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Autor Tema: Las Grandes Olas y la realidad oculta del Contacto  (Leído 509 veces)

Scientia

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Las Grandes Olas y la realidad oculta del Contacto
« en: Mayo 02, 2016, 09:23:33 pm »
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Las Grandes Olas y la realidad oculta del Contacto



Parte de las Grandes Olas de cambio para la humanidad es el hecho de tener que enfrentar la realidad de que no está sola en el Universo y ni siquiera dentro de su propio mundo. Porque fuerzas expedicionarias de la Comunidad Mayor, del Universo fí­sico, están en el mundo hoy y han estado aquí­ por algún tiempo —interfiriendo en los asuntos humanos, manipulando la percepción humana, promoviendo los conflictos humanos, actuando clandestinamente detrás de las escenas, tomando a la gente en contra de su voluntad y sometiíéndola a experimentos a menudo terribles, modificando sus mentes para que apoyen y sean leales a esta Intervención.
Mientras habíéis estado viviendo vuestra vida en circunstancias normales, grandes cosas han estado sucediendo entre bambalinas, cosas de las que el público no tiene ni idea. Y aunque muchas personas han visto naves volando en sus cielos y se han reportado innumerables avistamientos, el misterio de esta presencia en vuestro mundo ha permanecido encubierto, entre bastidores, fuera de la visión pública.
Muchos de vuestros gobiernos han hecho un gran esfuerzo para desalentar cualquier investigación sobre el tema, creando un velo de secreto y ridí­culo que ha desalentado muy eficazmente la conversación y la conciencia públicas de este gran encuentro, de este gran desafí­o para la libertad humana. Ningún gobierno admitirá a su gente que se enfrenta a un adversario para el que no tiene una respuesta adecuada.
Así­ que el misterio de esto ha sido cubierto ahora por la mentira y el engaño. La gente ha sido alentada a creer en cosas fantásticas sobre la presencia extraterrestre en el mundo, pensando que se trata de una fantasí­a o que representa una especie de historia maravillosa del pasado. Esto está ahora tan envuelto en medias verdades, engaños, ridí­culo y fantasí­as, que incluso las personas que han reconocido una presencia extranjera en el mundo no pueden pensar con claridad al respecto. Se ha creado mucha confusión en este tema, enturbiándolo, torciíéndolo y modificándolo en gran medida. Algunas personas incluso han sido alentadas por los gobiernos a contar historias fantásticas y disparatadas, para desacreditar a cualquiera que pudiera tratar de presentar algo verdadero o real o intentara generar una conversación honesta —un debate, una conversación, una conciencia públicas.
En este momento en que las Grandes Olas están comenzando a emerger han llegado al mundo otras fuerzas, competidores del Universo. Ellos no vienen con armas. No vienen con una armada de naves. Vienen con el poder de la persuasión y el engaño. Su tecnologí­a es avanzada, pero confí­an especialmente en su capacidad para influir en las mentes de los que viven aquí­. En esta Comunidad Mayor de vida inteligente en el Universo, la guerra como se la conoce en este mundo es en realidad mucho más inusual de lo que podrí­ais imaginar. Se han encontrado otras formas para superar a los rivales: trucos, engaños, manipulaciones, proyecciones y poder en el ambiente mental —un ambiente del que la humanidad no sabe casi nada.
Mientras que la influencia se intenta en cada hogar y en cada nación, la influencia en la Comunidad Mayor ha alcanzado demostraciones mucho más grandes y sutiles, y es tambiíén mucho más poderosa. Aquellas razas que están intentando acceder al mundo quieren conservar sus recursos. Ellas ven a la humanidad como uno de los recursos. No están aquí­ para destruiros, sino para utilizaros: para utilizar vuestra inteligencia y vuestra fuerza, para utilizaros a su servicio. Y se tomarán el tiempo que sea necesario, utilizando medios muy sutiles para lograr este fin.
