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Autor Tema: EE.UU: Más allá de Trump...  (Leído 574 veces)

OCIN

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EE.UU: Más allá de Trump...
« en: Enero 28, 2017, 12:37:46 pm »
Por...  Eric Holt-Gimíénez, Ahna Kruzic



Cómo la privatización de la presidencia por un billonario afectará nuestros alimentos

Donald Trump es monumentalmente deplorable.  Pero ese no es el asunto – el asunto es la crisis polí­tica y económica que posibilitó su elección. Hemos tenido muchas crisis desde el 2008, pero nos debemos preguntar: ¿quíé significa esta crisis?  Desaprovechar una crisis serí­a terrible. Estados Unidos – una de las primeras democracias liberales – fue fundada por una íélite colonial que en un principio dirigió directamente la nueva república.   Con el tiempo, traspasó la dirección del estado a polí­ticos profesionales.  Mientras que la misión de la clase de polí­ticos profesionales es representar a los ciudadanos estadounidenses democráticamente, su trabajo es mediar las contradicciones entre los intereses empresariales de la íélite y las necesidades del 99.9% del paí­s.  La presidencia de Trump es una señal fuerte de que este arreglo ya no está funcionando.
 
Las últimas díécadas de neoliberalismo han expuesto el lado oscuro de la democracia liberal, destruyendo no solo economí­as locales, sino tambiíén la legitimidad social de tanto el Partido Demócrata como el Republicano.  Uno de los miembros de la clase gobernante con menos experiencia polí­tica (y financieramente cuestionable), llenó el vací­o de liderazgo polí­tico a base de puras bravatas.  A pesar de que los gabinetes presidenciales tí­picamente han sido una puerta giratoria entre empresarios y polí­ticos, la riqueza del actual gabinete es mayor al de una tercera parte de todos los estadounidenses, indicando que Trump está privatizando la presidencia bajo el manejo directo de billonarios.
 
El control directo de los billonarios refleja el quiebre general del modelo polí­tico que ha manejado al capitalismo durante los últimos 200 años.  La captura billonaria de la Casa Blanca no es reflejo del poder de la íélite, sino de su debilidad. Esto no significa que no sean poderosos fanfarrones – Trump es bueno en eso, pero Trump representa una ruptura entre las íélites, no su consolidación.  Podemos esperar que Trump y su gabinete clientelista continúen con el neoliberalismo y busquen ventajas competitivas ante su competencia – otra cosa para la cual son buenos.  Pero Trump y Compañí­a no son buenos manejando la misión de la democracia y manteniendo a las masas calladas mientras las íélites corporativas saquean la economí­a. Nos esperan tiempos de mucho enojo, nativismo, intolerancia, y ataques a chivos expiatorios mientras que el “neoliberalismo clientelista” sigue empujando nuestros sistemas alimentarias, ambientales, de salud, vivienda, trabajo y energí­a al lí­mite extremo.  El sistema alimentario jugará un papel especial en este drama histórico porque la manera en la que producimos y consumimos determina en gran medida cómo está organizada nuestra sociedad. Sin embargo, la manera en la que nos organizamos social y polí­ticamente tambiíén puede determinar cómo producimos y consumimos nuestros alimentos.  Las implicaciones de esto son profundas: nuestros sistemas alimentarios son puntos claves para la transformación sistíémica social, polí­tica y económica.

Nuestro sistema alimentario está en disputa porque:
 
