¿Más impuestos? Posponga el pago invirtiendo a largo plazo
Cristina Triana en El economista
El año que viene ganar dinero en cualquier producto le obligará a compartir con el erario público algo más de sus ganancias, pero tiene vías de escape para que no le retengan el 21%.
Seguro que anticipaba que era bastante difícil que no subieran los impuestos mientras que veía como España sucumbía a la crisis económica. No le ha fallado la intuición. Ahí tiene los presupuestos propuestos por el Gobierno para 2010. Aunque no están aprobados -el trámite parlamentario podría modificarlos hasta diciembre-, en el aspecto práctico, los expertos indican que debe irse preparando: el año que viene le va a salir algo menos rentable ganar dinero a travíés de productos financieros e inversiones. Como poco, el erario público se quedará con un 19 por ciento de los rendimientos que declare a partir del 1 de enero. Como mucho, con el 21 por ciento.
Por el contrario, hasta diciembre de este año sólo tendrá que cederle a Hacienda un 18 por ciento de sus plusvalías, independientemente de la cuantía que haya ganado. Algo que invita a que reflexione no sólo sobre si está invirtiendo de la manera que más le favorece; es decir, a travíés de los productos premiados fiscalmente -como los fondos de inversión que le recomendamos en el EcoFondo (víéanse páginas 4 y 5)-, sino tambiíén si le compensa liquidar cuentas en la declaración de este año, que será más barata en materia de impuestos que la del año que viene. Aquí van todas las respuestas a las preguntas sobre los cambios que van a afectar a las rentas de capital, excepto el porquíé de la revisión, que es tan sencillo (y tan complejo) como que el Estado no encuentra ninguna vía para drenar un díéficit que, pese a las medidas adoptadas, crece.
¿Quíé cambia?
El Gobierno propone elevar el tipo impositivo a las rentas del ahorro. Con palabras menos tíécnicas, a las ganancias que se obtienen al vender acciones o al recuperar participaciones en fondos de inversión en los que se acumulan rentabilidades positivas, así como en los rendimientos que generan depósitos de ahorro, cuentas corrientes, Letras del Tesoro, participaciones preferentes... Si se aprueba el proyecto tal como está, Hacienda, en vez de recaudar un 18 por ciento de lo que usted gane a travíés de los anteriores productos, como mínimo se quedará con el 19 por ciento. Como mínimo, porque lo que introduce como novedad el proyecto presupuestario es la progresividad en la aplicación del tipo. Así, si el año que viene usted alcanza unas plusvalías de hasta 6.000 euros, el Estado ingresará un 19 por ciento de las mismas (1.140 euros). Pero si gana más tendrá que recurrir a la calculadora. Imagínese, por ejemplo, que obtiene 10.000 euros en plusvalías. Hacienda se quedará con el 19 por ciento de los primeros 6.000 euros y con el 21 por ciento de los 4.000 restantes. Es decir, en total pagará 1.980 euros; 80 euros más que si se le aplicara un tipo único del 19 por ciento y 180 euros más que con el 18 actual.
Un truco para no alcanzar el tipo de l21 por ciento puede ser dividir las plusvalías entre cónyuges (para ello es necesario que las acciones, los depósitos o el producto que elija ostente una doble titularidad), de manera que puedan repartir las ganancias entre uno y el otro, intentando que en ambos casos íéstas sean de hasta 6.000 euros. Si las superan, al menos conseguirán pagar 12.000 euros de forma conjunta, pero al 19 por ciento.
¿A quiíén afecta?
A todos los contribuyentes que obtengan cualquier tipo de plusvalía por su ahorro o sus inversiones, ya que pagarán diez euros de impuestos más por cada 1.000 euros de ganancia el próximo año que íéste. "Los más afectados por la reforma son los inversores en depósitos y cuentas corrientes, que normalmente son los productos en los que ahorran personas con patrimonios más bajos y que remuneran anualmente, y tambiíén los que obtienen rentas periódicas, por rendimientos de renta fija o dividendos", explica Miguel íngel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Bursátiles (IEB).
Todos estos productos están sujetos a la retención en origen, por lo que el pago de impuestos no se difiere al momento de realizar la declaración y estos rendimientos "no se pueden compensar con minusvalías derivadas de inversiones en acciones o fondos de inversión", recuerda Fíélix González, socio-director de Capitalia Familiar.
Asimismo, las rentas más altas, que obtengan rendimientos periódicos importantes (es decir, que cobren dividendos, cupones o que inviertan en productos que liquidan intereses progresivamente, como depósitos, participaciones preferentes o productos estructurados) tambiíén se pueden ver perjudicados por la subida fiscal. Para ellos, dejando de lado los 6.000 primeros euros de plusvalías para los que el incremento de impuestos será el mismo que para los ahorradores medios -recuerde que como norma general subirá al 19 por ciento desde el 18 actual-, para el resto de las ganancias se retendrá el 21 por ciento. Algo que significa que a partir del primer cíéntimo que los más ricos obtengan sobre 6.000 euros, pagarán 30 euros adicionales en impuestos a los de este año por cada 1.000 de plusvalía.
No obstante, esta subida, que sí que es muy significativa, la notarán sólo los patrimonios elevados. Por ejemplo, para ganar más de 6.000 euros en un depósito a plazo es necesario tener invertidos 185.000 euros. En tanto que para obtener una renta de dividendos superior a 7.500 euros (los primeros 1.500 euros que se cobran por esta vía siguen estando exentos, por lo que aquí el margen es más alto), se debe atesorar una cartera de acciones que supere los 167.000 euros (víéase gráfico). En tíérminos generales, para pagar una parte de las plusvalías al 21 por ciento, con una rentabilidad anual del 5 por ciento, tendría que tener invertidos alrededor de 120.000 euros en activos que generen rentas.
¿Dónde se notará más?
Los expertos coinciden en que lo notarán más los ahorradores con menor cultura financiera -es decir, los que utilicen cuentas de ahorro y depósitos como producto principal- y las personas con un elevado capital que basen su sistema de ingresos en las rentas de capital provenientes del cobro de cupones y dividendos. "En general lo sentirán más quienes realicen inversiones directas, ya sea a travíés de estos productos de ahorro tradicionales o acciones", apuntan desde Capitalia Familiar. Quienes ahorren vía fondos de inversión, por ejemplo, lo notarán menos porque retrasarán la tributación hasta el momento que consideren oportuno. Con el actual proyecto sobre la mesa, los expertos indican que cada vez son más atractivos los productos que difieren el pago de impuestos en el tiempo (víéanse informaciones a la derecha de esta página).
¿Cuándo se producirá?
Como los presupuestos no son todavía Ley, el cambio en la tributación de la base imponible del ahorro no entrará en vigor hasta el ejercicio fiscal de 2010. Así que aprovíéchelo para actualizar plusvalías. Piense que si vende una acción ahora con ganancias, Hacienda se quedará con un 18 por ciento de las plusvalías, en tanto que si lo hace el 1 de enero, como poco, le costará el 19 por ciento de las mismas. "Los inversores que estíén pensando en vender acciones a corto plazo sí que deberían aprovechar que en la declaración de la renta de 2009 todavía el tipo va a ser más bajo", aconseja Fernando Esteve, director del departamento fiscal de Banif.