NUEVA YORK - La denuncia de un anestesista de Manhattan acostumbrado a pagar todos los días $5 por el trayecto en taxi del hospital donde trabaja a su casa fue la que destapó la estafa de $8.3 millones protagonizada por miles de taxistas de Nueva York durante los dos últimos años.
Más de lo habitual
El diario New York Post publicó la historia de Mitchell Lee, que un día se fijó en que el trayecto que hacía a diario para volver a casa de madrugada -cuando las calles de la isla suelen estar despejadas- le costó $2 más que los cinco que pagaba habitualmente.
Aunque despuíés de quejarse por la tarifa, el taxista le ofreció que pagara la cantidad que considerara normal, Lee optó por pagar con tarjeta de críédito y mandar el recibo a la Comisión de Taxis y Limusinas de la ciudad.
Despuíés de estudiar la queja, presentada el pasado agosto, este organismo detectó que el conductor había puesto el taxímetro al ritmo que corresponde a los trayectos de determinadas zonas de las afueras, que es superior al vigente en el centro de la ciudad, por lo que el contador avanzaba más rápidamente.
Tras meses de investigación, ese organismo calcula que en los dos últimos años la estafa se ha practicado en al menos 1.8 millones de trayectos y su importe conjunto asciende a 8.3 millones.
Son más listos
Precisamente el conductor de Lee, Wasim Khalid Cheema, es uno de los casos más clamorosos detectados por las autoridades, ya que este conductor llegó a obtener en un mes $40 mil gracias a la manipulación de su taxímetro en 574 trayectos.
"Estaba claro que el taxímetro iba más rápido y preguntíé al conductor si estaba roto", explica Lee al diario, en el que detalla que el precio de sus desplazamientos raramente fluctúa, debido a las horas en que viaja.
El anestesista asegura al Post que "los neoyorquinos son más listos de lo que se piensan los conductores" y apunta que "en estos tiempos, todo el mundo mira el taxímetro, incluso los turistas", aunque tambiíén asegura sentir simpatía por este colectivo: "junto a los dentistas y los abogados, los taxistas tienen el trabajo más duro, porque todo el mundo los odia".
El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, se comprometió el lunes a buscar medidas para trata de devolver el dinero a los clientes estafados por una estratagema que afectó al 0.5 por ciento de los 361 millones de viajes realizados en los 26 meses estudiados por las autoridades.