Por... Hernán González Rodríguez
Hace sesenta años escribió el gran economista austriaco Ludwig von Mises el artículo del cual tomíé los párrafos a continuación, por estar hoy tan vigentes como entonces.
"La visión de la política y de la economía mundial de eminentes campeones del liberalismo resulta ser muy pesimista a la fecha, porque ven las cosas a travíés de las teorías de los socialistas y de los intervencionistas, quienes consideran que las respuestas de las masas son más juiciosas que los razonamientos de los hombres sensatos".
"Un buen número de votantes son mentes torpes a quienes les desagrada pensar. Por esto aceptan con gran facilidad las promesas de los demagogos irresponsables. Ahora bien, conviene destacar que la cooperación entre la envidia y los complejos de inferioridad empujan a nuestros electores hacia los partidos de izquierda. Estos inconsecuentes se solazan con las nacionalizaciones y con confiscaciones de las empresas de los hombres de negocio exitosos, sin caer en la cuenta de que estas políticas les afectan sus propios intereses, les arrebatan su empleo, por ejemplo. Desechan las objeciones de los economistas creyendo firmemente que pueden obtener muchas cosas buenas a cambio de estupideces".
"Incluso en los Estados Unidos -donde la población disfruta de los mayores estándares de vida logrados en la historia- están preparados para condenar el capitalismo como una idea vil y generadora de pobreza. Sueñan en una economía de abundancia en la que "cada cual reciba todo de acuerdo con sus necesidadesâ€. Mas "no con sus capacidades". Les creen a pie juntillas a los demagogos que les prometen repartir el capital acumulado por las generaciones previas. Marchamos de retorno hacia la íépoca de las cavernas. La civilización occidental parece condenada a desaparecer".
"El principal error de este pesimismo generalizado estriba en la creencia que estas ideas y políticas destructoras son una reacción de los proletarios, una revolución de las masas contra las políticas económicas liberales. Los pobres de hoy viven mejor que los más ricos del pasado. Pero, de hecho, las masas no son creativas, no conciben filosofías, tan sólo siguen ciegamente a sus líderes. Las ideologías que convirtieron las masas al socialismo y al intervencionismo son obra de pseudointelectuales, con el soporte de la prensa, la radio, las novelas y el cine, es decir, de no pocos despistados en los medios de comunicación".
Von Mises considera que los pesimistas aludidos al comienzo subestiman la mentalidad del hombre corriente. No considera imposible explicarle a íéste que la única manera de obtener un empleo bien remunerado radica en ahorrar para incrementar el capital invertido, los activos productivos.
No consideraba íél imposible explicar que, para que un Estado pudiera impartir educación y prestar los servicios de salud en forma gratuita, a grupos cada vez mayores de la población, se requerían empresas grandes y exitosas tanto en el ámbito domíéstico como internacional.
No consideraba íél imposible explicarles a los sindicatos que elevar sus salarios en forma desmedida podía sacar del mercado a sus empleadores, tal como sucede hoy, sesenta años más tarde, con la General Motors.