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El uso de agua reciclada y una moderada explotación de fuentes subterráneas figuran entre las medidas que la capital china prevíé aplicar este año para enfrentar una escasez de ese recurso estimada en mil 300 millones de metros cúbicos.
La cifra equivale a una tercera parte del consumo de esta urbe, de acuerdo con funcionarios locales citados hoy por medios de prensa.
Cheng Jing, titular del buró municipal de recursos hídricos, dijo que el gobierno local trabajará para mantener la cantidad del preciado líquido usada por el territorio por debajo de tres mil 700 millones metros cúbicos.
Ello se debe a que solo dos mil 400 millones metros cúbicos podrán ser suministrados por fuentes locales.
Ante esta situación, se prevíé además el traslado de agua desde otras zonas.
Según la fuente, Beijing ha sido afectada por sequías durante 13 años consecutivos, a lo que se añade su rápido desarrollo económico y creciente población.
El agua, en tíérminos de acceso, uso sostenible y saneamiento, deviene un problema para China, al ser el país más poblado del mundo, por lo cual en 2002 inició el Proyecto de Agua Sur-Norte.
La iniciativa busca optimizar el desequilibrio de ese líquido entre ambas regiones y aliviar su creciente díéficit en las áridas zonas norteñas.
Paralelo a ese ambicioso plan, concebido en tres rutas (oriental, central y occidental) se llevan a cabo otras acciones dirigidas a mejorar la calidad, así como al ahorro, conservación y uso adecuado del recurso.
El traslado del agua en el canal oriental se espera para 2013, en tanto el central entrará en operación en 2014 y las evaluaciones para la construcción del occidental empezarán pronto, según se anunció.