El mundo es muy valioso. Es muy rico biológicamente, y tiene una gran e importante posición estratíégica. Vosotros no os dais cuenta del gran premio que es este mundo y de cuánto es valorado por aquellas pocas razas que son conscientes de íél y lo buscan para sí­ mismas. Ellas competirán por íél, pero usarán medios y tácticas similares.
Tratarán de debilitar a las naciones más fuertes involucrándolas en conflictos sin solución, fomentando el uso excesivo de los recursos del mundo, recursos que ellas mismas no necesitan. Extenderán el descontento. Promoverán la idea de que el liderazgo humano no puede salvar al mundo, que la humanidad es esencialmente destructiva y que solo un poder extranjero —solo el poder de la Intervención— puede salvar a la humanidad de sí­ misma, de destruirse a sí­ misma, de destruir su mundo y de sucumbir a las Grandes Olas de cambio.
Ahora teníéis competidores de más allá del mundo. No son guerreros. No os conquistarán por la fuerza. Sus poderes son sutiles pero muy eficaces en un mundo donde la gente está dividida y en conflicto entre sí­, en un mundo donde la gente ignora las realidades y exigencias de la vida en el Universo a su alrededor, en un mundo donde la gente es supersticiosa, en un mundo donde la gente todaví­a no ha aprendido a confiar en el Conocimiento más profundo que Dios ha colocado en su interior.
Todo esto os hace vulnerables a la persuasión y la manipulación. Y si bien la intervención tratará de permanecer oculta y fuera de la vista de la mayorí­a de la gente en el mundo, aquellos que son conscientes de su presencia serán influenciados. Muchos serán tomados y sus mentes serán tornadas hacia la Intervención. Muchos serán utilizados para experimentos de reproducción. Muchos serán tomados y nunca devueltos a este mundo.
Esto es tan fantástico, tan increí­ble, que la gente apenas puede creer que algo así­ pueda suceder. Sin embargo, la gente ha olvidado que forma parte de la naturaleza, que la competencia y la intervención son parte de la naturaleza, que las especies tratan de competir entre sí­ por el entorno y los recursos. La humanidad ha llegado a una posición de poder y ha desarrollado una infraestructura en todo el mundo que las razas extranjeras pueden utilizar. La humanidad se enfrenta a las Grandes Olas de cambio. Por tanto, es especialmente vulnerable a la clase de influencia y persuasión que se presentará aquí­.
La gente dirá: "Esto es increí­ble. No me lo creo." Pero debíéis preguntaros: ¿quiíén ha estado volando en vuestros cielos desde hace muchas díécadas? ¿Quiíén ha estado produciendo pánico entre vuestros gobiernos desde hace muchas díécadas? ¿Y por quíé las naciones actuarí­an tan tontamente, sobrepasando sus recursos e involucrándose en conflictos con otros, conflictos que no pueden ganar? Podíéis decir que es la codicia y la estupidez humana, pero eso no es suficiente. Porque la humanidad se encuentra en un gran punto de inflexión, un punto de inflexión que o bien llevará a su declive permanente o bien a su futura ascensión como una raza unida y poderosa.
Es en este gran umbral que algunas razas ejercerán su influencia, porque los recursos del mundo son valiosos y porque estas fuerzas ven a la humanidad como un recurso. Con mucho cuidado se promoverá un cambio en la autoridad y una dependencia de la energí­a y la tecnologí­a extranjeras. Al mismo tiempo, la Intervención se presentará como una fuerza benigna y edificante para las pocas personas que han tomado conciencia de ella, y especialmente para aquellas que han caí­do bajo su influencia.
Esto complica vuestra situación. En efecto, crea una gran barrera para el reconocimiento de las personas. Se ha plantado ahora tanta confusión, engaño y ridí­culo en la conciencia humana que la gente —especialmente en los paí­ses más ricos— tienen miedo hasta de pensar en estas cosas, creyendo que si lo hacen serán tontos o parecerán tontos a los demás.
