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Autor Tema: Desglobalización parcial, bancos y Amíérica Latina...  (Leído 74 veces)

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Desglobalización parcial, bancos y Amíérica Latina...
« en: Febrero 15, 2017, 07:33:34 pm »
Por... Monika Meireles


En los últimos meses el mundo acompañó con escalofrí­os los discursos, entrevistas e inúmeras manifestaciones ví­a Twiter de aquel que vendrí­a sorpresivamente a ganar las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Todo lo dicho antes por Donald Trump, a partir del 20 de enero de 2017 asume contornos de polí­tica de Estado.

Si bien se aplica la máxima que del “dicho al hecho va mucho trecho”, la selección de actores para su gabinete no deja en entredicho lo que anteriormente se avizoraba: a) contundente retroceso en la polí­tica migratoria, con la xenofobia elevada a nuevos niveles; b) intolerancia, autoritarismo y militarización como sello de las relaciones internacionales; y c) prácticas neoproteccionistas en las relaciones comerciales e injerencia en el dibujo de las estrategias de los proyectos de inversión de las empresas, como herramientas esenciales en la cruzada del trumpismo para regresar los puestos de trabajo al paí­s.

No se trata de idealizar los años de la era Obama, todo por el contrario. Los demócratas lubrificaron la máquina de guerra estadounidense que se desparramó por el globo. Sin embargo, si pensamos en tíérminos comerciales, el neoliberalismo en esos años asumió su vocación “globalizadora”, con la multiplicación de tratados bilaterales y un sustancial impulso a los grandes acuerdos macro regionales que estaban siendo negociados por Estados Unidos.

La CEPAL, en su Balance Preliminar de las Economí­as de Amíérica Latina y el Caribe de 2016 (LC/G.2698-P), reconoce que la economí­a mundial creció un módico 2.2% el año pasado, manteniendo la tendencia de bajo crecimiento desde la crisis que no es más grave por el desempeño de las economí­as en desarrollo, que en conjunto crecieron el 3.6% en 2016. En lo que dice respecto a Amíérica Latina, el PIB de 2016 amargó una contracción de 1.1%, con una marcada heterogeneidad entre el desempeño de las economí­as del cono sur –cuyo crecimiento negativo fue de 2.4%– y las economí­as de Amíérica Central y Míéxico, que presentaron tasas de crecimiento aníémicas, pero al menos positivas.

En tíérminos del comercio mundial, los números no son más alentadores, la expansión de 1.7% en 2016 fue menor que la registrada en el año anterior. Siendo destacado, en el propio documento citado, que por primera vez en quince años el crecimiento del comercio mundial fue menor que el crecimiento de la producción.

Ante el giro actual, muchos analistas afirman que vivimos en plena desglobalización. Como todos los conceptos que se ponen de moda a la velocidad de un tweet, es claro que debemos matizar un poco más lo que se entiende por el tíérmino desglobalización. Si pensamos en una marcha atrás de la llamada globalización comercial, el neologismo hace algo de sentido. Sin embargo, el tíérmino desglobalización, si se lleva en consideración que prevíé un posible reflujo de la globalización financiera, es absolutamente estíéril. La múltiple conectividad de la malla de las operaciones financieras entre paí­ses sigue inalterada, aunque con un menor volumen en el contexto post-crisis.

Aquí­ hacemos referencia a las finanzas en sus canales más tradicionales –como serí­an los príéstamos bancarios, público y privados, la presencia de la banca extranjera operando localmente, etc.–, pero tambiíén a una verdadera avalancha de nuevos inversionistas institucionales que mueven ingentes montos de recursos a travíés del sistema financiero sombra (en una definición amplia, este incluye entidades fuera del sistema bancario regulado que tambiíén operan en la intermediación crediticia).

En sí­ntesis, más que enmarcar el contexto actual como desglobalización a secas, serí­a más provechoso para una lectura crí­tica de la coyuntura empezar a filtrar las tendencias por detrás de esa desglobalización parcial, en la que hay claras señales de la emergencia de un muro impalpable para bienes y mercancí­as –tal frontera siempre fue muy patente para interrumpir los vaivenes de la mano de obra–, mientras que el capital financiero sigue sin tener que hacer cualquier contorsionismo para desplazarse mundialmente.     

En una nota reciente, la Asociación de Bancos de Míéxico (ABM) tras una reunión de sus asociados afirmó que con Trump presidente no hay cambios en la estrategia de inversiones de la banca estadunidense que opera en territorio mexicano. Entre los allí­ reunidos se encontraba Emilio Romano, director de Bank of America en Míéxico, quien aseguró que: “Al contrario, estamos totalmente dedicados y concentrados en seguir creciendo en las grandes empresas y proyectos de Míéxico. Vemos estas coyunturas siempre como oportunidades, y sabemos que en el corto plazo vamos a ver incertidumbre, pero en el mediano y largo plazos estamos convencidos de que el escenario para Míéxico va a ser positivo” (“Bancos de EU en Míéxico, sin presiones de Trump”. El economista, 18 de enero de 2017). 

Así­, la extranjerización de la banca en Amíérica Latina sigue su trayectoria ascendiente, incluso cuando el contexto es de contracción del críédito en la región. En la “vanguardia regresiva” de este fenómeno, Míéxico tiene como bancos extranjeros a dos de sus bancos más grandes, el español BBVA-Bancomer seguido de Banamex, controlado por Citigroup. No se trata exclusivamente del caso mexicano, tambiíén es notorio en otros paí­ses de la región que las sucursales de los bancos extranjeros responden a gran parte de la rentabilidad de las casas matrices, aunque con grados distintos de ferocidad.

Finalmente, el gobierno Trump demuestra su docilidad con Wall Street –contrariamente al discurso anti-bancos que asumió su campaña electoral— al haber designado a Steven Mnuchin, quien fue ejecutivo anteriormente en Goldman Sachs y One West Bank, nada menos como secretario de tesoro en su gabinete. ¿Quíé repercusiones esperar en Amíérica Latina de esta nueva vuelta de tuerca de la fusión entre la íélite polí­tica y la oligarquí­a financiera en Estados Unidos? La respuesta no puede ser dada de manera sencilla, pero, sin duda, un buen principio de discusión pasarí­a por elucidar que el tema del neoproteccionismo estadounidense es ambiguo. De un lado, los bancos tienen el beneplácito estatal para seguir su modelo de negocio anterior, fronteras adentro y afuera; mientras que las empresas productivas son chantajeadas para regresar a Estados Unidos y aportar en la improbable tarea de “Make America Great Again”.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...