INICIO FOROS ÍNDICES DIVISAS MATERIAS PRIMAS CALENDARIO ECONÓMICO

Autor Tema: Verdades como puños de Don Josíé Blanco  (Leído 700 veces)

Orpheo

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 15.427
  • Karma: +6/-2
  • Sexo: Masculino
Verdades como puños de Don Josíé Blanco
« en: Octubre 20, 2009, 07:42:51 pm »
JUAN MANUEL DE PRADA
DON Josíé Blanco, como cualquier otro polí­tico de hogaño, es una ametralladora de consignas que, allá donde va, riega las meninges de su auditorio con una andanada. El otro dí­a, entrevistado en mi presencia por Nacho Villa, comprobíé cómo Don Josíé se ayudaba de un papelico en el que le habí­an escrito un puñado de estas consignas; y, a medida que hablaba, iba metiendo con fórceps las consignas del papelico, como los cómicos desmemoriados meten morcillas en sus parlamentos. En esto se ha convertido la politiquerí­a de hogaño: en una cháchara mazorral e inepta salpimentada de consignas; y, a fuerza de ametrallarnos las meninges, nuestros polí­ticos logran que interioricemos tales consignas, de modo que llegamos a repetirlas como si fuesen ocurrencias propias, y las vamos desovando por doquier, como carpas de una piscifactoria ahí­tas de pienso ideológico y encantadí­simas de la vida.
Pero Don Josíé Blanco no es tan sólo una ametralladora de consignas, como cualquier otro polí­tico de hogaño; en honor a la verdad, a Don Josíé Blanco se le encasquilla de vez en cuando la ametralladora y entonces dice verdades que le brotan del alma, verdades como puños que lo aureolan de una humanidad enternecedora. Acaba de ocurrirle en uno de esos coloquios que se organizan para que los polí­ticos provean a la masa idiotizada de su ración diaria de consignas, donde sin rebozo alguno -como una muchacha que nos enseña un seno apenas púber- ha confesado:
-Cuando yo deje de ser ministro, estaríé eternamente agradecido al presidente. Uno no es ministro por míéritos propios ni por currí­culum acadíémico; uno es ministro porque el presidente del Gobierno así­ lo decide. Hay miles y miles de ciudadanos que podrí­an hacerlo mejor que yo, o tan bien como yo, y que no tuvieron esa oportunidad.
Y ante tamaño de alarde de ufana, conmovedora, entrañable sinceridad, uno no puede sino soltar la lagrimilla. Don Josíé, bajándose del pedestal de las falsas vanidades, nos reconoce que en su elección como ministro no han mediado virtudes propias, ni prendas intelectivas de las que pueda blasonar. Don Josíé nos reconoce que ha sido elegido, en lugar de los miles y miles de personas que podrí­an haberlo hecho mejor que íél, porque un señor que a su vez reconoce que «cualquiera puede ser presidente del Gobierno» así­ lo ha decidido. ¿No resulta encantador? Uno escucha estas verdades como puños de Don Josíé y siente algo así­ como un cabrilleo de optimismo y euforia trepándole por la míédula espinal; es como si, en mitad de un viaje en autobús, el conductor te confesara, entre desenfadado y coqueto, que se ha dejado las gafas de veinte dioptrí­as en casa y que además tiene un hormiguillo en los pies que le impide pisar el freno. ¡Quíé deliciosa sinceridad!
Uno de los signos más evidentes de la corrupción de la democracia es la subversión de las humanas jerarquí­as. Santo Tomás establecí­a que las tareas de gobierno debí­an ser encomendadas a los más virtuosos e inteligentes; y tambiíén que encumbrar lo que es de naturaleza inferior es una monstruosidad. Pero hoy este orden jerárquico se ha subvertido; y a lo que es monstruoso lo llamamos «la grandeza de la democracia», que por lo que se ve consiste en dejarse gobernar por quienes reconocen sin tapujos, en un alarde de ufana, conmovedora, entrañable sinceridad que carecen de míéritos. Pero no todo está perdido: Don Josíé, que no es ministro por míéritos propios, es al menos hombre religioso; pues, para estar «eternamente agradecido» a Zapatero hay que creer que existe una vida eterna. Y sólo una vida eterna podrí­a, en efecto, albergar la infinita gratitud que Don Josíé debe a Zapatero; sólo espero que, para entonces, el llanto y el crujir de dientes no entorpezcan demasiado su culto idolátrico al lí­der.
www.juanmanueldeprada.com


En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.

Oberon

  • Visitante
Re: Verdades como puños de Don Josíé Blanco
« Respuesta #1 en: Octubre 20, 2009, 08:34:20 pm »
 :021: :008:
Brillante como siempre el Señor PRADA, brillante.

Orpheo

  • Moderador
  • Excelente participación
  • ***
  • Mensajes: 15.427
  • Karma: +6/-2
  • Sexo: Masculino
Re: Verdades como puños de Don Josíé Blanco
« Respuesta #2 en: Octubre 20, 2009, 10:16:27 pm »
:021: :008:
Brillante como siempre el Señor PRADA, brillante.
En verdad es brillante, ciertamente. :023:
En individuos, la locura es rara; en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla", Nietzsche.