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Autor Tema: Constructoras e inmobiliarias deben 3 veces lo que tienen y 11 veces beneficio  (Leído 938 veces)

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Constructoras e inmobiliarias deben 3 veces lo que tienen y 11 veces beneficio
 
ALBERTO CAí‘ABATE
Invertia.com

El desmadre inversor de las empresas del ladrillo presenta unas cifras de autíéntico infarto. Constructoras e inmobiliarias cotizadas atesoran una deuda de 138.933 millones de euros a cierre del año pasado, producto de bajos tipos, el boom inmobiliario y la estrategia de diversificación en otros sectores de la economí­a. Ese dato representa más de tres veces su patrimonio y es el doble del conjunto empresarial. Además, supone 10,83 veces el Ebitda, frente a las 3,91 de la media de todas las cotizadas no financieras.
“Algunas sociedades han incrementado sustancialmente su exposición a perturbaciones adversas, como consecuencia del fuerte incremento del endeudamiento en los dos últimos ejercicios, en parte ligado a diversas operaciones corporativas”, analiza la Dirección de Estudios y Estadí­sticas de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en un artí­culo en el que hace acopio de todos los datos de las compañí­as cotizadas.

A cierre de 2007, la construcción concentraba el 47% del total de la deuda de las compañí­as no financieras cotizadas en la bolsa española. Según el regulador, a principio de la nueva díécada la cifra era de alrededor del 10%. De 294.811 millones de euros que debí­an las empresas cotizadas el año pasado, 138.933 millones los concentraban constructoras e inmobiliarias.

Los bajos tipos de interíés –negativos durante mucho tiempo- y el consecuente boom inmobiliario han motivado los elevados niveles de apalancamiento de estas compañí­as. Aunque el verdadero salto se produjo en 2006, en medio del proceso de diversificación de las principales constructoras a otros sectores de la economí­a, sobre todo el energíético. Ese año, la deuda del sector pasó de 48.324 a 111.000 millones de euros. Esta última cifra equivale a más del 10% del PIB español, octava potencia económica mundial.

Las operaciones son por todos conocidas. La entrada de Sacyr Vallehermoso en Repsol YPF, Eiffage y Europistas. El asalto energíético de ACS en dos de las principales compañí­as del sector, Iberdrola y Unión Fenosa, además de la adquisición del 25% de la constructora alemana Hochtief. La toma de control de Endesa por parte de Acciona. La apuesta de Ferrovial por los aeropuertos británicos con la compra de BAA. Las faraónicas compras de la pequeña Inmocaral, que en un año invirtió más de 7.000 millones en hacerse con Colonial, Riofisa y el 15% de FCC…

¿Y ahora quíé? El resultado de este maremagnum de operaciones corporativas es un sector extremadamente endeudado y con problemas para seguir desarrollando su actividad ante el cierre de los mercados mayoristas de financiación y el encarecimiento del precio del dinero. Aunque el hecho más relevante es que las adquisiciones acometidas no han revertido en un mayor beneficio si se compara con las imponentes cargas que llenan de ceros el pasivo de los balances.

Según datos de la CNMV, la deuda de constructoras e inmobiliarias representa 3,08 veces su patrimonio, frente a las 1,57 veces del conjunto de las empresas cotizadas no financieras. Además, equivale a 10,83 veces su beneficio bruto de explotación (Ebitda). Mientras que las cargas financieras, es decir, lo que pagan de intereses por los príéstamos, suponen 0,85 veces el Ebit o beneficio antes de intereses e impuestos.

La carga financiera media de las compañí­as cotizadas es de 0,33 veces, casi una tercera parte del sector del ladrillo, mientras que el ratio deuda sobre Ebitda alcanza las 3,91 veces, tambiíén tres veces menos.

En 2003, antes de que las empresas de la construcción comenzasen a pasar de forma masiva por la ventanilla de los bancos para pedir dinero, la deuda era de 24.552 millones de euros, y los ratios mostraban una cara mucho más amable. La deuda suponí­a 1,59 veces el patrimonio y 5,91 veces el Ebitda, mientras que las cargas financieras eran de 0,30 veces el Ebit.