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Autor Tema: Un tipo diferente de Europa...  (Leído 233 veces)

OCIN

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Un tipo diferente de Europa...
« en: Febrero 18, 2012, 11:01:32 am »
Por...   Trevor Evans


 En lugar de la actual dominada por los alemanes eje con Francia, debe haber un fortalecimiento democrático gobierno económico europeo.
 El crecimiento de las instituciones financieras privadas internacionales desde la díécada de 1970 ha limitado gravemente la capacidad de los gobiernos nacionales para ejercer un control democrático sobre la polí­tica económica.  Esto se demostró claramente a principios de la díécada de 1980, cuando la fuga de capitales obligó al gobierno francíés del presidente Mitterrand a abandonar su programa de reformas económicas progresistas.  Desde entonces, las finanzas se ha convertido en mucho más fuerte, y las limitaciones son especialmente graves para los paí­ses más pequeños.
 El fortalecimiento de la Unión Europea y un bloque monetaria única comparable en tamaño a los EE.UU. podrí­a ser utilizado para lograr un cambio importante en el equilibrio de poder.  Al actuar a nivel europeo serí­a posible lograr un mayor control democrático sobre la polí­tica económica que es posible en los distintos estados europeos.
 Entre 2000 y 2007 el superávit comercial alemán aumentó a partir de € 65 mil millones a € 195 mil millones, mientras que el díéficit comercial de Grecia, Portugal y España se ha incrementado desde € 61 millones a € 160 000 000 000
 Las grandes corporaciones, que organizan sus actividades a nivel mundial, pueden desempeñar los paí­ses unos contra otros, la obtención de concesiones con la amenaza de trasladar la producción - y el empleo - a otros lugares.  Sin embargo, debido a que el mercado europeo en su conjunto - como la de los EE.UU. o China - es demasiado importante para abandonarlo, serí­a posible imponer una mayor regulación sobre las actividades de las corporaciones a nivel europeo.
 La Unión Europea tiene, por supuesto, en la práctica toma un camino diferente.  Desde la díécada de 1980, en particular, la polí­tica de la UE ha estado dominada - como en la mayorí­a de los Estados miembros - con un enfoque fuertemente neoliberal.  Ha expresamente se alió con los intereses de las empresas, dando lugar a aumento de la desigualdad social, mientras abraza una mayor integración en los mercados mundiales y una polí­tica agresiva, el comercio mercantilista -, en detrimento de muchos paí­ses en desarrollo.
 Proyecto más ambicioso de la UE, el lanzamiento del euro en 1999, se ha basado en grandes defectos.  Se trata de una polí­tica monetaria común, pero carece de una polí­tica fiscal común, y mucho menos un salario común o la polí­tica industrial.  La polí­tica monetaria común, por otra parte, se basa en los principios restrictivos heredados del Bundesbank alemán.  Si bien este enfoque resultó beneficiosa para las empresas alemanas, siempre y cuando otros paí­ses europeos siguieron estrategias de alto crecimiento que tuvieron una mayor inflación a su paso, que ha demostrado ser fatal cuando se imponen en la zona del euro en su conjunto, contribuyen a mayores tasas de desempleo, incluso antes del estallido de la crisis en 2007.
 El grupo EuroMemo (economistas para una Polí­tica Económica Alternativa en Europa), desde su fundación en la díécada de 1990, siempre criticó las estructuras democráticas de la UE y sus polí­ticas neoliberales, en tanto que sostienen que las polí­ticas económicas progresistas pueden ser más eficaces si se realizan a a nivel europeo.  La cuestión más urgente ahora es la necesidad de una alternativa a la respuesta de la UE a la crisis de la zona del euro.  Esta crisis es el resultado de dos factores interrelacionados: la crisis financiera internacional que comenzó en los EE.UU., y los desequilibrios más importantes dentro de la propia zona del euro.

La crisis financiera internacional

 Los grandes bancos europeos han ampliado sus negocios en los EE.UU. desde la díécada de 1990 con el fin de tomar ventaja de los retornos más altos allí­ y al parecer, fueron golpeados con grandes píérdidas cuando estalló la crisis.  Un gran colapso financiero en octubre de 2008 sólo fue impedido a travíés de inyecciones gubernamentales a gran escala de capital.
 La crisis financiera llevó a una importante contracción del críédito, y en el último trimestre de 2008 y el primer trimestre de 2009, Europa se enfrenta a la recesión más grave desde la díécada de 1930.  La UE la producción se redujo en casi un 5 por ciento, y el impacto habrí­a sido aún más grave si no los gobiernos respondieron mediante la introducción de programas de emergencia para impulsar sus economí­as.
 El rescate de los bancos, el costo de los programas de emergencia fiscal y una fuerte caí­da en los ingresos fiscales debido a la recesión llevó un gran aumento en el díéficit público.  En la zona del euro el díéficit pasó del 0,7 por ciento del PIB en 2007 al 6,4 por ciento en 2009.

