INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Dos paí­ses informales...  (Leído 147 veces)

OCIN

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 97.728
  • Karma: +8/-12
  • Sexo: Masculino
Dos paí­ses informales...
« en: Abril 25, 2017, 04:13:01 pm »
Por...  Iván Alonso


Iván Alonso dice que la informalidad que prevalece en la India como en el Perú es el resultado del alto costo de la legalidad, el cual hace que las empresas formales y altamente productivas eviten contratar mucho personal.

 
La India, como el Perú, emprendió a principios de los años noventa un proceso de reformas económicas que resultaron en una tasa de crecimiento anual de 7% por los siguientes 20 años y bajaron el í­ndice de pobreza a la mitad. La India, como el Perú, tiene tambiíén un vastí­simo sector informal, que emplea a la gran mayorí­a de su fuerza laboral. ¿Por quíé, a pesar del crecimiento económico, ninguno de los dos paí­ses ha podido avanzar en formalizarse?

Podemos encontrar una explicación en el libro Why Growth Matters (“Por Quíé Importa el Crecimiento”) de Jagdish Bhagwati y Arvind Panagariya, dos economistas indios de la Universidad de Columbia. Las empresas formales en la India viven bajo una montaña de regulaciones laborales. Leyes que limitan la flexibilidad para cambiar las tareas asignadas a un trabajador; que regulan las causales de despido; que dificultan el cierre de unidades antieconómicas. Otras que prescriben en detalle cada cuánto se debe limpiar o pintar un establecimiento de trabajo, quíé prestaciones se debe ofrecer y cómo deben resolverse las disputas laborales. Y no todas consistentes entre sí­. Un gerente que conoce la situación comenta que en la India uno no puede cumplir con el 100% de las leyes laborales sin, a la vez, violar el 20% de las mismas.

La más importante de todas, por su impacto en la estructura económica, parecerí­a ser una ley de 1926 que autoriza la creación de un sindicato en cualquier empresa con siete o más trabajadores. No sorprende, por tanto, que en los sectores intensivos en mano de obra predominen las microempresas. Más del 80% de los trabajadores empleados en el sector de confecciones, por ejemplo, trabaja en empresas de menos de ocho trabajadores (mientras que en China más del 80% trabaja en empresas de más de 50 trabajadores).

Eso no significa que no haya en la India empresas muy grandes. Algunas inclusive están entre las más grandes del mundo en sus respectivos rubros. Pero todas ellas están en sectores intensivos en capital o en personal altamente calificado. Son empresas como Reliance o Infosys, que producen acero, refinan petróleo, extraen minerales o prestan servicios de ingenierí­a y computación. Las grandes empresas de la India destacan en muchos sectores, pero no en aquellos que podrí­an utilizar el recurso más abundante que tiene el paí­s: la mano de obra poco calificada.

Sucede que para esas empresas el peso de las regulaciones laborales no es tan importante. La escala de operación, en cambio, es esencial. Para el resto, el costo de la legalidad es extremadamente alto. Las empresas formales, dicen Bhagwati y Panagariya, le huyen a la mano de obra poco calificada. Están dispuestas a sacrificar economí­as de escala para no hacerse de obligaciones que se multiplican a medida que aumenta el número de trabajadores.

En la India, como en el Perú, la gran mayorí­a de trabajadores ve limitadas sus opciones de trabajar en una empresa formal y altamente productiva porque son pocos los empresarios —de esos que saben hacer empresa— con la disposición para contratar mucho personal. Se ven impelidos, más bien, a trabajar para empresarios improvisados o convertirse ellos mismos en empresarios, sin tener las habilidades necesarias para desarrollar una empresa. Sin una reforma laboral que despenalice el crecimiento empresarial, la informalidad no tiene remedio.


•... “Todo el mundo quiere lo máximo, yo quiero lo mínimo, poder correr todos los días”...
 Pero nunca te saltes tus reglas. Nunca pierdas la disciplina. Nunca dejes ni tus operaciones, ni tu destino, ni las decisiones importantes de tu vida al azar, a la mera casualidad...