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Autor Tema: ¿Amor y adicción van juntos?  (Leído 473 veces)

pharma

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¿Amor y adicción van juntos?
« en: Julio 19, 2010, 11:49:15 pm »
Otro interesante artí­culo que nos enví­a nuestro amigo Vidivi.

Imaginaros cualquier adicción y ahora sustituir el nombre de dicha adicción por amor, ¿cumple los requisitos para ser adicción?

Os vamos a contar algunos de los requisitos que se deben de presentar según el DSM IV para hablar de la adicción a ciertas sustancias y vosotros cambiar sustancia por ese nombre propio que os trae de cabeza:

- Tolerancia: necesidad de cantidades marcadamente crecientes de la sustancia para conseguir la intoxicación o el efecto deseado (o sea, no hay forma de empacharnos de su compañí­a y cada vez necesitamos que este con nosotros más tiempo).

- Abstinencia: se toma la misma sustancia (o un muy parecida, se ven fotos, se recrea uno con los recuerdos, ¿se recrea hemos dicho?, mil perdones, lo corregimos, y cambiamos recrea por tortura, que nos parece más apropiado) para aliviar o evitar los sí­ntomas (depresión,llanto,melancolí­a,…) de abstinencia.

- Sustancia: ( Marí­a, Juan,… siendo antiguas) que se consume
en cantidades mayores o durante un perí­odo más prolongado de lo que en realidad se pretendí­a .

- Existe un deseo persistente o se realizan esfuerzos infructuosos por controlar o interrumpir el consumo de la sustancia.

- Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas con la obtención de la sustancia (p.ej., desplazarse largas distancias), en el consumo de la sustancia (p.ej., abandonamos las amistades ) o en la recuperación de sus efectos.

- Reducción o abandono de importantes actividades sociales, laborales o recreativas debido al consumo de la sustancia ( dejamos el gim, de ir a esa cena de los jueves con las amigas, esos paseos en bici por el monte los domingos a la mañana,…).

- Se continúa consumiendo la sustancia a pesar de tener conciencia de problemas psicológicos o fí­sicos recidivantes o persistentes que parecen causados o exacerbados por el uso de la sustancia (p.ej., cada vez síé hacer menos cosas sin esa persona, cada vez me hago más dependiente y pierdo mi autonomí­a).

Bueno, pero tampoco hay que dramatizar, ¿o sí­? Hay amores que no matan, que no imponen, que no te anulan la identidad, que no te aislan social o familiarmente,… en fin, amores sanos, donde poder sacar lo mejor de uno mismo, aunque eso sí­, parece difí­cil encontrar algo así­.

Y es que nos lo han vendido muy bien y muy sutilmente. Os insistimos, echar un vistazo a la poesí­a , las canciones (la poesí­a de este siglo), los libros y cómo no a las pelis, veríéis que imagen nos dan del amor. Parece que hemos cambiado, pero en el sustrato… sólo cambian las formas

Paulina Rubio en una de sus canciones viene a decir, …¡digo, a cantar!, “porque sin ti mi vida es como un castigo”, y si os decimos “no tengo remedio, por más que me alejo no síé ser sin ti” como nos dice, de forma muy bonita eso sí­ y con una canción super pegadiza “rueda que te rueda” Diego Martí­n. Imaginaros quíé imaginario, valga la redundancia, se nos va metiendo en nuestro inconsciente mientras nos formamos, en la adolescencia, infancia,…y así­ nos va en la vida, el nivel de sufrimiento ante cualquier ruptura sentimental casi se iguala al duelo del fallecimiento de un ser querido, es como si pensásemos que ahí­ acaba todo, “no síé ser sin ti” y claro… de ahí­ al suicidio … ¡un paso!

No os creáis todo lo que os cuenten, canten, …

Escrito por: Lurdes Lavado y Mertxe Gil.