La crisis ha cambiado de acera. Ya no respeta a los trabajadores que, en teoría, están más protegidos ante un cambio de ciclo económico: los que tienen contrato indefinido. Los datos publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística reflejan, en concreto, que entre junio y septiembre, es decir en los meses de verano, el número de trabajadores con contrato indefinido ha caído en 161.200, es decir, un 1,37% respecto del trimestre anterior. Para hacerse una idea de lo que supone esa cifra sólo hay que tener en cuenta que en los tres trimestres anteriores se habían destruido tan sólo 36.100 empleos fijos, lo que supone un cambio de tendencia verdaderamente importante.
Hasta ahora los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) señalaban que el colectivo peor tratado por la crisis era el de los trabajadores con contrato temporal (898.800 asalariados menos en los últimos doce meses). En el tercer trimestre de este año, sin embargo, el número de ocupados con contrato temporal creció en 74.400 (el 1,88%), lo que pone punto y final a una racha que duraba desde el comienzo de la crisis económica.
La subida del empleo temporal, en todo caso, no debe achacarse a un cambio de tendencia en el mercado de trabajo, al contrario. Tiene que ver con la alta estacionalidad de la economía española, que necesita de mucho empleo temporal durante los meses de verano para atender el incremento de la demanda turística.
El argumento de que no ha cambiado la tendencia del mercado de trabajo –pese al ligero descenso del desempleo (-14.100 parados menos) está basado en los modelos que utiliza el Ministerio de Economía para desestacionalizar las series, lo que permite hacer comparaciones más homogíéneas.
Pues bien, según Economía, el paro no sólo no bajó en el tercer trimestre del año, sino que subió hasta representar el 18,5% de la población activa (tres díécimas más que en el trimestre anterior). En tíérminos absolutos esto significa que en lugar de haberse producido un descenso del paro que afecta a 14.100 personas, el desempleo aumentó en 58.800 trabajadores. Es decir, que en estos momentos habría en España 4.250.800 desempleados.
O dicho en otros tíérminos todavía más relevantes. La economía española perdió en el trimestre anterior 133.500 puestos de trabajo, casi el doble de lo que reflejan las cifras de la EPA sin desestacionalizar.
Y es que el mercado de trabajo en lugar de mejorar, sigue empeorando, lo que es coherente con el hecho de que el empleo es un indicador retrasado de actividad. Y para llegar a esta conclusión sólo hay que tener en cuenta que en los últimos doce meses este país ha perdido nada menos que el 7,3% de su fuerza laboral, frente al -7,2% que se registraba el trimestre anterior o el -6,4% del precedente. O lo que es lo mismo. En el último año, la economía ha perdido nada menos que 1.476.200 puestos de trabajo. De largo la peor cifra de la reciente historia económica de España.