Cuando las empresas estadounidenses comiencen a contratar de nuevo, los solicitantes de empleo con educación y capacidades especializadas tendrán muchas buenas oportunidades, pero otros enfrentarán una disyuntiva: aceptar un trabajo con bajo salario o quedarse sin laborar.
Expectativas para el futuro
La creación de empleos probablemente seguirá siendo díébil durante meses o incluso años, pero una vez que los patrones comiencen a contratar, algunos economistas creen que las ofertas de trabajo caerán principalmente en dos campos:
1.-- Profesionales con mayor salario. Por ejemplo, abogados, científicos investigadores e ingenieros de software.
2.-- Empleos que requieren menos capacidades y conllevan un menor pago. Por ejemplo, ayudantes de salud en el hogar y dependientes en tiendas.
Para quienes no se encuentran en ninguno de estos dos campos, el panorama es más sombrío. Los economistas prevíén menos trabajos moderadamente remunerados, como por ejemplo los de supervisores de fábrica, trabajadores postales y administradores de oficina.
Esta es la lección que los trabajadores estadounidenses enfrentan en un momento de alto desempleo, escasa contratación y una gran píérdida de seguridad laboral. Se espera que sólo hasta 2014, o despuíés, Estados Unidos habrá recuperado todos, o casi todos, los casi 8.4 millones de puestos de trabajo perdidos durante la recesión.
Por ejemplo, es probable que los millones de puestos de trabajo perdidos en el sector inmobiliario no sean recuperados en esta díécada.
Reto en Casa Blanca
El viernes, el gobierno dijo que la tasa de desempleo en agosto subió a 9.6 por ciento. No se crearon suficientes empleos para absorber el creciente número de personas que buscan trabajo. La tasa de desempleo ha superado el 9 por ciento durante 16 meses, la racha más larga en su tipo en casi 30 años.
La crisis representa una amenaza para el presidente Barack Obama y los demócratas en el Congreso, cuya mayoría en la Cámara de Representantes y el Senado parece estar en creciente riesgo debido al descontento de los votantes.
Incluso cuando el mercado de trabajo empiece a resurgir, mucha gente se quedará atrás. La amenaza se deriva, en parte, de la transición continua de la economía de una impulsada por la fabricación de productos a una azuzada por el sector de los servicios.
Los salarios futuros en los empleos de servicios tenderán a variar de un nivel muy alto a uno muy bajo. Al mismo tiempo, según las proyecciones del gobierno, el número de puestos de trabajo de ingresos medios del sector de servicios se reducirá. Se prevíé que continuarán declinando aquellos trabajos que puedan ser automatizados o subcontratados en el exterior.
