“Un economista que se encontraba de vacaciones, estaba en el muelle de un pueblecito costero cuando llegó un pequeño bote con un solo pescador. Dentro del pequeño barco había varios atunes amarillos de buen tamaño.
El economista se dirigió al pescador elogiándolo por la calidad del pescado y a su vez, le preguntó cuánto tiempo la había llevado pescarlos.
El pescador respondió que solo un poco de tiempo. El economista –asombrado- le preguntó: ¿Por quíé no permanecía más tiempo en la mar y sacaba más pescado?
El pescador dijo que íél tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades básicas de su familia. El economista posteriormente le volvió a preguntar: ¿Pero quíé hace usted con el resto de tiempo libre? El pescador dijo, “duermo tranquilo, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora, María, subo todas las noches al pueblo donde como y además toco la guitarra con mis amigos. Tengo una vida feliz y ocupadaâ€.
El economista replicó, “Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos el bote más grande podrías comprar varios botes, afortunadamente tendrías una flota de botes pesqueros. En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador e incluso abrir tu propia procesadora. Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este pueblo e irte a Ciudad de Míéxico, luego a Los íngeles y posiblemente a Nueva York, desde donde manejarías tu empresa en expansiónâ€.
El pescador preguntó, “Pero… ¿Cuánto tiempo tarda todo eso?â€
A lo cual respondió el economista, “Entre 15 ó 20 añosâ€.
“¿Y luego quíé? El economista se rió y dijo que esa era la mejor parte.
Cuando llegue la hora deberías anunciar una OPI –Oferta inicial de acciones– y vender las acciones de tu empresa al público. “Te volverás rico, tendrás millones y millones… ¿y luego quíé? Dijo el americano,â€Luego te puedes retirarâ€. “Te mueves a un pueblecito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer la siesta con tu mujer, subir todas las noches al pueblo donde comas y toques la guitarra con tus amigosâ€.
El pescador le miró fijamente y le respondió… ¿Acaso todo eso no es lo que tengo ya?