Por... Peter Coy
Covid amplificó todos los sesgos estructurales que existen.
El 11 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud declaró al Covid-19 pandemia. Esta revista publicó un número especial de principio a fin esa semana, el último en la oficina, llamado " El año perdido ". En ese momento, sin embargo, el miedo a la enfermedad estaba fermentado con la esperanza de que pudiera unir a la gente. En una de sus conferencias de prensa vistas con entusiasmo, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, llamó a Covid un "gran igualador". Lo mismo hizo Madonna, quien lanzó un video de ella misma sumergida en su mayor parte en una bañera llena de pétalos de rosa diciendo: "Estamos todos en el mismo barco, y si el barco se hunde, todos nos hundiremos juntos".
El barco se hundió, está bien, pero no todos nos hundimos juntos. Covid amplificó la desigualdad, tanto por raza como por ingresos, género, ocupación y nacionalidad. Para muchos, el año perdido amenaza con convertirse en una década perdida similar al estancamiento de Estados Unidos después de la profunda recesión de 2007-09 o la larga caída de Japón después de que estallara su burbuja de activos en 1991.