 Los desequilibrios en la zona del euro


 Cuando los paí­ses se unieron a la zona del euro, las tasas de interíés se reunieron en el nivel (más bajo) alemán.  Las menores tasas de interíés contribuyó a un mayor crecimiento económico y el aumento de los salarios en el sur de Europa, a pesar de una inflación más alta que en Alemania erosionó el valor real de los aumentos salariales hasta cierto punto.  Menores tasas de interíés tambiíén alimentó un auge en el precio de la vivienda en Irlanda y España.
 En Alemania, por el contrario, las polí­ticas introducidas por el socialdemócrata / verde del gobierno significa que los salarios no aumentaron en absoluto en tíérminos reales despuíés de la introducción del euro en 1999.  Con el gasto de consumo estancado, el crecimiento económico dependí­a de las exportaciones en aumento.  Gracias a la moneda única, Alemania fue capaz de ampliar sus exportaciones a otros paí­ses de la zona del euro sin que el valor de su moneda en aumento (y hacer que sus exportaciones sean más caras), como habrí­a ocurrido sin el euro.
 Como resultado de estos acontecimientos contradictorios que, entre 2000 y 2007 el superávit comercial alemán aumentó a partir de € 65 mil millones a € 195 000 000 000.  Esto se refleja muy de cerca por el díéficit comercial de Grecia, Portugal y España, que pasó de € 61 mil millones a € 160 millones.  El díéficit de los paí­ses del Sur se financió en gran parte por los príéstamos de los bancos en Alemania y Francia.
 El eslabón más díébil de la relación polarizada entre el sur y norte de Europa era Grecia.  En 2007, incluso antes de que la crisis comenzó a morder, el díéficit público fue equivalente al 5 por ciento del PIB, debido principalmente a la falta de impuesto sobre los ricos.  Este se elevó a un 15 por ciento en 2009 (la cifra exacta se disputa en Grecia).  Como los inversionistas financieros comenzaron a oler la sangre, la especulación contra los bonos del gobierno griego se intensificaron a principios de 2010.  El fracaso de la UE para responder hasta que la situación se hizo crí­tica en mayo provocó un debilitamiento del euro y el comienzo de la crisis de la zona del euro.


UE impone la austeridad

 A pesar de que era de los grandes bancos que causaron la crisis en 2007 y-despuíés de ser rescatado por los gobiernos - han llevado a la especulación en contra del euro bonos área del gobierno, las medidas que la UE ha adoptado para reformar el sector financiero son aún más leves que los introdujo en los EE.UU..  En lugar de reformar radicalmente el sector financiero, la respuesta de la UE - encabezados por Alemania - se ha centrado en la imposición de la disciplina fiscal.  Sin embargo, los díéficits fiscales son el resultado no es la causa de la crisis.  Aparte de Grecia, otros paí­ses de la periferia de la zona euro tuvo pequeños díéficit fiscales antes de la crisis y España en realidad tení­a un superávit fiscal.  En la mayorí­a de los paí­ses, fue el sector privado, que habí­a acumulado deudas.
 Cuando Grecia y, posteriormente, Irlanda y Portugal, se vieron obligados a recurrir a la UE de apoyo financiero, este estaba supeditada a la ejecución de los programas de austeridad.  Esto ha llevado a los paí­ses en una recesión profunda y, además del impacto social profundamente regresiva, los ingresos fiscales han disminuido, por lo que es aún más difí­cil para los gobiernos para pagar sus deudas.  A medida que la recesión se profundizó en Grecia en 2011, se vio obligado a regresar a la UE para la ayuda aún más.  Al mismo tiempo, Italia y España han sido presionados para recortar el gasto público como condición del Banco Central Europeo (BCE) el apoyo en el mercado de deuda pública.  El resultado es que la zona del euro, entre ellos Alemania, que depende de las exportaciones a otros paí­ses de la zona del euro, se espera que en el mejor de estancarse en 2012.
 La cumbre de la UE 03 2011 acordó una serie de medidas para hacer frente a los desequilibrios en la zona del euro.  Sin embargo, íéstos ponen el peso del ajuste sobre los paí­ses que enfrentan díéficit.  Los paí­ses con un superávit comercial, como Alemania, no están obligados a expandirse.  Los paí­ses donde los salarios suben más que la productividad, como en el sur de Europa, están obligados a ajustar, pero no los paí­ses, una vez más, como Alemania, donde los salarios suben menos que la productividad.
 Las respuestas de la UE a la crisis no han conseguido hacer frente a las causas o en realidad lo hizo peor.  La insistencia en la fabricación de inversores privados píérdidas en sus tenencias en bonos, por ejemplo, condujo al pánico de venta.  De tres años del BCE príéstamos a los bancos de un masivo € 489 mil millones en el 1 por ciento de interíés en diciembre supone un enorme subsidio para los bancos, sin ninguna garantí­a de que va a utilizar los fondos para comprar bonos del gobierno.  Debido a la privada las ventas masivas, la tasa de interíés que Italia y otros paí­ses tendrán que pagar para refinanciar la deuda pública en el año 2012 sigue siendo muy caro y hay un serio peligro de más ventas de pánico.

