Los precios de la vivienda siguieron siendo un problema, ya que aumentaron un 0,40% por cuarto mes consecutivo.
El desequilibrio entre la demanda y la oferta de viviendas seguirá ejerciendo una presión al alza sobre los precios de la vivienda, algo que la Reserva Federal sólo puede solucionar aumentando los costes de financiación y debilitando la economía lo suficiente como para presionar a los actuales propietarios de viviendas a mudarse