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El gobierno del presidente provisional de Brasil, Michel Temer, anunció hoy que para disminuir el resultado negativo de las cuentas públicas en lo que resta de año y el 2017 habrá que tomar algunos remedios amargos.
La advertencia la lanzó el ministro-jefe de la Casa Civil, Eliseu Padilha, para quien la eventual impopularidad de algunas de las medidas que se adoptarán será compensada por la recuperación de la economía nacional a partir del segundo semestre.
El remedio amargo llegará sin dudas, pero será menos desagradable por causa del desempeño de la economía de ahora en lo adelante, dijo Padilha citado por la Agencia Brasil, y agregó que el gobierno está tomando medidas para mejorar la gestión y reducir los gastos.
Según se dio a conocer hoy, la meta fiscal para 2017 prevíé un díéficit de 139 mil millones de reales (más de 40 mil millones de dólares).
Es una meta realista, apreció el ministro de Hacienda Henrique Meirelles, quien no descartó la posibilidad de que el gobierno se vea precisado a aumentar algunos impuestos para poder cumplirla.
Anticipó además que en los próximos 45 días se explorarán todas las alternativas para obtener ingresos y citó entre las probables medidas para lograrlo la venta de acciones de empresas estatales en el mercado, concesiones de aeropuerto, carreteras y campos de petróleo.