Por... Diego Graglia
No es un secreto que la industria tecnológica está llena de hombres blancos, jóvenes y solteros.
Desde que empresas como Google, Twitter, Facebook y otras empezaron a difundir sus estadísticas de diversidad, quedó claro que las mujeres y las minorías son una proporción menor de la población dentro de sus oficinas coloridas con mesas de ping pong que fuera de ellas.
Ahora, un grupo de las ingenieras, emprendedoras e inversionistas más reconocidas de la industria lanzó un proyecto con el que busca darles herramientas concretas a los fundadores de startups para revertir esa tendencia.
Se llama Project Include (Proyecto Incluir) y arrancó con una lista de decenas de recomendaciones para cambiar la manera en que las empresas abordan este tema espinoso.
“Las políticas internas han estado influidas más por los abogados y la reducción del riesgo, enfocadas en evitar demandas legales, y excluyeron a aquellos que realmente entienden la manera en que las compañías pueden construir procesos y culturas incluyentesâ€, escribieron las activistas en su manifiesto de lanzamiento.
Una de las caras más conocidas del grupo es Ellen Pao, una inversionista de riesgo que demandó por discriminación de gíénero a la firma donde trabajaba, Kleiner Perkins Caufield and Byers. Pao perdió, pero el caso sirvió para mostrar prácticas cuestionables dentro de las firmas de inversionistas que tienen gran influencia dentro de la industria tecnológica, ya que financian a las empresas y participan en sus decisiones.
Otra figura reconocida es Erica Joy Baker, una ingeniera que pasó por Google y ahora es ejecutiva de Slack, una startup de comunicación corporativa que crece a pasos acelerados. Baker fue una de las cuatro mujeres que en febrero subieron al escenario en los premios Crunchies en nombre de Slack, en un gesto que llamó la atención. Esa fiesta mostró que las empresas son conscientes del problema, aunque tambiíén dejó en evidencia la poca presencia de latinos en la industria.
Tambiíén participa Laura I. Gómez, ex ejecutiva de Twitter y fundadora de la startup Atipica, que llegó a Silicon Valley desde Míéxico cuando niña y trabajó como niñera de altos ejecutivos tecno antes de comenzar su carrera en la industria.
Otras integrantes son la conocida inversionista y activista Freada Kapor Klein, Tracy Chou, que inició el primer conteo de empleados de minorías en empresas tecno, la emprendedora e inversionista Susan Wu, la emprendedora bethany McKinney Blount, y la abogada Y-Vonne Hutchinson.
Las recomendaciones que hacen son para ejecutivos de empresas de menos de 500 empleados en etapas tempranas de desarrollo, porque creen que es donde “el cambio es posible†y el impacto puede ser mayor, “aun fuera de la industriaâ€.
Algunas acciones que proponen son:
.- Asegurar a los empleados un equilibrio entre el trabajo y la vida personal, para que todos tengan las mismas oportunidades de íéxito en la empresa, incluidos, por ejemplo, los que cuidan de un familiar —sea un bebíé o un anciano—.
.- Ofrecer beneficios pensados para todo tipo de personas. En las startups, dicen, es muy común ver mesas de billar, alcohol gratuito, consolas de videojuegos, salidas en grupo de varios días y otros privilegios que atraen a hombres solteros. Pero pocas brindan servicios como guarderías o la posibilidad de tomarse días para cuidar a un familiar enfermo.
.- Tener códigos de conducta para los empleados donde se enfatizen los principios por encima de las reglas.
.- Contratar a quien se encargue de Recursos Humanos entre los primeros 25 empleados y sumar pronto a alguien responsable de diversidad e inclusión.
.- Hacer mediciones constantes de diversidad y usar cifras que sean comparables con las de otras empresas.
.- Permitir a los empleados crear grupos de apoyo e intereses comunes.
.- Capacitar a los que serán jefes y tambiíén a los que hacen entrevistas para contrataciones para que estíén conscientes de cómo hacer “preguntas incluyentesâ€.
.- Asignar un compañero a cada nuevo empleado para que lo ayude a insertarse en la cultura de la empresa.
.- Designar un o una ombudsman externo que sirva de guía a los empleados, sobre todo si hay diferencias con la empresa.
En el contexto actual en que algunas startups están despidiendo empleados y reduciendo sus gastos, las activistas plantean que las mujeres y minorías pueden ser afectadas más que otros grupos.
“Aunque las startups están haciendo esfuerzos para implementar estrategias de mejora de la diversidad —dicen—, la realidad es que la mayoría toman acciones limitadas y posiblemente perjudiciales, como capacitaciones de una sola vez, culpar a la falta de candidatos, hablar de ‘bajar las exigencias’ (cuando contratan minorías) y describir a la industria tecno actual como una ‘meritocracia’â€.
“Lamentablemente, hemos visto que la cultura tecno se ha vuelto aun más excluyente y menos diversa en los últimos cinco añosâ€.