Los estadounidenses ahorraron mucho durante la pandemia: 2,1 billones de dólares, para ser exactos.
Gastaron este dinero extra, manteniendo fuerte la economía.
Pero ahora ese dinero se ha acabado. Los economistas están preocupados por lo que vendrá después.
Los ahorros estadounidenses han caído por debajo de cero. Esto significa que muchos tienen más deudas que efectivo.
El gasto podría desacelerarse, lo que podría perjudicar a la economía.