La base para alternativas

 Como medida inmediata, el BCE deberí­a anunciar que va a pasar lo que sea necesario para estabilizar los precios de la deuda pública con el fin de poner fin a ventas de pánico.  Así­, la UE debe adoptar medidas para lograr una reducción radical del sector financiero.  En lugar del actual complejo de gigantes con fines de lucro y las instituciones de la montaña opaca de valores complejos, los bancos comerciales de cooperación y del sector público se debe promover para el financiamiento de proyectos social y ambientalmente deseables de inversión.
 La deuda pública insostenible, como en Grecia, en caso de estar sujeto a una auditorí­a de la deuda (como pionero en el Ecuador) para determinar quíé deudas son legí­timas y que deben ser dados de baja.  Reducción de la deuda tambiíén se debe lograr a travíés de un impuesto sobre el patrimonio de los muy ricos.  Son dueños de gran parte de la riqueza financiera de 40 billones de euros a cabo en la zona del euro en 2011 y se han beneficiado extraordinariamente de las polí­ticas neoliberales de las últimas díécadas.  Para evitar la especulación contra el futuro de los Estados más díébiles, los gobiernos de la zona del euro deberí­a cambiar el resto de los bonos del gobierno para abordar conjuntamente los bonos emitidos en euros.
 La polí­tica monetaria común deberí­a complementarse con un enfoque coordinado de la zona euro la polí­tica fiscal.  En lugar de la corriente de un solo lado el íénfasis en la disciplina fiscal, esta debe tender a estabilizar la economí­a y promover el pleno empleo, con lo que las llamadas de la Organización Internacional del Trabajo "trabajo decente".  El presupuesto de la UE, que actualmente equivale a un escaso 1 por ciento del PIB de la UE, se debe aumentar al menos al 5 por ciento para tener un impacto macroeconómico y para proporcionar un mayor apoyo a las regiones más díébiles.  Para ello, la disminución a largo plazo en la imposición de mayores ingresos debe ser revertida, con ingresos de más de 250.000 euros al año gravados en torno al 75 por ciento.  Además, los paí­ses con un superávit comercial, como Alemania, deberí­an adoptar polí­ticas expansivas a fin de fortalecer la demanda de la zona euro y aliviar la presión sobre los paí­ses deficitarios.
 Un fuerte programa de inversión pública es necesaria, especialmente en los paí­ses perifíéricos, con el fin de establecer la capacidad productiva basada en la tecnologí­a moderna y puestos de trabajo cualificados y no en salarios bajos.  El financiamiento para este debe basarse en el Banco Europeo de Inversiones, que ya está facultado para emitir bonos.
 Un área de la polí­tica salarial coordinada del euro deben asegurarse de que el descenso generalizado en la participación de los salarios en el ingreso nacional se invierte, y que los salarios en los estados con menores ingresos empiezan a converger en las personas con ingresos más altos.  El horario normal de trabajo debe reducirse a 30 horas a la semana, tanto para combatir el desempleo y como una contribución a la construcción de una sociedad en la que la vida no está dominada por el trabajo asalariado.
 Una respuesta progresista a la crisis en la zona del euro tambiíén se enfrenta a un reto importante: mientras que la crisis de la deuda que enfrentan los paí­ses perifíéricos de la zona del euro exige el crecimiento económico, la sostenibilidad del medio ambiente requiere una reducción masiva en el consumo de recursos no renovables y la emisión de verde los gases de la casa.

 Democratización de la UE


 La respuesta de la UE a la crisis ha sido muy autoritario.  La disciplina fiscal es que se impongan a los estados de la zona euro por la Comisión Europea y las medidas será automática a menos que las reuniones de los ministros de Finanzas voto con una mayorí­a calificada de suspenderlos.  En paí­ses como Grecia y Portugal, el control democrático sobre la polí­tica económica ha sido suspendido por el futuro previsible.  La situación actual es insostenible.  Los paí­ses perifíéricos se enfrentan a la perspectiva de la austeridad y prolongado desempleo masivo.  Pero para un paí­s pequeño como Grecia a salir de la zona del euro se lo exponga a la desorganización económica masiva y llevar a una caí­da más grande en los niveles de vida.
 El EuroMemo aboga por una respuesta europea coordinada.  En lugar de la actual dominada por los alemanes eje con Francia, debe haber un fortalecimiento del gobierno económico europeo que está sujeto a un control democrático efectivo.  Esto requerirá un fortalecimiento significativo de la función del Parlamento Europeo.  Pero tambiíén será importante para desarrollar el apoyo a las polí­ticas progresistas de Europa entre los ciudadanos de la UE.
 Las propuestas de la EuroMemo han recibido apoyo y han atraí­do a un mayor o menor grado en los diferentes Estados miembros por los sindicatos, movimientos sociales, Attac, partidos de izquierda como de la Linke alemán y el Synaspismos griego, y el ala izquierda de algunos partidos socialdemócratas y verdes.  Las propuestas se deberí­an desarrollar a travíés de un intercambio más profunda entre los economistas progresistas y activistas del movimiento y se utiliza para ayudar a construir a nivel europeo el apoyo a un cambio fundamental en la dirección de la polí­tica de la UE.
 Euro díéficits fiscales en la zona (% PIB)


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