La petrolera Repsol ha recibido la luz verde para explotar sus pozos de petróleo en la costa de Tarragona, con la declaración de impacto ambiental que este martes aprobó el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente, que encabeza Miguel Arias Cañete, para extraer crudo, según han confirmado fuentes del sector.
Ahora sólo falta la autorización del Ministerio de Industria para el pozo de Lubina-1 y el permiso de explotación que ha de otorgar el Consejo de Ministros. No obstante, esta autorización es un puro trámite, una vez conseguida la declaración de impacto ambiental. Se espera que el Gobierno de Mariano Rajoy díé su visto bueno al proyecto en una de sus próximas sesiones. Portavoces de Repsol han declinado hacer declaraciones.
Se prevíé que los dos pozos afectados por este plan industrial, Lubina-1 y Montanazo-D5 hagan que la producción petrolera española pase de los menos de 2.000 barriles diarios actuales a un total de 9.000 barriles al día, es decir, se multiplicaría por cuatro. En total se puede extraer de ambos pozos más de 4 millones de barriles.
A pesar de la relevancia de este proyecto en Cataluña, en números absolutos, la dependencia energíética de España es tan alta que su impacto relativo será bajo, ya que el mercado español consume 1,2 millones de barriles de crudo diarios. En importancia será mucho menor que las reservas que están pendientes de confirmación en Canarias, que por su volumen sí que supondría reducir la dependencia energíética española en cerca de un 10%.
En los últimos días, una comisión de seguimiento integrada por diversas administraciones y en la que ha participado el alcalde de Tarragona, Josep Fíélix Ballasteros y el delegado de la Generalitat en Tarragona, Joaquim Nin, ha estado revisando la marcha de esta inversión.
Petróleo al alza
Las reservas de petróleo que ahora serán extraídas están a 200 metros bajo el mar y otros 2.000 metros bajo el subsuelo marino. Sin embargo, con el precio del barril brent a más de 108 dólares y con tendencia al alza en los próximos meses, este tipo de operaciones de extracción vuelven a ser rentables para las compañías.
En Lubina-1 Repsol es el único propietario. Sus reservas extraíbles se calculan en 2,9, millones de barriles. En el caso de Montanazo –1,2 millones de barriles–, la mayoría tambiíén es de Repsol (75%), pero actúan como socios minoritarios Gas Natural (17,7%) y la petrolera Cepsa (7,3%).
Estos pozos de petróleos dependen de la plataforma petrolífera Casablanca. La inversión precisa unir los pozos a la plataforma, que distan unos 8 kilómetros. La ventaja es que la plataforma Casablanca ya está conectada con la refinería de Repsol en Tarragona por un oleoducto submarino de casi 45 kilómetros.
Alargamiento de vida útil
Con esta autorización, Repsol podría alargar la vida útil de estas instalaciones petrolíferas, la mayores que están operativas en este momento en España, cerca de otros diez años. La plataforma Casablanca se construyó hace 30 años. La intención de Repsol, que lidera el proyecto, es poder comenzar las extracciones de crudo en la costa de Tarragona durante octubre este año 2012.