Es por eso que ahora debe darse un Nuevo Mensaje, porque la humanidad está en el punto de inflexión que determinará si será una civilización fracasada, una raza fracasada en un mundo que con el tiempo se verá sometido al poder y la dominación extranjeros, o si ejercerá su mayor inteligencia y su mayor poder, para llegar a ser una raza unida y libre dentro de una Comunidad Mayor de vida inteligente en el Universo.
Debíéis ver que vosotros sois los pueblos originarios de este mundo y aprender las lecciones de la Intervención. Aprended las lecciones que os ha enseñado lo sucedido con los pueblos indí­genas cuando estos se encontraron con fuerzas de más allá de su conciencia, fuerzas mostrando una tecnologí­a diferente y quizás mayor, fuerzas que no comprendí­an, fuerzas que erróneamente interpretaron como algún tipo de entidades o emisarios espirituales.
La historia os cuenta cómo grandes civilizaciones han capitulado ante pequeños grupos de invasores inteligentes y engañosos. Esto se ha demostrado una y otra vez en la historia del mundo, especialmente en la historia reciente. Incluso hoy en dí­a, naciones y culturas enteras están cayendo bajo la persuasión de potencias extranjeras por su dependencia de la tecnologí­a extranjera y por la persuasión de la propia Intervención.
Ahora, toda la humanidad se enfrenta a esto. Ahora, toda la humanidad representa los pueblos nativos de este mundo, que enfrentan la intervención de pequeñas fuerzas expedicionarias que están aquí­ para tornar a la humanidad contra sí­ misma, para ganar influencia, para conseguir el dominio, para unirse con personas psicológica y emocionalmente y, en algunos casos, incluso biológicamente. De este modo, la humanidad podrí­a ser conquistada sin ningún signo de violencia abierta. Así­ es como una raza más inteligente y unida toma el control de una raza mucho mayor en número, pero más díébil y dividida.
Vosotros os enfrentáis ahora a capacidades que aún no habíéis cultivado. Os enfrentáis ahora a un engaño que es doblemente difí­cil de discernir, debido a las intenciones de la Intervención de engañaros y debido a la dificultad y la confusión que los propios seres humanos han sembrado alrededor de este fundamental y trascendente evento.
El Creador de toda vida no permitirá que la humanidad sea conquistada sin más a travíés del engaño, la astucia y la manipulación sin hacer una gran advertencia. El Nuevo Mensaje ha dado esta advertencia. Incluso ha llamado a vuestros aliados potenciales en el Universo para enviar espí­as a observar esta Intervención y dar su informe. Estos espí­as nunca han visitado la Tierra, pero han sido testigos de la Intervención y han enviado su informe en la serie de Discursos de los Aliados de la Humanidad. Vosotros no sabíéis quienes son estas razas, pero su testimonio es esencial para vuestro desarrollo y vuestra preparación para la Comunidad Mayor.
Al unir todas estas piezas, la imagen se vuelve muy clara. La familia humana está ahora en lucha frente a un mundo en decadencia, frente a un mundo con recursos en declive, frente al riesgo cada vez mayor de competencia, conflicto y guerra entre sus naciones y pueblos divididos. En estas circunstancias, los competidores usan estas situaciones a su favor y se aprovechan de la debilidad, la superstición y el conflicto humanos.
Si pudierais mirar la historia de la humanidad, en particular su historia reciente, allí­ donde se han usado otras alternativas a la fuerza para obtener el control de otras naciones y pueblos, verí­ais que hoy la Intervención está siguiendo un patrón muy familiar. Es solo que la humanidad no está acostumbrada a estar en esta posición. Se cree predominante. Se cree poderosa. No reconoce que otra raza podrí­a venir y aprovecharse de sus debilidades, sus conflictos y sus supersticiones.
Todas estas circunstancias trabajan ahora en vuestra contra, y es por eso que un Nuevo Mensaje ha sido enviado al mundo para advertir y preparar a la humanidad para las Grandes Olas de cambio y para la realidad del encuentro con una Comunidad Mayor de vida inteligente.
