el oro común. Esta sustancia que podrí­a salvar su mundo y hacerlos perdurar de manera fí­sica por más tiempo, un tiempo con el que los humanos no podemos imaginar.
¿Es acaso posible que existan hoy en dí­a grupos de íélite y sociedades secretas que conozcan estos misterios? Algunos hechos parecen sugerirlo.
Efectos del consumo del «polvo blanco»
El consumo de este oro monoatómicopermitirí­a a una persona procesar infinitas cantidades de información como si fuese un super computador y cuando hubiese absorbido lo suficiente, le permitirí­a moverse a travíés de otras dimensiones y cambiar de forma, porque de repente el cerebro estarí­a activado para abrir esas vastas áreas que no usamos hoy en dí­a.
Curiosamente en el año 2003, en los Montes Bucegi (Rumania), se realizaronvarios descubrimientos, entre ellos, una ánfora misteriosa…
La ánfora estaba llena de un fino polvo blanco. Los investigadores encontraron que la substancia tení­a una estructura cristalina desconocida de oro monoatómico, muy difí­cil de obtener especialmente en su fórmula de gran pureza.
El Sr. “Massini”, sabí­a de esta ánfora incluso antes de llegar al Monte Bucegi.

El oro en polvo en su forma pura estimula ampliamente ciertas vibraciones y el intercambio de energí­a a nivel celular y neuronal. Ello produce un acelerado proceso de rejuvenecimiento. Teóricamente un hombre puede vivir en el mismo cuerpo fí­sico durante unos miles de años, siempre y cuando consuma de vez en cuando una cantidad estipulada de oro monoatómico en polvo.
Esto explica muchos aspectos misteriosos de la increí­ble longevidad de algunos personajes importantes y muestra las intenciones ocultas de la íélite mundial, como tambiíén explica que antiguamente la gente viviese tantí­simos años y sin enfermedades…