.- Con Trump en el poder, Monsanto y Bayer ya están esperando que se apruebe la fusión más grande de agronegocios en la historia. Esta fusión les darí­a el control de una tercera parte del mercado global de semillas y una cuarta parte del mercado global de pesticidas. Cuando lo hagan, Syngenta, DuPont, Dow y ChemChina tambiíén buscarán fusiones.
.- Sonny Perdue, el nuevo Ministro de Agricultura y ex gobernador de Georgia, estará a cargo del desmantelamiento de los programas de nutrición, asistencia alimentaria y seguridad alimentaria comunitaria. Perdue es un mercantilista, fan de la antigua Confederación de Sur, y el polí­tico predilecto de la industria aví­cola.  Se espera que protegerá los arreglos feudales entre proveedores como Perdue Farms (ninguna relación) y Tyson Foods con los productores de cerdo y pollo que están quebrando bajo contratos corporativos.
.- Una tercera parte de los 5 millones de trabajadores del campo en Estados Unidos son indocumentados, al igual que la mayorí­a de los trabajadores mal pagados de las procesadoras y los restaurantes. Estos trabajadores se están preparando para resistir las polí­ticas de deportación masiva que Trump ha prometido.
.- Desde la semilla hasta la mesa, el sistema alimentario enfrentará intentos de intensificación y consolidación corporativa bajo Trump. La nanotecnologí­a y la biologí­a sintíética han sobrepasado las tecnologí­as originales de modificación geníética de semillas por años luz, permitiendo la manipulación directa del ADN sin tener que recurrir a transferencias geníéticas caras e inexactas. Uno puede descargar un “mapa geníético” del Internet y manipular el ADN directamente, cambiando su secuencia metabólica para expresar cualquier caracterí­stica fenotí­pica, no solo para producir semillas, sino para crear cualquier tipo de forma de vida.
.- Las corporaciones están invirtiendo en la “agricultura digital,” la cual genera cantidades masivas de información sobre el ambiente, el clima, el suelo y los cultivos.  Esta información es registrada cuidadosamente ví­a satíélite y despuíés es analizada y vendida a los agricultores.  Todos las corporaciones grandes en la cadena alimentaria, desde Monsanto, John Deere y Cargill, hasta Nestlíé, Wal-Mart y Amazon están usando estos sistemas de información de datos masivos.
.- El control integrado de información geníética y ambiental aumenta la tendencia de consolidación corporativa y de tierras. Amazon, quien está en guerra abierta con el modelo de Wal-Mart, planea vender alimentos a travíés de centros de suministro gigantes que distribuirán comida con taxis y drones que entregarán alimentos desde grandes “globos dirigibles de comida.” Sus tiendas nuevas llamadas Amazon Go serán totalmente automatizadas, permitiendo al consumidor caminar a travíés de la tienda escogiendo artí­culos y salirse sin tener que pasar por un cajero. Una aplicación telefónica registrará las compras y cobrará a la tarjeta de críédito (y decí­an que es importante crear nuevos empleos…).
.- Toda la presión financiera y estructural de este sector multi-trillonario nos lleva a aun mayores sistemas de producción. Las semillas, insumos, maquinas, financiamiento, seguros, e información masiva son diseñadas para producir cada vez mas productos uniformes para los distribuidores, que son monopolios que están cada dí­a más grandes y concentrados. Para poder participar en las nuevas cadenas productivas de alimentos, los productores necesitarán nuevos financiamientos.  ¿De dónde sacarán el dinero? De la tierra.
.- Los bancos ahora ofrecen talleres para asesorar a los productores sobre la venta y financiarización de la tierra como una medida empresarial para recapitalizar su negocio. El valor de cambio de la tierra agrí­cola en EEUU está sobrepasando su valor de uso, convirtiíéndose en algo como “oro con cosecha.”

 
Ahora es momento de que el movimiento alimentario entienda la llegada de Trump al poder como un reflejo de lo que está mal con nuestro sistema económico y polí­tico.  Sí­, Donald Trump es un asalto atroz a los derechos humanos y a la mí­nima decencia – pero el problema no es íél. El problema es el sistema que permitió que llegue Donald Trump y otros como íél y que siga trabajando a favor de sus intereses.  Como movimiento alimentario debemos evaluar las formas en las que nuestras luchas por la seguridad alimentaria, por la soberaní­a económica local, y por la justicia alimentaria, racial y agrí­cola están conectadas estructuralmente dentro del sistema alimentario capitalista. Este sistema no está roto – está funcionando justamente como debe funcionar: consolida la riqueza y el poder y transfiere los costos económicos y ambientales a la sociedad.  Bajo la administración de Trump tenemos una oportunidad profunda para reflexionar y para luchar no solo por tener más mercados campesinos, seguridad alimentaria, igualdad racial, y justicia agrí­cola – sino que debemos trabajar juntos para la transformación alimentaria y para la construcción de un sistema completamente distinto que sirva a los trabajadores, agricultores, mujeres, personas de Color, y demás.
 
Tendremos que pelear las mismas batallas que siempre hemos peleado pero bajo circunstancias nuevas.  Las viejas formas de hacer las cosas, incluyendo las peticiones, cartas firmadas, esfuerzos vinculando granjas y escuelas, huertos comunitarios y otras alternativas, no funcionan si están aisladas – ni cuando la íélite corporativa está no solo representada en nuestro sistema polí­tico sino que se está convirtiendo en nuestro sistema polí­tica y económico en sí­.
 
Cuarenta y cinco por ciento de los votantes escogieron no participar en un sistema electoral que sienten no aborda sus realidades.  ¿En quíé momento estamos cuando tanto la clase polí­tica y como los íélites han perdido su legitimidad social? Es momento de unir esfuerzos para construir un sistema nuevo.
 
 
Food First/Institute for Food and Development Policy, 20 de enero 2017. https://foodfirst.org/beyondtrump/.


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 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...