La gente no sabe nada sobre la vida en el Universo, y es por eso que este tipo de educación es tan fundamental y esencial. Incluso vuestros grandes cientí­ficos pensarí­an que cualquier persona que viniera a visitaros estarí­a fascinada con la humanidad, querrí­a compartir su ciencia y su tecnologí­a con la humanidad y querrí­a ayudar a la humanidad. Y sin embargo, en realidad las primeras razas que encontraríéis directamente serán exploradores de recursos y colectivos económicos, aquellos que están aquí­ para sacar partido de una inmensa oportunidad y que se aprovecharán de vuestro lugar en la historia, de vuestras circunstancias, de vuestras tendencias y de vuestra ignorancia.
Esta advertencia sobre la Intervención debe ser parte de vuestra educación ahora, o de lo contrario subestimaríéis el poder de la íépoca en que viví­s. Subestimaríéis el poder y los peligros de las Grandes Olas de cambio y cómo estas pueden utilizarse contra vosotros por otros a los que no reconocíéis.
Estos visitantes del mundo no son seres multidimensionales. No son del mundo espiritual. No son ángeles o demonios. Son seres fí­sicos como vosotros, impulsados por las mismas necesidades que impulsan a la humanidad —la necesidad de recursos, la necesidad de control, la necesidad de riqueza y la necesidad de estabilidad.
No hay nadie en el mundo que pueda educaros sobre la Comunidad Mayor ni ofreceros sabidurí­a de la Comunidad Mayor. Esto realmente debe venir de Dios. Parte de esta preparación debe provenir de las pocas razas que son conscientes de vosotros, de quienes podrí­an ser vuestros futuros aliados, porque su testimonio es crucial para vuestra comprensión. En la naturaleza mayor de las cosas, las razas avanzadas y exitosas deben transmitir su sabidurí­a a los mundos emergentes como el vuestro, y deben hacerlo sin llegar a interferir en esos mundos.
Esto representa una tradición en el Universo mayor de lo que todaví­a sois conscientes. Pero ahora sois los beneficiarios de ella, y tal regalo de sabidurí­a debe darse sin manipulación ni intervención. Es por eso que las razas que están interviniendo hoy en el mundo representan a aquellos que buscan aprovecharse de una humanidad díébil y dividida.
Debíéis tener mucha fuerza para enfrentar esto. Debíéis ser capaces de reunir en vuestro interior el coraje para enfrentar esto. Si os equivocáis aquí­, si no reconocíéis vuestra situación y vuestra oposición, entonces cometeríéis un error grave y quizá fatal. Es por eso que este regalo de Dios, este regalo de profundo amor y respeto por la humanidad, debe darse con gran urgencia y seriedad.
No os dais cuenta del premio en el que estáis viviendo, este hermoso mundo, ni de lo raros que son mundos así­ en el Universo, ni de cómo las naciones tecnológicamente avanzadas han sobrepasado sus mundos originarios y ahora deben viajar buscando recursos. De hecho, esto no es un misterio. Forma parte de la naturaleza, la naturaleza que podíéis comprender. La historia del Universo no es tan diferente de la historia de vuestro mundo, donde los fuertes dominan a los díébiles si pueden.
Es por eso que no podíéis ser complacientes. No podíéis ser estúpidos y autoindulgentes. No podíéis ser perezosos e indolentes ni frente a las Grandes Olas de cambio ni frente a esta Intervención de la Comunidad Mayor en la que viví­s.
Esta representa la gran advertencia que el Nuevo Mensaje está proporcionando. Pero el Nuevo Mensaje ofrece una bendición y una preparación porque la humanidad tiene el poder para contrarrestar esta Intervención y enfrentar y navegar los tiempos difí­ciles que se avecinan en vuestro mundo.
La humanidad ha sembrado las semillas de su propia destrucción por el mal uso y el abuso del mundo, pero esto puede ser mitigado en gran medida, y la adaptación puede ocurrir. Pero para hacer esto, la humanidad tendrá que unirse. Tendrá que poner fin a sus conflictos incesantes, prepararse para enfrentar un mundo en declive y prepararse para hacer frente a la competencia de la Comunidad Mayor.
