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El Banco Central Europeo (BCE) informó que disminuirá las compras de activos a partir de abril de 2017, pero sin abandonar su cuestionada política de estímulos monetarios a fin de incentivar la economía.
De acuerdo con el reporte, el ente emisor bajará las compras mensuales a 60 mil millones de euros desde los actuales 80 mil millones, sin embargo, prolongará el programa de estímulo hasta finales del próximo año.
Al decir del presidente del BCE, Mario Draghi, la decisión no representa un abandono de la política seguida hasta el momento.
'No se habló de una reducción del estímulo', remarcó el funcionario, pues 'una presencia sostenida (del BCE en el mercado de bonos) tambiíén es el mensaje de la decisión de hoy', argumentó.
La institución notificó, además, que sostendrá su tipo de interíés primario en -0,40 por ciento, mientras la principal tasa de refinanciación continuará sin cambios en 0,00 puntos porcentuales y la de facilidad crediticia marginal en 0,25.
Algunos estados europeos, entre ellos Alemania, consideran que la política del BCE resulta en extremo laxa y contraproducente a largo plazo a los fines de la expansión productiva.
Pese a las críticas, Draghi aseguró este jueves que si 'el panorama se torna menos favorable o si las condiciones financieras se vuelven inconsistentes con nuevos avances hacia un ajuste sostenido del sendero de la inflación, el Consejo de Gobierno (del BCE) tiene la intención de incrementar el programa en tíérminos del tamaño y/o duración'.
En conferencia de prensa, el funcionario reconoció que 'la incertidumbre prevalece en todas partes' y consideró que la postura del Banco es 'pragmática y flexible'.
Desde marzo de 2015 hasta la fecha, el BCE compró más de 1,4 billones de euros en bonos, fundamentalmente deuda gubernamental, con el propósito de contrarrestar la amenaza de deflación en Europa y tratar de reactivar, en específico, la actividad de los 19 estados que emplean el euro como moneda común.