Las Sicav sobreviven al cambio fiscal
por Tania Juanes en Cinco Días
Como casi todos los aspectos relacionados con las grandes fortunas, la decisión del Gobierno de modificar la fiscalidad de la Sicav -vehículos utilizados por las personas más adineradas para gestionar parte de sus inversiones- ha despertado un interíés y una políémica que parecen sobrepasar el alcance de la medida. Quizá se deba tambiíén al hecho que esas sociedades contaban hasta ahora con un mecanismo que les permitía diferir impuestos del que carecen otras firmas de inversión, pero la realidad es que a los gestores de banca privada -gran parte de sus clientes son los accionistas de las Sicav- la medida no les preocupa en exceso.
El cambio aprobado, que ha entrado en vigor con efectos del 24 de septiembre y se aplicará a partir de esa fecha, evita que los titulares de las Sicav puedan retraer liquidez de la sociedad a travíés de una reducción del capital, como se podía hacer hasta ahora, y les obliga a tributar en ese momento por las plusvalías, tal y como sucede en los fondos de inversión.
Con independencia de que desde el sector se critique la legalidad del carácter retroactivo que tiene este cambio en la fiscalidad de las Sicav, la medida no es vista por los expertos como una modificación radical capaz de alterar la esencia de estas sociedades de inversión. Y estiman que si prosigue el goteo a la baja en el número de Sicav o en los patrimonios gestionados, que se inició hace unos dos años, se deberá más a la propia crisis financiera o a la competencia de otras fórmulas de inversión de un mercado que se hace cada vez más sofisticado y no a la cuestión fiscal.
En primer lugar, Miguel Irisarri, director general de A&G, destaca que va a afectar a pocas Sicav, ya que las reducciones de capital son empleadas únicamente por las sociedades más voluminosas. Precisa que las Sicav de mayor patrimonio sí pueden ver reducido algo su atractivo, pero sin deteriorar la naturaleza de este vehículo de inversión.
En esta línea, Josíé María Mingot, director de la asesoría jurídico-fiscal de la banca privada suiza Lombard Odier, subraya que la reducción de capital se trataba de una fórmula interesante para realizar reembolsos, que permitía aplazar la tributación y, en ocasiones, eliminarla. Y puntualiza igualmente que ha sido el recurso empleado por las grandes Sicav, que han acumulado fuertes plusvalías y a las que compensan los costes asociados a la reducción de capital, ya que se trata de un proceso mercantil complejo. Además, no hay que perder de vista que la reducción de capital debe respetar el mínimo de 2,4 millones de euros que exige la ley, un umbral en el que se mueven la gran mayoría de Sicav.
De hecho, aproximadamente el 90% de las Sicav -que cuentan con un patrimonio entre 2,4 a 3,4 millones de euros- no se verán afectadas por el cambio fiscal. "Para las grandes es un inconveniente ya que pierden una ventaja fiscal, pero tampoco es un factor muy relevante". añade Josíé María Mingot.
David Nuevo, director de planificación patrimonial de Banca March, tambiíén resta trascendencia a la medida para los accionistas de las Sicav. En su opinión, se trata de una laguna legal que normalmente se detecta cuando la ley lleva un periodo en vigencia, al tiempo que destaca que normalmente esas transacciones se han realizado para obtener liquidez, en una etapa de crisis como la que se vive en los dos últimos años, para aportarla a las empresas familiares.
Y Marta Díaz-Bajo, de Atlas Capital, considera que la eliminación de la única ventaja fiscal que tenían frente a los fondos no suprime otras características positivas y fundamentales. Valora que sigan tributando al 1% en el impuesto de sociedades, al igual que los fondos, y al 19% o el 21% por las plusvalías en el IRPF.
La gestora de Atlas concluye que las Sicav siguen contando con las mismas cualidades anteriores: la posibilidad de crear una cartera muy diversificada de activos, como acciones, fondos y productos estructurados, pero con límites y criterios de selección más rígidos que para otros vehículos financieros.
Diversificación
Miguel Irisarri se refiere a esos aspectos, que destacan frente a otras formas de inversión, y que son más relevantes que el cambio fiscal aprobado. "A diferencia de las apuestas directas o a travíés de una cartera de fondos, las Sicav permiten diversificar la inversión e implementar medidas más sofisticadas, como la cobertura de divisas en transacciones internacionales", dice. Josíé María Mingot concluye que la situación de cada inversor de Sicav hay que estudiarla de forma individual.
Conjurado el peligro de fugas al exterior
La forma en que se ha articulado la modificación fiscal de las Sicav evita el peligro de fuga de capitales al exterior, según destaca David Nuevo, de Banca March. Y es que la norma se aplica a los accionistas de Sicav con domicilio fiscal en España, ya se trate de sociedades registradas en nuestro país o en el exterior. Irlanda y Luxemburgo habían surgido como algunos posibles destinos, pero la ley ha cerrado puertas a esta mudanza, ya que no se podrá eludir el cambio fiscal con un traslado de estos instrumentos de inversión.
Otra de las conclusiones de Banca March es que, como la nueva normativa fiscal no modifica las características esenciales -la tributación al 1% en el impuesto de sociedades-, tampoco es previsible cierres de Sicav por esta causa o salidas sustantivas de dinero hacia otros vehículos.
En una línea similar se pronuncia íñigo Susaeta, de Arcano, quien estima que el Gobierno ha actuado con inteligencia, porque no han tocado impuestos, como el de sociedades, que sí podría haber impactado en el atractivo de las Sicav frente a otros activos como son las carteras de fondos.
Y Marta Díaz-Bajo manifiesta que, por el contrario, estas nuevas normas aportan estabilidad, frente a los rumores y presiones que apuntaban a un castigo fiscal. "No creo que vaya a haber evasiones, porque en realidad ahora hay menos incertidumbres. En el fondo se trata más de un toque simbólico", subraya.
Pero una pregunta que surge es si, a partir de ahora, se crearán menos Sicav. Las circunstancias de este vehículo de inversión no cambian sustantivamente y todo dependerá de las alternativas que encuentren sus accionistas. Una de ellas podrían ser los unit linked, seguros de vida en los que el tomador invierte en fondos a travíés del pago de las primas.