Acaudaladas figuras de Amíérica Latina destacan entre las grandes víctimas de la estafa piramidal de 50.000 millones de dólares orquestada por el financiero Bernard Madoff, según publicó ayer el diario The Wall Street Journal.
"Sin embargo, dada la naturaleza privada de las fortunas de la región, además de temores relacionados con cuestiones de seguridad y con llamar la atención de las autoridades tributarias, muchas de ellas son reacias a hacer pública su participación", asegura el diario.
Añade que algunos de los afectados llegaron al fondo de inversión del estadounidense Bernard Madoff a travíés del español Banco Santander, que cuenta con grandes operaciones en Latinoamíérica.
"Otros inversores parecen haber sido incorporados a la pirámide a travíés de su amistad con Andríés Piedrahíta, un banquero de origen colombiano de alto perfil que vive en Madrid y Londres", relata el rotativo.
Piedrahíta es el yerno de Walter Noel, fundador de Fairfield Greenwich Group, la sociedad por el momento más expuesta al caso Madoff, con una píérdida potencial de 7.500 millones de dólares que invirtió a travíés de su fondo Sentry.
El Banco Santander, que opera en Puerto Rico y ocho países de Amíérica Latina, reconoció este mes haber invertido más de 2.300 millones de euros (unos 3.280 millones de dólares) en el fondo de Madoff.
"Los clientes del Santander en Monterrey fueron invitados a invertir en ese fondo", dijo al diario Ernesto Canales, uno de los abogados más importantes de esa capital industrial, que calcula que los clientes mexicanos podrían perder unos 300 millones de dólares.
Miembros de la familia Clariond de Monterrey, que recibió cientos de millones de dólares por la venta de la multinacional de acero IMSA al grupo argentino Techint, perdieron millones de dólares en el presunto fraude de Madoff, según The Wall Street Journal, que cita fuentes cercanas.
En Brasil nadie ha revelado píérdidas, aunque gestores locales aseguran que algunos ciudadanos de este país invirtieron con Madoff.
Según los abogados consultados por el rotativo económico, "la razón más plausible que explica este silencio es que invirtieron dinero en el extranjero sin declararlo en su país, una práctica relativamente común dada la sobrecarga de regulación y las altas tasas impositivas".
"No era dinero declarado, y en ese caso, las víctimas no van a aparecer", aseguró Marcelo Trindade, abogado y ex jefe de la Comisión de Valores Mobiliarios de Brasil.
El grupo Fairfield tambiíén tenía presencia en Brasil y, según su web, la representante de la firma en el país es Bianca Haegler, sobrina de su fundador, Walter Noel.
La esposa de Noel, Mónica, proviene de una familia acaudalada de Río de Janeiro con raíces suizas, cuyos miembros frecuentan las páginas sociales de los medios.
Según las autoridades reguladoras del mercado brasileño, Haegler no estaba registrada para vender inversiones en ese país y el diario asegura que, tras varias consultas sobre su participación, Fairfield borró su nombre de la web.
En Brasil, la promoción activa de un fondo localizado en otro país es ilegal.
Gestores de fondos citados por el diario afirman que los brasileños invirtieron en Madoff o Fairfield a travíés de bancos privados, incluyendo Safra y UBS.
Safra dice que compró productos de Madoff para algunos de sus clientes de banca privada, mientras que UBS admite haber ofrecido acceso al fondo del estadounidense a varios de los suyos, pero ninguno quiso proveer más detalles al diario.
En Chile, dos de las corredoras más importantes del país revelaron haber sido duramente golpeadas por píérdidas ligadas a las inversiones controladas por Madoff.
Y en Colombia, según la revista Poder, las píérdidas podrían alcanzar los 200 millones de dólares a travíés de Fairfield Sentry, que en los últimos 15 años fue promocionado en el país por Piedrahíta.
"Muchos colombianos acaudalados perdieron mucho dinero", dijo un prominente empresario de ese país al diario, aunque hasta ahora ninguno de ellos lo ha admitido.