Wolfgang Schaeuble, ministro de Finanzas de Alemania, prometió acelerar la implementación de un impuesto a las transacciones financieras en la Unión Europea durante el 2012, pese a las objeciones de Gran Bretaña respecto a que podría perjudicar a Londres como gran centro financiero.
En una entrevista publicada el domingo por el periódico Bild am Sonntag, Schaeuble dijo tambiíén que la crisis de deuda soberana de Europa no desatará un colapso de los mercados financieros en el 2012.
"Considero que la situación será controlable", dijo Schaeuble, refiriíéndose a la perspectiva de que los mercados colapsen. "En la Unión Europea hay un alto grado de determinación entre los estados miembros para estabilizar la situación", agregó.
"Seguramente habrá algunas sorpresas y picos de excitación a lo largo del camino, pero somos capaces de manejar la situación. Le aconsejo a todos tener un poco más de serenidad al respecto", añadió el ministro alemán.
Schaeuble, de 69 años, agregó que espera que la confianza de los inversores de la zona euro regrese pese a todos los problemas relacionados con la crisis de deuda soberana en los últimos años.
"Europa es una de las regiones económicas más fuertes en el mundo y los inversionistas quieren poner su dinero en lugares donde pueden recibir ganancias", señaló.
Sin embargo, agregó que es esencial que los países altamente endeudados reduzcan sus díéficits, además de mejorar su competitividad. Tambiíén advirtió de la necesidad de establecer un gobierno económico europeo.
Schaeuble dijo que Alemania seguirá presionando por un impuesto a las transacciones financieras, y que si no puede ser establecido en toda la UE, entonces al menos debía instaurarse en la zona euro.
"En la UE acordamos estudiar las posibilidades de un impuesto a las transacciones financieras en los primeros meses del nuevo año", declaró. "Si los obstáculos son demasiado altos, entonces Alemania y Francia presionarán por el lanzamiento del impuesto sólo en la zona euro", agregó.
El brazo ejecutivo de la Unión Europea propuso un impuesto regional a las transacciones financieras que podría recaudar hasta 57,000 millones de euros anuales. Los bancos calificaron al plan como un disparate, y Gran Bretaña dijo que sólo apoyará un impuesto global.
En septiembre, la Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, adoptó formalmente planes para un impuesto a las transacciones financieras, que necesitará la aprobación unánime de los estados de la UE.
De acuerdo a este plan, las operaciones con acciones y bonos serán gravadas con una tasa del 0,1 por ciento, y las de derivados del 0.01%.
El impuesto regiría sobre todas las transacciones con instrumentos financieros entre firmas financieras cuando al menos una de las partes de la operación tenga su sede en el bloque.
"No quiero esperar hasta que un impuesto semejante sea lanzado en todo el mundo. De otra forma arriesgaría no sólo la estabilidad de nuestros mercados financieros, sino que a los ojos del público pondríamos en peligro la legitimidad de todo el sistema", enfatizó el ministro.
"Es por ello que estoy luchando con tanta determinación por un impuesto a las transacciones financieras. Quizás no pueda detener los absurdos desarrollos en los mercados financieros, pero al menos los frenaría un poco", aseveró.
Schaeuble dijo que quiere que el impuesto desacelere el ritmo de las transacciones financieras y vuelva a algunos negocios especulativos no rentables.
"Los mercados están demasiado preocupados con ellos mismos estos días en vez de apoyar a la economía real", indicó. "Debemos desacelerar el ritmo de las transacciones", añadió.