Aquí­ estos tiempos tienen el poder de derrotaros, o bien de uniros y elevaros. La decisión no descansa solo en los gobiernos, sino en cada persona: en su capacidad para enfrentar el cambio, para responder al cambio, para prepararse para el cambio, para adaptarse al cambio y para unirse en nombre de la seguridad mutua. Porque ahora el íénfasis no debe estar en la seguridad nacional de una sola nación, sino en la seguridad del mundo entero.
Intervenciones como la que enfrentáis ahora continuarán, porque sois una raza díébil y dividida viviendo en un planeta hermoso. Esto atraerá aquí­ a otros que intentarán, principalmente a travíés de la persuasión y el engaño, influenciar a la humanidad para que se una a ellos, se vuelva dependiente de ellos y confí­e en ellos. Estas tendencias no cesarán aunque esta intervención se frustre.
Es como la chica joven entrando en la gran ciudad, pensando que todo el mundo será su amigo, sin tener una idea de cómo podrí­a ser explotada y utilizada y de las innumerables persuasiones a las que puede ser sometida para que consienta, para que se entregue. Esta es la complejidad y el reto de vivir en la realidad fí­sica.
Pero Dios os ha dado un Conocimiento más profundo que no puede ser manipulado ni persuadido y que no puede caer bajo ningún tipo de persuasión, ya sea su origen humano o de más allá del mundo. El Conocimiento dentro de vosotros solo responde a Dios y al Conocimiento en los demás. No puede ser manipulado ni persuadido, y es por eso que representa vuestra mayor fuerza —vuestra fuerza central, el aspecto más fiable de vosotros mismos—. Es por eso que el Conocimiento y la emergencia del Conocimiento tendrán un papel clave en la determinación del resultado para la humanidad, el cual en este momento permanece inseguro y pendiente. El Conocimiento es la fuerza más poderosa en el Universo, y la Intervención no la está utilizando, de lo contrario no estarí­a interviniendo aquí­.
La humanidad tiene una rica herencia espiritual a pesar de sus muchos errores. No os dais cuenta de quíé gran ventaja teníéis en estos encuentros iniciales con la vida en el Universo. No os dais cuenta de vuestros puntos fuertes. Son vuestros puntos díébiles los que serán explotados por esta intervención y por las futuras intervenciones. Es por eso que vuestra fuerza debe ser alentada, debe ser revelada y debe ser compartida, reconocida y aplicada. Eso es lo que el Nuevo Mensaje enfatiza.
Vosotros no sabíéis cómo prepararos para la Comunidad Mayor. No hay nadie en el mundo que sepa cómo hacer esto. Solo una potencia extranjera o Dios pueden enseñaros esto. Sin embargo, una potencia extranjera serí­a poco probable que lo hiciera a menos que tuviera un interíés especial aquí­, a menos que tuviera sus propios propósitos. Así­ que el mensaje debe venir de Dios. Los Aliados que han enviado su sabidurí­a no intervendrán. Porque la verdad es que la humanidad no está preparada para encontrarse con razas beneficiosas en el Universo. No teníéis la unidad. No teníéis el poder. No teníéis el discernimiento ni la sabidurí­a. Y todaví­a no teníéis la discreción.
Un contacto real y beneficioso con la vida en el Universo no puede suceder hasta que la humanidad haya enfrentado y superado las Grandes Olas de cambio. Pero mientras tanto, otros tratarán de intervenir, para aprovechar la incertidumbre y los conflictos crecientes de la humanidad, la incertidumbre y los conflictos que pueden generar las propias Grandes Olas de cambio.
No caigáis en la trampa de pensar que esto va sobre el amor o el miedo. Ese es un discernimiento necio. Va sobre la sabidurí­a o la falta de sabidurí­a. Va sobre la responsabilidad o la irresponsabilidad. Va sobre ver la verdad o no ver la verdad. Va sobre responder a la realidad o no responder a la realidad.
