El golpe que han supuesto para la banca los resultados del test de estríés de la EBA ha sido solo la confirmación de lo que el mercado ya venía esperando. Desde que comenzó el año el sector es el que más sufre en bolsa -retrocede un 29,6%, frente al 8,3% del Stoxx 600- y los analistas no han parado de recortar las estimaciones de beneficio.