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Autor Tema: La economí­a española  (Leído 672 veces)

Varmys

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La economí­a española
« en: Diciembre 27, 2008, 01:05:09 pm »
Imagí­nense un paí­s en el que el desempleo crece un 42,5% en tíérminos anuales, y en el que en tan sólo doce meses el número de afiliados a la Seguridad Social cae en 672.00 personas. O lo que es lo mismo, en el que el sistema de protección social (que funciona por el sistema de reparto) pierde 1.841 cotizantes cada dí­a incluyendo sábados, domingos y festivos. Y en el que el paro ha pasado del 8,3% sobre la población activa al acabar 2007 al 11,3% tres trimestres despuíés, pero con perspectivas ciertas de que se sitúe muy cerca del 18% a la vuelta de seis trimestres. De largo, el mayor nivel de los paí­ses desarrollados.

Se trata de un paí­s en el que el díéficit del Estado -sin contar el resto de las administraciones públicas-  suponí­a al finalizar noviembre el 1,28% del Producto Interior Bruto, cuando un año antes  lucí­a un superávit equivalente al 2,41% del PIB. O dicho en otros tíérminos. De un superávit equivalente a 25.383 millones de euros, se ha pasado a un desequilibrio que representa 14.060 millones de euros, lo que significa, en otros tíérminos, que en apenas doce meses el Estado se ha gastado 39.423 millones de euros más que lo que ha sido capaz de ingresar. Nada menos que el 4% del PIB nacional. Y eso que, según su presidente, el superávit  era la mejor herramienta del Estado contra la crisis.

Habrá quien piense que detrás de tanta agitación macroeconómica se encuentra alguna tragedia: una guerra, desastres naturales o, incluso, insurrecciones populares que han desestabilizado el poder polí­tico. Habrá, incluso, quien  considere que el paí­s vive un periodo de agitación social sin precedentes. De otra manera no se podrí­a explicar que el í­ndice de sentimiento económico haya descendido en 30 puntos (de 97 a 67 puntos) en sólo doce meses, lo que significa el mayor deterioro de la Europa continental.  O que la confianza sobre el futuro de la industria muestre 32 puntos negativos, cuando hace apenas un año el saldo era equilibrado.

No es para menos esa desconfianza económica si se tienen en cuenta otros indicadores que ponen de manifiesto la intensidad del ajuste.  La matriculación de turismo está cayendo a un ritmo del 48,7%, pero es que el consumo de cemento (un indicador clave para entender la evolución del sector inmobiliario y de la construcción) está retrocediendo un 41,5%; mientras que las ventas del comercio minorista se han desplomado un 8%, la tasa más negativa de las series históricas. El díéficit comercial, al menos, está tambiíén cayendo, pero lo que podrí­a parecer positivo en una lectura superficial no lo es si se tiene en cuenta que es consecuencia de un desplome de las importaciones (-10,4%) más que de una recuperación de las  exportaciones, toda vez que las ventas al exterior caen un 0,2%. Un paí­s con el mayor díéficit de la balanza de pagos del mundo, y que cada año necesita del exterior más de 100.000 millones de euros para financiar su actividad productiva.

Desplome inmobiliario

¿Y quíé decir del sector inmobiliario, el principal yacimiento del empleo durante años? Pues ni más ni menos que las viviendas iniciadas están cayendo un 56%, lógico si se tiene en cuenta que, según los expertos, existen entre 800.000 y 1,4 millones de viviendas sin vender. Eso sí­, desafiando a la literatura económica, los precios se mantienen a niveles desorbitados y muy por encima de la renta disponible de las familias, fuertemente endeudadas con operaciones a 30 y 40 años.