Eventualmente, tendríéis que superar vuestro miedo para ganar una mayor fuerza y una mayor objetividad. Pero esa es la meta. Para llegar a esa posición de claridad y fuerza, debíéis enfrentar el gran umbral que toda la humanidad está enfrentando ahora. Debíéis prepararos para este umbral, y debíéis superar vuestras fantasí­as infantiles y vuestras tontas distracciones.
Particularmente en los paí­ses ricos, las personas que se han acostumbrado a perderse en sus placeres, sus aficiones y sus adicciones deben despertar ahora a la realidad de que su preeminencia en el mundo está siendo desafiada y de que la propia Tierra no será capaz de proporcionarles lo que están acostumbrados a recibir de ella.
Las personas más pobres del mundo comprenden la privación. Comprenden la intervención. Comprenden la manipulación, ya que han estado viviendo bajo ella y sufriíéndola durante mucho tiempo. Son las personas ricas quienes son ignorantes, quienes están ciegas. Son ellas quienes deben ejercer las fortalezas de la humanidad. Son ellas quienes deben unir las naciones para preservar la libertad y la soberaní­a humanas en este mundo y para asegurar que la civilización humana no se desmorone bajo el peso y la fuerza de las Grandes Olas de cambio.
Debíéis escuchar el poder de este mensaje. Debíéis tener fuerza en vuestro corazón. Debíéis tener coraje. Si huis no habrá lugar donde esconderos, y solo debilitaríéis vuestra posición, haciíéndola más vulnerable en el futuro. El tiempo ahora es esencial —el tiempo para ver, para saber, para prepararos y para fomentar la unidad y la libertad humanas—. Hacíéis esto no solo por el valor que tiene por sí­ mismo, sino para asegurar la capacidad de la humanidad para hacer frente a las Grandes Olas de cambio y a una Intervención que hasta hoy funciona con muy poca conciencia y resistencia humana.
No pensíéis que una potencia extranjera vendrí­a aquí­ para tratar de ayudar sin querer algo de vosotros. No pensíéis que una potencia extranjera se implicarí­a con la humanidad y sus circunstancias difí­ciles, gastando tanta riqueza y energí­a, a menos que tuviera un gran motivo secreto. La historia os enseña que la intervención se realiza siempre por el interíés propio y que las razas que se enfrentan a la intervención, en caso de sucumbir, serán devastadas por ella y, en algunos casos, destruidas por completo.
Vosotros habíéis visto esto en vuestra historia. Es algo conocido en vuestro mundo. Forma parte de vuestra experiencia de la vida y la naturaleza. Debíéis ser realistas. Debíéis ser honestos. La situación no es tan confusa como pensáis. La nube de confusión es perpetrada tanto por fuerzas humanas como extraterrestres que buscan mantener a la humanidad al margen, que quieren mantener a la humanidad dividida, díébil y sin capacidad de respuesta. Pero el propio cuadro puede verse fácilmente si teníéis el valor de ver y la información y comprensión correctas.
Pero esta Intervención crea un ambiente engañoso. Tiene muchos aliados humanos que ahora forman parte de su engaño, que hablarán de la gran presencia aliení­gena, de sus regalos tecnológicos y de su promesa para el futuro de la humanidad. Tened mucho cuidado ahora. Tened mucho cuidado y usad el discernimiento. No caigáis bajo persuasiones perpetradas por poderes que nunca han revelado su verdadero propósito e intención, que funcionan aquí­ en secreto, que están involucrados en muchas actividades, muchas de las cuales son nefastas en su naturaleza. Reservad vuestro juicio hasta que podáis aprender y ver con más claridad.
La bendición que el Nuevo Mensaje está presentando es el reconocimiento y la garantí­a de que la humanidad tiene un poder mayor, el poder del Conocimiento. La humanidad tiene una larga tradición en la religión y la espiritualidad que, a pesar de sus muchos errores, ha mantenido viva la capacidad de la humanidad para seguir el Conocimiento y ha mantenido vivos el dar y la compasión en este mundo, mientras que estas cosas han fracasado en muchos otros mundos.
La humanidad tiene grandes fortalezas y gran promesa. La religión y la espiritualidad están vivas aquí­, en contraste con otras sociedades altamente tecnológicas donde ambas han muerto. En este aspecto teníéis un regalo que dar al Universo. Pero primero debíéis sobrevivir a las Grandes Olas de cambio. Y teníéis que sobrevivir a estos primeros intentos de intervenir en el mundo.
Debíéis uniros. Debíéis ser autosuficientes. Debíéis ser muy discretos. Estos son los tres requisitos de cualquier mundo o asociación de mundos para establecer si serán libres y autodeterminados en un Universo lleno de grandes persuasiones, en un Universo donde la competencia se lleva a cabo a una escala que no podíéis ni siquiera imaginar.
Ya es hora de que la humanidad madure, se una y se fortalezca. Ya es hora de que la humanidad deje de ser una administradora díébil y dividida de un hermoso planeta y se fortalezca y se una para la preservación del mundo y para la preservación y promoción en íél de la libertad y la soberaní­a humanas.
Dios os ha dado este mundo para proporcionaros todo lo necesario. En caso de agotar vuestra herencia natural, tendríéis que pedir lo que necesitáis a otros poderes en el Universo. Si esto ocurre, perderíéis gran parte de vuestra libertad y autodeterminación, convirtiíéndoos en un estado cliente de potencias extranjeras, que no dudarán en aprovecharse de vuestra posición debilitada y dependiente.
Este regalo es un regalo de amor. Es un regalo que viene con gran urgencia. Llama a un mayor Conocimiento y sobriedad en vuestro interior. Vuestro intelecto —vuestro pensamiento, la mente personal que ha sido tan condicionada por el mundo— puede argumentar en contra de esto, enfrentarlo, rechazarlo, negarlo, puede tratar de compararlo con otras cosas o puede tratar de unirlo con otras cosas. Sin embargo, esta comunicación se dirige a una parte más profunda de vosotros, la parte de vosotros que no puede ser engañada y no es necia, la parte de vosotros que es fuerte y naturalmente compasiva, la parte de vosotros que está unida y es capaz de unirse con otros.
La humanidad tiene la gran promesa de convertirse en una raza libre que progresa en el Universo. Pero, para lograrlo, debe hacer frente a los resultados de su propio mal uso del mundo. Debe unirse, debe ser fuerte, y debe cuidar de este mundo para que su autonomí­a pueda mantenerse en el futuro.
Solo si podíéis lograr esto será posible un contacto beneficioso con otras razas. E incluso aquí­ tendríéis que ejercer mucho discernimiento y discreción. Porque la libertad en el Universo es infrecuente. Las razas libres y autodeterminadas en el Universo son infrecuentes. En esto no os dais cuenta de las grandes ventajas que ya poseíéis en la limitada libertad que habíéis sido capaces de establecer en este mundo y cuánto beneficio ha producido esto para la humanidad.
Este es el mundo que habíéis venido a servir. Puede que no sea lo que vosotros queríéis que sea, pero es adecuado para aquello por lo que estáis realmente aquí­, porque habíéis venido con un propósito y una misión más grandes. Habíéis venido a hacer contribuciones especí­ficas al mundo en concierto con ciertas personas. Esto representa vuestro mayor propósito, no el propósito que crea vuestra imaginación o que enfatiza vuestra sociedad, sino el propósito mayor que nace de vuestra unión con Dios.
Habíéis venido al mundo a enfrentar las Grandes Olas de cambio y la Intervención. Este es el mundo que habíéis venido a servir. Si no podíéis reconocerlo, si no podíéis enfrentarlo, entonces vuestro servicio nunca será valorado y nunca será prestado. Por tanto, el primer gran umbral es enfrentar el gran umbral. Y es por eso que se os da ahora este Mensaje, esta preparación para la Comunidad Mayor y para las Grandes Olas de cambio.