Han tenido que pasar cuatro meses para que Cadbury diga sí. La multinacional británica ha aceptado finalmente la oferta de compra de Kraft. Eso sí, el gigante estadounidense ha tenido que elevar sustancialmente los tíérminos iniciales, en concreto un 9%.
Finalmente, Kraft pone sobre la mesa del grupo chocolatero 11.900 millones de libras (unos 13.650 millones de euros). Es decir, pagará 840 peniques por cada título de Cadbury. De ellos, 500 peniques serán en efectivo y el resto en acciones del grupo norteamericano. Además, se ha comprometido a pagar un dividendo adicional de 10 peniques cuando la aceptación de la oferta sea incondicional.
Los inversores respaldaron ayer la operación, ya que los títulos de Cadbury repuntaron un 3,3%
La consejera delegada de Kraft, Irene Rosenfeld, no ha tenido otra opción que elevar el precio por la británica. No sólo porque los directivos de Cadbury consideran su anterior oferta "irrisoria". Tambiíén tenía que hacer frente a la posibilidad de que se presentara una contraoferta, previsiblemente de Hershey que complicará aún más la operación.
"Estamos en un momento de crecimiento de nuestro sector", apuntaba ayer Rosenfeld en una entrevista. Además, se mostró confiada en las posibilidades de crecimiento que pueden obtener con esta operación.
Pese a que la estadounidense Hershey y la italiana Ferrero habían mostrado su interíés por Cadbury, el mercado no prevíé que presenten ofertas competidoras dado el elevado coste. Kraft reconoce que la operación va a permitirle unos ahorros antes de impuestos de 675 millones de dólares (473 millones de euros), eso sí, dentro de tres años. Sin embargo, los costes serán bastante superiores, entorno a los 1.300 millones de dólares. La estadounidense apunta que la integración de Cadbury le permitirá incrementar en cinco centavos de dólar los ingresos por acción previstos para 2011.
La posibilidad de que Kraft mejorara su oferta estaba sobre la mesa desde el mes de enero, cuando logró hacer caja con la venta de su división de pizzas a Nestlíé, que le permitió ingresar cerca de 2.570 millones de euros y elevar con ello la parte en efectivo de su oferta por Cadbury. Además, su principal accionista, Warren Buffett (que posee el 9,4% del accionariado a travíés de Berkshire Hathaway) no respaldaba la emisión de nuevas acciones para financiar la adquisición. Buffett apoya ahora la operación, al entender que "no destruye valor para los accionistas".
