El Eurogrupo acordó ayer en Luxemburgo la concesión a Atenas del quinto plazo de la operación de rescate (12.000 millones de euros), pero supeditó su entrega a la aprobación en el Parlamento griego del nuevo plan de ajuste. Del resultado de la votación, prevista para la semana que viene, dependerá la liberación de fondos que necesita Grecia para evitar la quiebra.
Suena a ultimátum, aunque las consecuencias de llevarlo a cabo serían casi tan graves para la zona euro que para Grecia. Quizá por eso las dos partes se comprometieron ayer a alejarse del abismo. "El tiempo se agota", reconoció el nuevo ministro griego de economía, Evangelos Venizelos, tras asistir en Luxemburgo a una reunión del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro) que arrancó el domingo a las siete de la tarde y se prolongó en su primera fase hasta la madrugada del lunes.
La cita sirvió para cerrar un acuerdo político sobre los 12.000 millones de euros en príéstamos de la zona euro y del FMI que el Gobierno de Yorgos Papandreu necesita para no suspender pagos durante los próximos tres meses. Pero el Eurogrupo exigió a cambio de esos fondos que el Parlamento griego apruebe un plan de recortes presupuestarios (28.000 millones de euros en cuatro años) y de privatizaciones (por valor de 50.000 millones) si quiere que el próximo 3 de julio se liberen los fondos. "La aprobación del plan de ajuste en el Parlamento es un paso crucial", advirtió el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
Venizelos informará hoy mismo al Parlamento de su país sobre las condiciones exigidas por los socios europeos, con la esperanza de obtener la semana que viene los votos necesarios para llevar a cabo las medidas de ajuste. El Gobierno socialista de Yorgos Papandreu, sin embargo, cuenta con una mayoría parlamentaria muy estrecha (de solo cuatro diputados) y menguante. Y la oposición conservadora prefiere boicotear el plan con la esperanza de provocar unas elecciones anticipadas.
El Eurogrupo pidió ayer, incluso por escrito, que las fuerzas políticas griegas aparquen sus diferencias y aprueben el ajuste. "Dada la duración, la magnitud y la naturaleza de las reformas que se requieren en Grecia, la unidad nacional es una condición previa e imprescindible para que se lleven a cabo con íéxito", señalaron los ministros en una Declaración conjunta.
Venizelos lamentó que los socios internacionales tengan que pedir un ejercicio de responsabilidad a Nueva Democracia, el principal partido de la oposición, "cuando debería haber sido fruto del instinto natural de autoconservación de una Nación".
Los conservadores griegos, sin embargo, no parecen sentirse demasiado presionados por sus socios europeos, a pesar de que sus correligionarios presiden casi todas las instituciones comunitarias (Comisión, Consejo, Eurogrupo...). A su favor juega el potencial efecto de retroceso de cualquier castigo del Eurogrupo porque la caída de Grecia podría arrastrar al resto. El director en funciones del FMI, John Lipsky, advirtió ayer que "los riesgos de contagio son relativamente pequeños, pero la crisis podría sentirse mucho más fuerte en todo el planeta si el contagio afecta a la banca del corazón de la zona euro". Señal de que el ultimátum de la zona euro inquieta tanto en Washington como en Bruselas, pero no se sabe aún su efecto en Atenas.
La reforma del Pacto de Estabilidad, casi cerrada
La Unión Europea espera cerrar esta misma semana la reforma legislativa que puso en marcha a raíz de la crisis para mejorar la vigilancia presupuestaria y la coordinación macroeconómica entre sus socios.
El plan incluye seis proyectos legislativos que el Parlamento Europeo y el consejo de ministros de Economía de la UE (Ecofin) esperan consensuar antes del jueves. Si es así, los textos definitivos podrían recibir el aval de los 27 países de la UE en la cumbre que se celebra el viernes en Bruselas. Cuatro de las nuevas normas están destinadas a endurecer el Pacto de Estabilidad y Crecimiento que limita el endeudamiento (60% del PIB) y el díéficit públicos (3% del PIB) que pueden asumir los países de la UE. La reforma introduce sanciones preventivas contra los países que incumplan las recomendaciones de disciplina fiscal y obligará a los países a dotarse de un marco armonizado de control de las estadísticas y de transparencia contable en general.
Los otros dos proyectos de Reglamento instauran el llamado "procedimiento de desequilibrio macroeconómico excesivo", un mecanismo que podrá castigar a los países que toleren burbujas inmobiliarias, díéficit comerciales galopantes o píérdidas de competitividad ininterrumpidas.
La vicepresidenta del Gobierno español, Elena Salgado, señaló tras la reunión del Ecofin que "espero que la reforma entre en vigor cuanto antes porque ayudará a prevenir las causas de esta crisis o las causas que facilitaron su importación".
Por otra parte, el Ecofin aprobó ayer las recomendaciones de reformas a los países. En la de España se ha suprimido la de reducir las cuotas de la seguridad social y la relativa al gobierno de las cajas de ahorros.
Nuevo fondo
El Eurogrupo aprobó ayer el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que a partir de 2013 se convertirá en el fondo de rescate permanente de la UEM.
El MEDE estará dotado con una capacidad efectiva de príéstamos de 500.000 millones de euros.
Los ministros de Economía de la UE tambiíén pactaron ayer la reforma del Tratado necesaria para la creación del nuevo fondo. Los 27 países deben ratificarla.