Tengo un cabreo que no me aguanto con esto del copago, la administración, en su ineficiencia manifiesta, se ha creído que las farmacias no son empresas privadas y que el tiempo que pasamos allí sus trabajadores es por pasar el rato, como parece ser que sucede en el SERGAS.
A lo que voy, resulta que el intríngulis, lo complicado del copago, está en las recetas de papel, que no en las electrónicas que está todo fiscalizado, pues bien la solución fácil, que en la farmacia metan las recetas de papel al sistema de e-receta y así está todo controlado.
Perfecto, magnífica idea, nosotros hacemos lo que no hacen los funcionarios, pero por lo menos ya está hecho, ya está fiscalizado, agregado a la factura electrónica y así el trabajo que le ahorramos al SERGAS, además nos lo ahorramos nosotros al no tener que facturar esas mismas recetas en papel, de lo malo, lo menos malo, todos ganan, aunque sea con mi trabajo.
Hasta aquí lo lógico, tras la reunión de ayer no informan que no sólo tenemos que introducir las recetas de papel en el sistema de e-receta, conviertiíéndolas en e-recetas, sino que además tendremos que refacturarlas aparte otra vez en papel, trabajo doble, doble no, triple, puesto que tendremos que minorar de la factura electrónica lo cobrado para facturarlo en papel y despuíés volver a sumarlo y al final cobrar lo mismo que si no facturásemos el papel.
Como siempre el que manda no ha pisado una farmacia en su p**a vida y además nos ha tomado por funcionarios, así sí que vamos a ganar en eficiencia, competitividad y todas estas cosas que nos piden nuestro socios europeos.
Las cosas fáciles, operativas, ágiles y supongo que ganaremos todos, pero eso nuestros políticos como que no va con ellos.