El paí­s, para más inri, dispone de una compleja arquitectura polí­tica-institucional. Cuenta con 17 parlamentos autonómicos que legislan sin parar, y que gestionan las dos terceras partes del gasto público. Sin embargo, sólo ingresan directamente poco más del 20% del presupuesto, lo que explica que se trate de un sistema de financiación desequilibrado (e ineficiente) que reabre el melón cada cinco años. Unos recaudan (los funcionarios del Estado) y otros gastan (los de las regiones) lo que provoca tiranteces de todos los colores para el sonrojo de muchos ciudadanos, que observan importantes duplicidades en la gestión del gasto público.

Se trata de un paí­s democrático, en el que las elecciones se celebraron hace apenas nueves meses y en las que revalidó su mayorí­a el partido gobernante, que prometió pleno empleo al final de la legislatura. No sólo eso, sino superar a Francia en tíérminos de renta per cápita.

Ese paí­s está a punto de asomarse a la mayor recesión del los últimos 50 años. En concreto, desde la aprobación del Plan de Estabilización  que supuso dejar atrás la autarquí­a, pero no la Dictadura. El paí­s vive tranquilo y confiado, y es uno de los más felices de Europa, tal y como reflejan las encuestas. Ha salido de situaciones peores, lo cual no es ningún consuelo. Pero sirve para dar músculo argumental al discurso de la clase polí­tica  Ahora, sin embargo, se prepara para llegar a los cuatro millones de parados en el último trimestre de 2009 con un nivel de endeudamiento de empresas y familias verdaderamente importante. Cosas que pasan.


http://www.cotizalia.com/cache/2008/12/27/noticias_12_economia_espanola_visita_museo_horrores.html



pharma

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Re: La economí­a española
« Respuesta #1 en: Diciembre 27, 2008, 01:25:26 pm »
Ese pais tan feliz tiene un problema de los gordos, y no es el económico que ya de por si es bien grande, sino el social.
Con una media de más del 20% de parados que se avecina y con el fin de los subsidios que ya han empezado a cobrar pero que no durarán todo el 2009, el conflico social está servido.
En una ciudad pequeña como La Coruña se han multiplicado por 500 las solicitudes de permiso de armas para tiro deportivo, la psicosis por la seguridad tras los ultimos atracos en la zona de la zapateira, ha llevado a muchos de sus propietarios a ir armados. Sí­, sí­ en España, no hablamos de una república caribeña. Estos hombres armados no son delicuentes habituales (aunque lleven pistolas ilegales, puesto que una vez aprenden con las de tiro olí­mpico, se agencian una de las "buenas"), son abogados, farmaceuticos, ejecutivos de multinacinales, que sienten que la protección del estado de derecho no es suficiente y que la cosa va a peor. La premisa es clara, si entran en tu casa, mejor matarlo que dejarlo herido...
¡Que fuerte, verdad!
Eso por el norte, por aquí­ por Vigo, se percibe más de lo mismo, hace un mes han robado un mercedes a punta de pistola, le han dado un "toque" por detrás y cuando el propietario se bajado a ver el golpe, le han puesto una pistola en la cabeza y se han llevado el coche.
¿Mejico? Que va, que va, en España otra vez, en Vigo.
Pero hablas con amigos policias a guardias civiles y te dicen que prefieren ir a levantar un cadaver que a una reyerta, el muerto no hace nada, en las peleas ahora están armados hasta los dientes, como nunca antes se habí­a visto.
Por cada noticia espectacular de robos o secuestros en casas que sale en el periódico o la tele hay más de 5 que no se conocen al público, pero los abogados de lo penal saben muy bien que la delincuencia está subiendo a marchas forzadas.
La pregunta es ¿Quíé pasará con una tasa de paro del 20%? ¿De quíé va a vivir esta gente? La sensación de inseguridad está llegando a la población, sale del circulo abogado-fuerzas de seguridad-delincuente.
Esto sí­ va a ser un problema grave, mientras tanto Zp dejando que la clase media lo absorba todo... en ese paí­s tan feliz que dicen sus encuestas.

Varmys

  • Visitante
Re: La economí­a española
« Respuesta #2 en: Diciembre 27, 2008, 08:53:29 pm »
Una realidad lo que escribes, triste pero real