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Autor Tema: El euro a mitad de la crisis  (Leído 450 veces)

pharma

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El euro a mitad de la crisis
« en: Diciembre 09, 2010, 03:08:40 pm »
Ahora que la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional han comprometido 67.500 millones de euros para rescatar a los bancos irlandeses en dificultades, ¿está terminando finalmente la crisis de deuda de la eurozona.

Desafortunadamente, no. De hecho, es probable que apenas estemos a la mitad de la crisis. Ciertamente, una enorme y sostenida aceleración del crecimiento podrí­a todaví­a remediar todos los problemas de deuda de Europa -como los de cualquier otro lugar-. Sin embargo, ese escenario dorado es cada vez más improbable. El final supondrá, con mucha mayor probabilidad, una oleada de procesos de saneamiento de deuda similar a la que acabó finalmente con la crisis de deuda de Amíérica Latina de los años ochenta.

Para empezar, faltan más rescates, comenzando por el de Portugal. Con una tasa de crecimiento promedio de menos del 1% en los últimos 10 años, y el mercado laboral que probablemente sea el más esclerótico de Europa, es difí­cil imaginar cómo podrí­a Portugal crecer lo suficiente para eliminar su enorme carga de deuda.

Esta deuda incluye tanto la pública (la que debe el Gobierno) como la externa (la que debe el paí­s en su conjunto a extranjeros). Los portugueses afirman con razón que su situación no es tan grave como la de Grecia, que actualmente se encuentra ya en lo que serí­a el equivalente económico de una terapia intensiva. No obstante, los niveles de deuda de Portugal son muy problemáticos en comparación con referentes históricos (basados en las investigaciones que he realizado con Carmen Reinhart). Es probable que Portugal, que parte de un escenario de recesión o crecimiento lento con austeridad presupuestal para los próximos años, busque ayuda más pronto que tarde.

España es un caso más difí­cil. Se puede afirmar que el Gobierno central es solvente, pero una parte importante de los bancos municipales o provinciales parecen tener problemas de deuda. La pregunta en el caso de España es si, al igual que en Irlanda, el Gobierno central se dejará manipular para que se haga cargo de la deuda privada (y tambiíén de la municipal). Aquí­ la historia tampoco da lugar al optimismo. Es muy difí­cil para un Gobierno central no actuar mientras los actores económicos clave están al borde del colapso.
Sin embargo, los rescates de Portugal y España solo constituyen la fase siguiente -y no necesariamente la etapa final- de la crisis. A la larga, es probable que se requiera una reestructuración significativa de la deuda pública y/o privada en todos los paí­ses de la eurozona aquejados por problemas de deuda. Despuíés de todo, los rescates de la UE y del FMI son únicamente medidas para ganar tiempo, pues esos príéstamos tambiíén tendrán que pagarse en algún momento.

Los llamados PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España), que ya se enfrentaban a un crecimiento lento antes de la austeridad fiscal, tienen ante sí­ la perspectiva de una “díécada perdida”, como la que experimentó Amíérica Latina en los años ochenta. El renacimiento y la dinámica moderna de crecimiento de Amíérica Latina realmente empezaron despuíés de los procesos de saneamiento que se emprendieron en toda la región en el marco del Plan Brady de 1987. Una reestructuración similar es tambiíén el escenario más probable en Europa.

A veces parece que entre los lí­deres de la eurozona la única que está dispuesta a encarar la posibilidad de una reestructuración de deuda en el futuro es la canciller alemana Angela Merkel. Se han hecho crí­ticas generalizadas a los alemanes por señalar que Europa no tiene un mecanismo claro para solucionar los impagos soberanos (de los Gobiernos) y que con seguridad necesita uno. Muchos expertos quieren hacer creer que Irlanda habrí­a salido ilesa si no hubiera sido por las torpes afirmaciones de Alemania.

Eso es una tonterí­a. En vista de las enormes deudas privadas, la caí­da de los precios del mercado inmobiliario y las reclamaciones externas que ascendí­an a más de 10 veces el ingreso nacional (según la base de datos Reinhart-Rogoff), nunca habrí­a habido una salida fácil. Los problemas de deuda europeos seguramente empeorarán si se les deja que se infecten y agraven ocultándolos con maniobras turbias.

En efecto, apenas en julio pasado, la eurozona hizo una gran alharaca con las “pruebas de tensión” financiera de sus bancos y declaró que casi todos, incluidos los de Irlanda, gozaban de buena salud. La negación no es una polí­tica útil para solucionar una crisis financiera. De hecho, los problemas de deuda de Europa todaví­a deberí­an ser bastante controlables -a condición de que se apliquen el saneamiento y la reestructuración de deuda necesarios.

Aquí­ es donde el más reciente rescate irlandíés es particularmente desconcertante. Esencialmente, lo que ha hecho Europa y el FMI es convertir el problema de la deuda privada en uno de deuda soberana. A los titulares de bonos, las personas y las entidades que extienden críéditos a los bancos, se les permite sacar todo su dinero en masa y reemplazarlo por deuda pública. ¿Han decidido los europeos que el impago soberano es más fácil o solo sueñan con que no pasará?

Al nacionalizar las deudas privadas, Europa está siguiendo el camino de la crisis de deuda de los años ochenta de Amíérica Latina. Ahí­ tambiíén los Gobiernos “garantizaron” ampliamente la deuda del sector privado y despuíés declararon el impago. Finalmente, con el programa de saneamiento, Plan Brady de 1987, se logró una reducción de la deuda del 30%, cuatro años despuíés de que la crisis hubiera golpeado con toda su fuerza.

La mayorí­a de las autopsias de la crisis latinoamericana sugieren que todas las partes podrí­an haber obtenido mejores resultados si hubieran logrado ponerse de acuerdo mucho antes en la condonación parcial de la deuda. Amíérica Latina podrí­a haber vuelto a crecer mucho antes de lo que lo hizo. Los acreedores incluso podrí­an haber recibido más al final.

Como los responsables europeos del diseño de polí­ticas tratan de ir de una etapa de negación a otra, tal vez sea tiempo de empezar a ver hacia delante de forma más realista. Un alcohólico regenerado les podrí­a decir que el primer paso es aceptar, como Merkel, que Europa tiene un problema.


Kenneth Rogoff es profesor de Economí­a y Polí­ticas Públicas de la Universidad de Harvard. Fue economista en jefe en el FMI. Copyright: Project Syndicate, 2010. www.project-syndicate.org Traducción de Kena Nequiz.

http://www.elpais.com/articulo/primer/plano/euro/mitad/crisis/elpepueconeg/20101205elpneglse_4/Tes



lupostrike

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Re: El euro a mitad de la crisis
« Respuesta #1 en: Diciembre 09, 2010, 10:05:34 pm »
En definitiva, que para solucionar lo mejor posible los problemas se debe coger el toro por los cuernos. Precisamente lo contrario de lo que indica la praxis polí­tica.

Apañados estamos.  :028: