La deflación podría engendrar expectativas de deflación, lo que podría hacer que la demanda se resienta a medida que los consumidores posterguen más compras.
Las empresas también obtendrían menos ingresos si recortan los precios, lo que significa menos empleos y salarios reducidos y, finalmente, un menor consumo.
Mientras tanto en China, las medidas enérgicas de los últimos años han dejado tambaleándose al sector privado.
La suspensión de la salida a bolsa de Ant Group y el fiasco de DiDi Global agrió la inversión, mientras que Beijing ha liderado campañas dirigidas contra industrias como los medios, la educación e incluso la entrega de alimentos , minando la confianza de la comunidad empresarial.
El gobierno chino está tratando de reparar parte del daño cortejando a los grandes actores de la industria estadounidense, como Jamie Dimon de JPMorgan y Elon Musk de Tesla , pero las restricciones a la actividad económica han llevado a muchos ciudadanos y empresas chinos a ahorrar dinero en lugar de gastar o invertir.
El PBOC incluso ha recortado las tasas de interés para alentar el consumo, pero un mayor estímulo puede ser un desafío dado el gran problema de la deuda de China y la debilidad del yuan.
Las burbujas en el mercado inmobiliario también han llevado a muchos a reevaluar su valor neto, mientras que una guerra comercial en aumento ha llevado a que la fabricación de multinacionales occidentales se subcontrate a otros países como India y Vietnam.